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8 jun 2015

Un niño de 3 años estuvo grave por la picadura de una araña loxosceles

La rápida atención en el Hospital San Antonio de Padua y su derivación a un centro especializado de Córdoba lograron ponerlo a salvo. El insecto que lo picó es pequeño pero de gran poder ponzoñoso.
 
Antes de acostarse, Andrés le dijo a su madre que le dolía mucho el pie. A simple vista la lesión del niño de tres años era mínima, apenas una pequeña ampolla que no alertó demasiado.

Su madre lo consoló, le colocó una pomada en el pie y le dio un ibuprofeno. Esa noche, la noche del 5 de mayo pasado, Andrés no pegó un ojo, se la pasó llorando y a primera hora de la mañana dio una señal que puso en vilo a sus padres: después de desayunar, vomitó sangre.

“Nosotros vivimos en Las Higueras y de la desesperación, lo envolví y junto a mi esposo lo subimos en el acto al auto, en el trayecto hacia Río Cuarto llamo al pediatra Gabriel Nievas y él me dice:  ‘Andate ya al hospital porque por la descripción que me hacés eso tiene que ser la picadura de un bicho’, me dijo y no se equivocó”, contó la madre de Andrés, la abogada y mediadora Luciana Cabrera.

Su hijo había sufrido la picadura de una araña loxosceles, una especie de tamaño pequeño pero de gran poder ponzoñoso que suele compartir hábitat con el humano. Se la encuentra detrás de los cuadros o en rincones poco frecuentados.

Eso Cabrera lo sabría después de que su hijo fuera derivado de urgencia al Hospital de Niños Santa Trinidad.

El apoyo permanente de su pediatra y la rápida decisión de enviarlo a la ciudad de Córdoba fue lo que puso a salvo al niño, pues en Río Cuarto no existía aún un suero específico para la picadura de loxosceles (ver “Antídoto”).

Sólo ella y su esposo saben las horas de tensión que vivieron mientras Andrés estuvo internado primero en una habitación común y luego en una terapia intermedia, pues la lesión en su pie continuaba infectándose hasta alcanzar el tamaño de un huevo de gallina.

Ahora que los días de angustia quedaron atrás y el niño ya está repuesto y sin secuelas, Luciana quiso compartir su experiencia para advertir a la comunidad que frente a un caso similar es necesario actuar contra reloj para evitar complicaciones que pueden llegar a ser severas.

“Tanto en el hospital de acá como en el de Córdoba estuvieron pendientes y actuaron con mucho celo y con mucha prudencia, la especialista en toxicología, la doctora Gait, quería evitar ir a una cirugía para que no se corriera el riesgo de que el veneno de la araña se extendiera”, contó Luciana.

Pero la colocación del antídoto también conlleva sus riesgos y debe ser administrado bajo estricta vigilancia médica. En el caso de Andrés, llegó a hacer una fiebre de 41,5 grados.

Se lo empezó a tratar con antibióticos porque los análisis que le hicieron acusaban la presencia de estafilococos, pues en el caso de la picadura de araña las complicaciones no se agotan en el veneno sino también en las infecciones que pueden ingresar en la zona comprometida.

“En las picaduras de este tipo de arañas se llegó a amputar miembros, y además se ha producido hasta la muerte. En San Francisco hace unos años a una nena debieron amputarle la pierna, son situaciones horribles de las que una empieza a enterarse cuando toma conciencia y empieza a informarse”, comentó la mujer a PUNTAL.

Además, destacó el rol del pediatra de su hijo: “El doctor Nievas no sólo nos dio el diagnóstico certero por teléfono sino que se presentó al hospital y estuvo comunicándose con sus colegas de Córdoba y conteniéndonos en todo momento”, agradeció.

Cabrera destacó que el caso de su hijo tuvo un desenlace favorable y, ahora que la calma volvió a su hogar, busca que la experiencia vivida sirva a otros. “Es importante que se sepa que este tipo de arañas loxosceles es pequeña, amarronada, y si se la mira con lupa en el lomo presenta la forma de un violín, por eso se la conoce como “la araña del violín”.

Es una araña que cualquera la puede tener en su casa, mi preocupación es que se tome conciencia de la importancia de tener un acertado diagnóstico, que la gente no se deje estar frente a la sospecha de una picadura y que concurra a nuestro hospital, donde hay personal muy capacitado para saber cómo actuar”, concluyó Luciana Cabrera.

Fuente: Puntal 08.06.15

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