Sobre los títulos que molestan
La breve visita del jefe de Gobierno porteño Mauricio Macri a Río Cuarto dejó como saldo, aparte de las lecturas políticas de coyuntura, la extraña decisión de excluir de sus contactos con el periodismo a PUNTAL, a pesar de que sus referentes locales hasta habían concertado, en un principio, una recorrida del candidato presidencial por las instalaciones del diario. Si resulta lamentable que tal actitud haya privado a nuestros lectores de una cobertura que seguramente interesaba a muchos de ellos, también lo es el asombroso parecido de las razones esgrimidas por el entorno del visitante con las descalificaciones a la prensa habituales en un gobierno del que él pretende diferenciarse.Desde luego, si se tratara de maximizar el aprovechamiento del tiempo para llegar con el mensaje al mayor número posible de personas, la opción por los medios audiovisuales sería más fácil de entender. Y los argumentos para rebatirla pasarían por cuestiones como la mayor aptitud de la palabra escrita para fijar el citado mensaje, para que no pase por el receptor con la misma fugacidad con que Macri lo hizo por Río Cuarto.
Pero los motivos para excluir a PUNTAL no fueron cuantitativos sino cualitativos: a juzgar por los dichos de quienes se comunicaron con este diario, el candidato cree que “los diarios titulan como les parece”, lo cual, por supuesto, considera contrario a sus intereses y a su conveniencia.
Podríamos aquí hacer hincapié en que cualquier reparo que el porteño Macri tenga con respecto a “los diarios” difícilmente pueda involucrar a PUNTAL ni a ningún otro medio del interior. Pero resulta más significativo destacar la molestia que genera en un político el hecho de que un diario realiza un recorte de la realidad diferente del que le gustaría, porque en gran medida ese es, precisamente, su trabajo, y al definir qué “le parece” importante y qué accesorio está cumpliendo con su papel profesional.
Por no aceptar la discrepancia entre sus juicios y los de los periodistas, el gobierno de Cristina Kirchner ha creado su propia cadena de medios propios —que no despiertan interés ni entre los adherentes al oficialismo— sustentados por la pauta oficial, y ha hecho del abuso de la cadena nacional una política de Estado. Pero si Macri, quien con toda razón critica esta estrategia comunicacional, elude a los diarios porque no titulan como él quiere, se resta legitimidad para proponerse como algo diferente en la materia.
Por supuesto, el recorte de la realidad que realiza un medio —y los audiovisuales no están exentos de esto ni mucho menos— siempre tiene una cuota de subjetividad, y cualquier lector, oyente o espectador puede discrepar con él. Pero el día que los diarios dejen de titular “como les parece” y titulen en cambio como les parece a los políticos, habrán perdido su razón de ser y se volverán inútiles, para la sociedad en general pero también, y paradójicamente, para los propios políticos.
Fuente: Puntal 06.06.15
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