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12 abr 2015

UNRC: el análisis del oficialismo derrrotado.

Elecciones UNRC

La semana pasada se plebiscitaron en la Universidad Nacional de Río Cuarto dos proyectos. El proceso eleccionario de nuestra universidad tuvo una importante participación de los cuatro claustros, tanto trabajadores docentes, no docentes, estudiantes y graduados. La fórmula encabezada por el profesor Rovere fue la que resultó ganadora por el voto mayoritario, la lista 14.

Nos interesa remarcar que los proyectos de universidad son muy diferentes, el nuestro y el que representa Rovere. ¿Hay dos universidades? Respondemos como siempre, NO, pero claramente los proyectos institucionales que formularon los dos grupos que se presentaron son diferentes y en mucho.

Cuando el Profesor Rovere sostiene en la entrevista, realizada por diario Puntal el día 5 de abril, que “Me parece que hay un error bastante extendido de poner políticos a gestionar. La política es para hacer política y para la gestión es necesario gente que sepa gestionar en las distintas áreas”, significa sostener una posición neoconservadora y neoliberal que separa política y gestión.
Política y Gestión son inseparables: sostener una política de democratización de medios en Argentina, contar hoy con un canal universitario a días de dar inicio a su transmisión a través de la torre de la TDA implica dos elementos, definición política de qué comunicación queremos y además gestión de una logística que requiere una experticia no menor, para poner un “simple” ejemplo (ver la memoria y balance completo en https://www.unrc.edu.ar/descargar/balance-gestion11-15.pdf)

Rovere (tengamos memoria) pertenece o se emparenta a una gestión, tal vez no por voluntad propia, que generó severos problemas en nuestra universidad. Mencionamos algunos: 17 millones anuales de presupuesto destinado a funcionamiento que irresponsablemente se utilizaron (a partir de 2007) para crear nuevos cargos sin contar (por decisión local) con presupuesto nacional. En nuestra gestión a partir del trabajo conjunto con SPU (Secretaría de Política Universitaria) y el gremio no docente, en paritaria local y nacional, se pudo disminuir la brecha. Ya se logró respaldo presupuestario de más de 10 millones de pesos anuales. A los 17 millones se le suman los 7 millones que nuestra universidad, entre otras, debe efectuar a la AFIP, por una deuda generada entre los años 2001 y 2010, debido a una interpretación de que la alícuota que se aplicaba en relación a las contribuciones patronales. Y la responsabilidad institucional, que trasciende gestiones, implica afrontar tal plan de pagos y asumir el compromiso de trabajar por la obtención de más fondos que permitan matizar el impacto del mismo en el conjunto del presupuesto. Ya sólo, y hay mucho más, con estos dos elementos tenemos 24 millones en el año que deberían estar destinados al funcionamiento global del nuestra institución. Veinticuatro millones comparados por ejemplo con la magra suma de menos de 1 millón anual para obra pública local.

El presupuesto ley del año 2014 fue cercano a los 496 millones de pesos. Sin embargo, el presupuesto anual total –contemplando las partidas incorporadas a fin de año y comienzo del actual- superó los 600 millones. Esto explica, por ejemplo, la concreción de inversión por obra pública y equipamiento por más de 75 millones de pesos en cuatro años siendo que, para obra pública, por aprobación y distribución del presupuesto ley en el Consejo Superior, correspondieron menos de 4 millones en tal período, por las limitantes presupuestarias internas generadas en etapas anteriores (generación de cargos sin respaldo presupuestario, etc.)
Mencionamos algunos indicadores “cuantitativos” de alta capacidad de “gestión” de nuestra conducción “política”.

En esta etapa del 2011 al 2014 se llevaron a cabo, además de las fuertes inversiones que hemos mencionado (sin duda resta y mucho para estar en el estado óptimo) importantes transformaciones institucionales que hemos impulsamos, algunas de ellas provenientes del movimiento estudiantil o de otros sectores institucionales que no son el rectorado.

La reforma en las políticas de Ciencia y Técnica (más de 15 años sin ser revisadas) introduciendo instrumentos de consulta a la comunidad para determinar prioridades y la posibilidad real de la generación de institutos de múltiple vinculación muestra el compromiso fuerte con la ciencia y la tecnología (como dan cuenta además la trayectoria de los integrantes del equipo). Llama la atención que viejos dirigentes de la UNRC marquen como falencia este aspecto cuando ni siquiera han podido finalizar estudios de maestría, y no por falta de oportunidades; los cambios operados en el campo educativo -políticas de las secretarías académicas- la Creación del Consejo Social con la participación de sujetos (colectivos) que no tienen representación en los “Consejos Tradicionales” de nuestra ciudad; la generación de Observatorios como los de Conflictos-Socioambientales impulsando fuertes debates sobre los modelos productivos y las problemáticas ambientales; la creación del Observatorio de Derechos Humanos con un consejo de notables integrado por Estela de Carlotto, Vicente Zito Lema y Adolfo Pérez Esquivel y con la participación activa de múltiples organizaciones de la ciudad; el relevamiento realizado por el Observatorio en conjunto con la Universidad Nacional de Córdoba sobre la situación de las personas en contextos de encierro (institutos de menores, cárceles y hospicios) para favorecer procesos de mejoras en las condiciones de vida de las personas allí “ubicadas”, la contribución a la crítica y la generación de alternativas al Código de Faltas de nuestra provincia, el trabajo, humilde sin duda, de respaldo a los Juicios de Memoria, Verdad y Justicia en relación a la última dictadura cívico-militar, e incluso el respaldo a que se alcance en España la realización de los juicios por crímenes cometidos por el franquismo; la generación del Observatorio de Prevención de Adicciones y las acciones conjuntas con Sedronar; la Creación de la Comisión de Género, el trabajo sistemático y permanente con la Mesa de la Diversidad, el trabajo desarrollado con el Movimiento Nacional Campesino Indígena, la creación de la Mesa de la Economía Social y Solidaria, las articulaciones con sectores de la justicia que están promoviendo otro modo de ser de la misma, la participación activa como institución para alcanzar el primer convenio colectivo de trabajo para el sector de los trabajadores docentes de las universidades nacionales (nos remitimos nuevamente al balance).

Es muy importante, creemos, que esta dirección de política institucional se sostenga. Las mismas hablan de reformulaciones, de cambios institucionales, de sujetos que habitan estos nuevos ámbitos, de grupos altamente “subalternos” para nuestras instituciones. El conservadurismo no permite que la “subalternidad” emerja como un actor igualitario. A veces en nuestras instituciones hay sectores que actúan desde una gestualidad “políticamente correcta”, “progresista” pero altamente conservadora en sus formas reales, ya que en sus “metáforas” se esconde la distancia entre “lo real y la pose”.

Hay un sector altamente conservador que ha decidido que Río Cuarto y la zona no tenga industria (no es un “accidente natural), que su proyecto es la polarización social y la devastación ambiental y necesita de una Universidad “sin voz pública”.

Lo siguiente vale en general para todas las miles de personas comprometidas con las transformaciones populares, de democratización de la Argentina, de América Latina: el estado por momentos se pierde y se gana; siempre hay que disputarlo. No obstante lo sustancial es conjugar políticas de estado y construcción de un sujeto o sujetos (millones de personas en múltiples formas organizativas) que sostengan las políticas estatales con dirección democrática y que al mismo tiempo transformemos las estructuras antidemocráticas que sostienen la arquitectura de la dominación, que es compleja y persistente. Hay organizaciones que negocian cargos de algunos dirigentes argumentando la necesidad de persistencia de la organización, aún en signos antagónicos a su política a lo largo de la historia. Nosotros no somos eso y esa forma de construcción no sirve.

Seguimos construyendo un movimiento con densidad político-intelectual, con ética que no resigne principios y que se asiente en dichos sujetos (o sea necesitamos ser muchos y muchas).

Creemos que el problema de la derrota electoral sin duda corresponde, en primer lugar, a errores propios relacionados a las dificultades de no haber transversalizado lo suficiente las políticas, de no haber generado una red de participación de base más amplia. Creemos que nuestras universidades tienen una vocación no conservadora.
Sostenemos que el trabajo interclaustro e intercomunitario es un camino efectivo para la transformación de la Universidad Argentina.

Como sosteníamos hace unos días: a no ceder en los procesos de conquistas y consolidación de derechos, de las libertades que faltan y son muchas…

Nosotros desde esta universidad somos un granito de arena en el mar ancho del oleaje creativo. La pintura que está debajo nos sugiere mucho de los colores que faltan para la libertad . A pintar!

Lista 1 Universidad Presente




Fuente: Facebook


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