Pepi, la única nieta de la querida Susana Dillon
Siento su olor en los libros
Por Vanessa Lerner
Las Secretas Alcobas del Poder es el título del libro que Susana Dillon tenía casi listo cuando le llegó la hora de la muerte, en septiembre de 2012. Estaba convencida de que lo iba a terminar al punto que trabajaba en simultáneo en otra obra. A su nieta Victoria, Pepi para todos, le tomó dos años recuperarse de semejante pérdida y terminar el libro póstumo de su Vieja, como aún la llama.
En esta entrevista para FM Libre y Otro Punto, nos relata el largo proceso de rearmar su vida sin su abuela y de qué va el libro que está a punto de ser presentado.
“Hay buenas noticias, (el libro) saldría a fines de marzo o en abril, se llama Las Secretas Alcobas del Poder. Es un libro que mi abuela lo dejó en la gatera, siempre tuvo más trabajo que tiempo y por ende quedaron cosas sin cerrar, entonces me tomé el trabajo que ella hubiera hecho de editar los libros que ella tenía pendientes. Al libro lo había terminado pero tuve que empezar a buscar editora, ver a quién le interesaba y por suerte encontramos, está buena la temática, son historias de próceres de principios de siglo y de políticos, de amantes, de cosas declaradas. Es una recopilación de una columna que ella publicaba los domingos en el diario Puntal. Son próceres regionales, nacionales y también latinos”.
-¿Cómo hacía para recopilar toda esa información?
-Siempre andaba buscando libros y documentos, archivos, ese era el momento en que ella era feliz, buscando cosas inéditas, charlando con colegas escritores, investigadores, iba rastreando historias y después las hacía conocer a todos.
No quiere soltar mucha prenda Pepi cuando le preguntamos quiénes son los personajes cuyas historias secretas el lector encontrará en el próximo libro. “Prefiero dejarlo para que la gente se sorprenda con los personajes que se van a encontrar ahí. Ella me lo iba leyendo, generalmente yo leía los libros mientras ella los iba armando. Este se diferencia por la temática, esta cosa de alcobas, historias secretas de las alcobas, amores clandestinos, a ella siempre le gustaba buscar aquello que no era historia oficial”.
Susana acuñó la frase: “Me gusta contarles las cosas que nunca nadie se atrevió a contar” y parece que en su último escrito va más a fondo con esa premisa.“Creo que el libro va a ser muy entretenido, la gente ahora va a poder tener la versión completa de aquello que fue contando por fragmentos en el diario”.
La Editorial Raíz de Dos, cordobesa, es quien va a publicar los secretos a los que Susana les corrió el velo y será presentado, en principio, en Río Cuarto y en Córdoba Capital.
“Mónica Ambort, una gran amiga de mi abuela me está ayudando a corregir el estilo, creo que es la persona adecuada, se conocían desde hace muchísimos años y nunca perdieron esa relación”, cuenta Pepi.
-¿Cómo hacen la corrección de galera a distancia?
-Todo es vía mail, como se hace ahora, porque yo estoy en Buenos Aires y ella y la editorial están en Córdoba pero se puede hacer perfectamente el trabajo.
-¿Cómo vivís esto de no estar más con tu abuela?
-(Suspira largamente) Ahora mejor, pero me costó mucho, muchísimo. Pero el tiempo ordena, cura, pero es muy difícil, era mi única familia. Eramos ella y yo. Tengo una tía abuela pero vive en Mendoza, ella era una persona que abarcaba mucho entonces el vacío que me dejó es notable.
-¿Venís a Río Cuarto?
-Voy cuando tengo que hacer algún trámite pero por mi trabajo no es tan sencillo viajar más seguido.
Trato de ir a ordenar algunas cosas de ella. Su biblioteca la tengo yo como un gran tesoro. El resto de sus cosas personales me las traje a todas, es una manera de tenerla, de hecho sus cosas tienen su olor. De hecho cuando ando por mi casa y me cruzo con algo de ella puedo percibir su olor.
-¿Eso es bueno o te produce mucha nostalgia?
-Remueve pero el tiempo va ordenando entonces los recuerdos tienen otro color, me conecto más con lo que tengo cerca que con el hecho de que ya no la tengo.
-¿La sentís, creés que anda por ahí?
-Debe andar, seguro, con el bastón y golpeando a alguno que se sale del carril de su cargo, de su función.
-Tu abuela tenía tanta energía que nos parecía que era inmortal…
-Sí, tal cual, creo que si hubiera tenido 150 años más de vida, también los hubiera aprovechado y los hubiera llenado de trabajo. De hecho, ahora puedo contar algo más alegremente. Antes de la operación le dijo al médico: ´Opéreme rápido que tengo tres libros para editar´.
-Bueno, uno está casi listo y quedan dos más
-No, El oro de América, la reedición aumentada, la pudo encarar en sus últimos días, las correcciones y demás, fue el libro que a posteriori sacamos pero que lamentablemente no lo pudo ver salir”.
-¿Y el tercero, cuál será?
-Ahí tengo que armar algunos materiales, muchas cosas que ella escribía que las tengo que juntar y armar un eje temático para editar otro libro”.
-¿Quedaron muchos escritos de Susana sin publicar?
-Era muy prolífica, imagínate que mi recuerdo es de la mañana hasta las nueve de la noche, cuando le tenía que recordar que era la hora de la cena, ella escribía y escribía. Así que imagínate que todas esas horas sentada era todo producción”.No es sencillo tener esa disciplina…Ella decía que lo de la inspiración era todo cuento, decía ´Acá hay que sentarse y ponerse a trabajar, no hay otra´.
El resto de la charla discurre en relación con su trabajo. Desde hace dos años Pepi Dillon, además de ser la líder del grupo Tumbamores, se desempeña en el área de Relaciones Institucionales del Centro Cultural “Haroldo Conti”, que funciona en la ex ESMA. Ingresar a ese sitio fue “muy duro, al principio fue muy duro, pero después me fui conectando por el lado del arte”. También cuenta Pepi su encuentro con Estela de Carlotto, cuando grabaron una entrevista para un ciclo que se emitió por el Canal Encuentro. Y describe la comparación que no pudo evitar: “Pensaba, que no le pase como a mi abuela que no pudo ver cómo condenaban a los asesinos de mis padres. Me decía a mi misma, por Dios que esta mujer no se vaya de esta vida sin encontrar a su nieto. Por suerte lo pudo conocer. Mi abuela no pudo asistir al juicio, además el asesino de mi mamá se murió antes de ser condenado, eso fue muy injusto”.
Fuente: Otro Punto. Marzo 2015
Siento su olor en los libros
Por Vanessa Lerner
Las Secretas Alcobas del Poder es el título del libro que Susana Dillon tenía casi listo cuando le llegó la hora de la muerte, en septiembre de 2012. Estaba convencida de que lo iba a terminar al punto que trabajaba en simultáneo en otra obra. A su nieta Victoria, Pepi para todos, le tomó dos años recuperarse de semejante pérdida y terminar el libro póstumo de su Vieja, como aún la llama.
En esta entrevista para FM Libre y Otro Punto, nos relata el largo proceso de rearmar su vida sin su abuela y de qué va el libro que está a punto de ser presentado.
“Hay buenas noticias, (el libro) saldría a fines de marzo o en abril, se llama Las Secretas Alcobas del Poder. Es un libro que mi abuela lo dejó en la gatera, siempre tuvo más trabajo que tiempo y por ende quedaron cosas sin cerrar, entonces me tomé el trabajo que ella hubiera hecho de editar los libros que ella tenía pendientes. Al libro lo había terminado pero tuve que empezar a buscar editora, ver a quién le interesaba y por suerte encontramos, está buena la temática, son historias de próceres de principios de siglo y de políticos, de amantes, de cosas declaradas. Es una recopilación de una columna que ella publicaba los domingos en el diario Puntal. Son próceres regionales, nacionales y también latinos”.
-¿Cómo hacía para recopilar toda esa información?
-Siempre andaba buscando libros y documentos, archivos, ese era el momento en que ella era feliz, buscando cosas inéditas, charlando con colegas escritores, investigadores, iba rastreando historias y después las hacía conocer a todos.
No quiere soltar mucha prenda Pepi cuando le preguntamos quiénes son los personajes cuyas historias secretas el lector encontrará en el próximo libro. “Prefiero dejarlo para que la gente se sorprenda con los personajes que se van a encontrar ahí. Ella me lo iba leyendo, generalmente yo leía los libros mientras ella los iba armando. Este se diferencia por la temática, esta cosa de alcobas, historias secretas de las alcobas, amores clandestinos, a ella siempre le gustaba buscar aquello que no era historia oficial”.
Susana acuñó la frase: “Me gusta contarles las cosas que nunca nadie se atrevió a contar” y parece que en su último escrito va más a fondo con esa premisa.“Creo que el libro va a ser muy entretenido, la gente ahora va a poder tener la versión completa de aquello que fue contando por fragmentos en el diario”.
La Editorial Raíz de Dos, cordobesa, es quien va a publicar los secretos a los que Susana les corrió el velo y será presentado, en principio, en Río Cuarto y en Córdoba Capital.
“Mónica Ambort, una gran amiga de mi abuela me está ayudando a corregir el estilo, creo que es la persona adecuada, se conocían desde hace muchísimos años y nunca perdieron esa relación”, cuenta Pepi.
-¿Cómo hacen la corrección de galera a distancia?
-Todo es vía mail, como se hace ahora, porque yo estoy en Buenos Aires y ella y la editorial están en Córdoba pero se puede hacer perfectamente el trabajo.
-¿Cómo vivís esto de no estar más con tu abuela?
-(Suspira largamente) Ahora mejor, pero me costó mucho, muchísimo. Pero el tiempo ordena, cura, pero es muy difícil, era mi única familia. Eramos ella y yo. Tengo una tía abuela pero vive en Mendoza, ella era una persona que abarcaba mucho entonces el vacío que me dejó es notable.
-¿Venís a Río Cuarto?
-Voy cuando tengo que hacer algún trámite pero por mi trabajo no es tan sencillo viajar más seguido.
Trato de ir a ordenar algunas cosas de ella. Su biblioteca la tengo yo como un gran tesoro. El resto de sus cosas personales me las traje a todas, es una manera de tenerla, de hecho sus cosas tienen su olor. De hecho cuando ando por mi casa y me cruzo con algo de ella puedo percibir su olor.
-¿Eso es bueno o te produce mucha nostalgia?
-Remueve pero el tiempo va ordenando entonces los recuerdos tienen otro color, me conecto más con lo que tengo cerca que con el hecho de que ya no la tengo.
-¿La sentís, creés que anda por ahí?
-Debe andar, seguro, con el bastón y golpeando a alguno que se sale del carril de su cargo, de su función.
-Tu abuela tenía tanta energía que nos parecía que era inmortal…
-Sí, tal cual, creo que si hubiera tenido 150 años más de vida, también los hubiera aprovechado y los hubiera llenado de trabajo. De hecho, ahora puedo contar algo más alegremente. Antes de la operación le dijo al médico: ´Opéreme rápido que tengo tres libros para editar´.
-Bueno, uno está casi listo y quedan dos más
-No, El oro de América, la reedición aumentada, la pudo encarar en sus últimos días, las correcciones y demás, fue el libro que a posteriori sacamos pero que lamentablemente no lo pudo ver salir”.
-¿Y el tercero, cuál será?
-Ahí tengo que armar algunos materiales, muchas cosas que ella escribía que las tengo que juntar y armar un eje temático para editar otro libro”.
-¿Quedaron muchos escritos de Susana sin publicar?
-Era muy prolífica, imagínate que mi recuerdo es de la mañana hasta las nueve de la noche, cuando le tenía que recordar que era la hora de la cena, ella escribía y escribía. Así que imagínate que todas esas horas sentada era todo producción”.No es sencillo tener esa disciplina…Ella decía que lo de la inspiración era todo cuento, decía ´Acá hay que sentarse y ponerse a trabajar, no hay otra´.
El resto de la charla discurre en relación con su trabajo. Desde hace dos años Pepi Dillon, además de ser la líder del grupo Tumbamores, se desempeña en el área de Relaciones Institucionales del Centro Cultural “Haroldo Conti”, que funciona en la ex ESMA. Ingresar a ese sitio fue “muy duro, al principio fue muy duro, pero después me fui conectando por el lado del arte”. También cuenta Pepi su encuentro con Estela de Carlotto, cuando grabaron una entrevista para un ciclo que se emitió por el Canal Encuentro. Y describe la comparación que no pudo evitar: “Pensaba, que no le pase como a mi abuela que no pudo ver cómo condenaban a los asesinos de mis padres. Me decía a mi misma, por Dios que esta mujer no se vaya de esta vida sin encontrar a su nieto. Por suerte lo pudo conocer. Mi abuela no pudo asistir al juicio, además el asesino de mi mamá se murió antes de ser condenado, eso fue muy injusto”.
Fuente: Otro Punto. Marzo 2015
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