Los pueblos originarios mantienen su acampe en la Ciudad de Buenos Aires, tras dos meses sin respuesta a su petición de ser recibidos por la Presidenta de la Nación. El cese de la represión es el eje de sus demandas.
El pasado 17 de febrero, distintas comunidades aborígenes de la Argentina retomaron el acampe en el centro porteño. Con base en la intersección de Avenida De Mayo y 9 de Julio y con el cacique Qom Felix Díaz a la cabeza, piden a las autoridades que los reciban para plantearles sus reclamos que ya llevan años.“Se está ampliando la lucha indígena y por eso decidimos ampliar el nombre de nuestra campaña a ‘Conciencia originaria Copiwini’. Ese es el nombre de la asociación que están conformando Félix Díaz y otros líderes de la lucha indígena. Es decir, se trasciende la lucha Qom para arribar a una asociación que va a luchar con las naciones originarias más amalgamadas y unidas, eso va a traer muchas ventajas en esta difícil tarea de visibilizar su lucha y llevarla adelante”, expresó Ruben Antonelli, Coordinador de la ONG “Conciencia solidaria”, una entidad que asiste a los pueblos originarios y que atiende a diversas cuestiones que hacen al cuidado del medio ambiente.
En el comienzo del acampe, Felix Díaz se instaló con el objetivo de “visibilizar los reclamos desatendidos por los gobiernos nacional y provincial de Formosa”. Luego fueron llegando otros líderes indígenas, de otras comunidades de Formosa.
“Estamos todos juntos tratando de visibilizar su lucha y de contarle a la gente cuáles son sus reclamos y sus derechos humanos violados. Van a seguir estando ahí hasta que sean escuchados y hasta que la Presidenta de la Nación los oiga. Siguen llegando constantemente líderes de distintas comunidades, así que se va poblando el acampe en el centro de Buenos Aires”, afirmó Antonelli en diálogo con “Epicentro” por Radio Arinfo.
El activista afirmó que los reclamos de los pueblos organizados en Qopiwini (sigla que proviene de la conjunción de los pueblos Qom, Pilagá, Wichí y Nivaclé) son los mismos que llevan adelante todas las comunidades originarias del país: “Se reclama que dejen de usurparles las tierras y que dejen de desalojarlos con violencia. Esto es algo fundamental. Hoy las tierras de los pueblos originarios son muy codiciadas para distintos emprendimientos, sobre todo para la soja y también para la búsqueda de petróleo en el Sur. Existe la panacea de la soja transgénica, ya no saben más donde ponerla y, si hay una comunidad originaria que está ‘molestando’, hay que desalojarla con distintas trampas, artilugios y con mucho autoritarismo por parte de estos gobiernos que se dicen paladines de los Derechos Humanos pero que, cuando estos estorban algún interés económico, no son tan plausibles de atender”.
“También se reclama por que se atiendan los servicios básicos que cualquier persona necesita para vivir. Que lleguen a las comunidades la energía eléctrica, el agua potable, la educación, la salud y que los caminos sean transitables para que estos pueblos no queden aislados”, agregó.
Fuente: arinfo 04.03.15
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