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3 dic 2010

El caso Sabena, la Justicia y la participación popular



La sociedad de Río Cuarto es reticente a participar en convocatorias que tienen que ver con la consideración de los problemas sociales que padecemos. Se advierte en las reuniones más simples como la de padres en las escuelas, en las de mayor envergadura como las Audiencias Públicas del Concejo Deliberante y no son excepción  las marchas por temas puntuales, salvo las organizadas desde los distintos sectores gremiales y políticos que mantienen aceitados mecanismos para hacer oír sus reclamos.
La participación es la posibilidad que tiene la gente de hacer oír su voz, no tomamos debida conciencia de ello. Importa el hecho de que el descreimiento es mucho  en el logro de objetivos,  y así entonces se suma el escepticismo con la comodidad y una rutina doméstica nos domina a la hora de acercarnos a la consideración de los problemas de la comunidad.
 
Privilegiamos el individualismo, y si bien no consideramos pérdida de tiempo mirar el culebrón o el programa de televisión, el partido o las carreras, el común de la gente no se suma para abordar cuestiones de trascendencia para la vida de la comunidad porque lo que se piensa es que  ¡Para que voy a ir si total si siempre hacen lo que quieren!  Y  la reflexión le cabe a quienquiera que sea el que mande en el lugar en que éste.
 
Y no siempre es así, la voz de la gente importa en la democracia y si no lo han entendido nuestros dirigentes les tenemos que hacer entender ganando los espacios del debate y exponiendo nuestro pensamiento, haciéndonos oír.
Acompañar a las víctimas es uno de los caminos que debemos aprender a recorrer en solidaridad, por que el dolor en soledad es mucho más duro de sobrellevar y la impotencia a la hora de reclamar puede a los familiares sumirlos en la más profunda desesperanza. Es lo que  sentimos que pasa por ejemplo con el caso de la familia de  Nicolás Sabena y es lo que percibimos que sucede cuando su madre Rosa, convoca ante la causa que corre el riesgo de dormir un largo camino en el Palacio de  Justicia, mientras su hijo ha desaparecido con serias sospechas de homicidio.
Es valioso que la gente se haya llegado espontáneamente a tribunales a acompañar a la familia Sabena, sin ninguna presión partidaria. Pero mucho más valioso será que la causa  no caiga y la voluntad de los presentes no claudique para estar con la opinión y la presencia apoyando a los que padecen una situación que se puede dar en la casa de cualquiera de los tantos adolescentes vulnerables de la ciudad y su zona que viven  expuestos en una sociedad con demasiados factores de riesgo.
Porque debemos estar alertas en nuestro medio y ser conscientes del momento en que vivimos, quizás sea oportuno recordar el  conocido poema de Bertold Brecht

Primero se llevaron a los negros,
pero a mí no me importó
porque yo no lo era.


Enseguida se llevaron a los judíos,
pero a mí no me importó,
porque yo tampoco lo era.

Después detuvieron a los curas,
pero como yo no soy religioso,
tampoco me importó.

Luego apresaron a unos comunistas,
pero como yo no soy comunista,
tampoco me importó.

Ahora me llevan a mí
pero ya es tarde.

Bertolt Brecht  también nos enseñó que: “Hay hombres que luchan un día y son buenos. Hay otros que luchan un año y son mejores. Hay otros que luchan muchos años y son muy buenos. Pero hay quienes luchan toda la vida, esos son imprescindibles”.
Buena reflexión para meditar en el camino hacia una sociedad mejor. ¿No le parece?

CIUDADANOS AUTOCONVOCADOS DE RIO CUARTO

1 comentario:

  1. Muy bueno este artículo, nos vemos nosotros mismos como somos con lo que no nos toca directamente.
    Felicitaciones...

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