Sara Canonero y Rubén Segura, matrimonio cuya vida transcurre en un campo de Olaeta, se ve imposibilitado de salir del mismo por el camino habitual por que está literalmente convertido en una laguna, debiendo hacerlo por uno alternativo con todas las dificultades del caso. La falta de solución impulsó a la señora Sara Canonero a enviar una carta al Director de Puntal en la cual da cuenta la situación que atraviesan. Esta carta es un testimonio veraz de la realidad que viven muchos pobladores de la zona rural. En ella dice
Señor director
Soy una vecina de la zona rural de Olaeta y
Bengolea, más conocida como el Cruce del Dorado. Bajando hacia la izquierda,
tenemos una laguna de más de 500 metros, con una profundidad de 1,50 metros, en
la calle única que se ha convertido en intransitable.
Hace 43 años que vivo allí, he nacido y me he criado
en el campo y por causas climáticas hace ya 120 días que mi esposo y yo estamos
aislados, ya no somos dos jovencitos, tenemos 65 años. Para llegar al pueblo
debemos cruzar tres kilómetros de rastrojo de maní en un tractor y acoplado
hasta lo de un vecino, donde tenemos el auto, pues se digno amablemente a
cortar el alambrado para hacernos una puerta.
Se han hecho reuniones de las cuales enteramos por
el “boca en boca” ya que nunca nos participaron de ellas. Así que no sabemos
que proyecto habrá para darnos una solución. No tengo una 4 por 4 para atravesar
el campo, nadie hace nada: si nada se empieza, nada se termina.
Invito a algún ingeniero de Vialidad Provincial o a
alguien del poder o del consorcio al cual pertenecemos que nos deberían dar una
solución. Los invito a pasar unos días de campo, pero en estos días, no en días
soleados y primaverales. Estoy con tratamiento de huesos y músculos “por los
viajecitos que tenemos que hacer”; amamos el campo con nuestras almas y huesos
pero hoy, cabizbajos y abandonados, tendremos que partir, sin solución de nada
por que nadie se hace cargo.
Sara Elvira Canonero
DNI 10.052.143
Olaeta- Zona rural-
Fuente: Puntal 23.05.14
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