El fiscal mantuvo una conversación con la prensa en una oficina del centro porteño. Enterate qué dijo.
-Me decía que, a pesar de estar sometido a grandes presiones, nunca fue a terapia...
-Siempre me preparé para los golpes. Juego al rugby y tengo varios huesos rotos. Fui pilar en San Patricio.También nado en aguas abiertas. Estoy acostumbrado a tener que pelear y ahora estoy pasando por esta situación que capaz es un poco más definitoria en mi vida (risa, tal vez nerviosa).
-El que no lo quiere podría pensar: "Se está queriendo vender como el superhéroe de la honestidad y exhibe su épica".
-No quiero construir ninguna imagen de superhéroe ni nada por el estilo. La gente que me conoce sabe que siempre fui así. Este caso tomó una resonancia pública superior a cualquier otra, pero he tenido muchos casos importantes.
-Está por ser la tapa de una revista de rock (Rolling Stone). Va a ocupar el lugar de los músicos, que antes eran los que "desafiaban al sistema".
-Soy medio rockero, me gusta desafiar al sistema, siempre le he puesto a mi rol de fiscal alguna impronta distinta. ¿Por qué acepto lo de la revista? Quiero llegar a la mayor cantidad de gente posible, para que puedan saber que cuando me destituyan, están destituyendo a un tipo que laburaba.
-¿Ya se da por destituido?
-Creo que me van a destituir. El panorama es complicado. Ojalá que no, voy a hacer todo lo posible. Es muy raro lo que me objetan. Me cuesta entender cuáles son los cargos.
-No le objetan su actuación, pero sí que no era su competencia y que investigó en paralelo.
-¿Vos pensás que me excedí? Pero ¿qué es lo que hace un fiscal? Representa los intereses generales de la sociedad en una causa penal. [El financista Federico] Elaskar dice: "Yo tenía una financiera donde lavaba plata y un buen día vino esta gente, me la sacó, me dijo que iba a terminar como [Sebastián] Forza". Eso se llama extorsión y es lo que investigué. Llegué a algunas conclusiones relativas al lavado de dinero porque a Elaskar lo estaban corriendo por lavar. Además, yo tengo que saber en mi investigación quién es el que está detrás. Para saberlo tengo que investigar las sociedades, el entramado...
-Correcto. Pero yo le pregunto si cierto entusiasmo suyo no choca, a veces, con cuestiones formales que sirven luego de excusa perfecta para enjuiciarlo y sacarlo.
-¡Pero son excusas! Hace 15 años promoví la investigación penal sobre la venta fraudulenta del predio de La Rural y le pedí la indagatoria a Menem. En ese momento, mis amigos de Tiempo Argentino me ponían como un héroe porque gracias a mi investigación se pudo hacer el decreto de expropiación, no me objetaron la competencia. El fiscal no tiene, como el juez, una competencia acotada. El límite del fiscal lo pone el juez. El juez es el que le dice: "Hasta acá llegaste".
-¿Y en esta investigación la jueza Gabriela Lans no le dijo: "Hasta acá llegaste"?
-La doctora Lans, cuando yo presento mi dictamen, hace lugar a la mayoría de las medidas que pido. Al final la Cámara resuelve que yo siga siendo el fiscal.
-¿Y por qué [la procuradora general, Alejandra] Gils Carbó dice que no está bien?
-Hablan de exorbitancia de mi investigación, de que hice una investigación paralela. Sin embargo, cada conclusión a la que yo llegaba se la mandaba por oficio a [fiscal Guillermo] Marijuan para que se la mandara al juez [Sebastián] Casanello.
-Hay dos ejes: la convicción sobre lo que uno investiga y el procedimiento. ¿Qué es más importante?
-El procedimiento es un camino. En el fondo, lo importante es llegar a la verdad.
-Si usted fuera este gobierno, ¿qué haría con Campagnoli?
-No me hubiese suspendido, me hubiese dejado seguir en mi fiscalía de Saavedra, donde tengo un margen acotado de actuación.
-¿Qué prueba irrefutable hay de que Lázaro lavó dinero?
-Hay todo un entramado societario donde las personas se empiezan a repetir, viajes, salidas del avión de los hijos con otros personajes, el depósito de 65 millones de dólares en la cuenta de Austral Construcciones. Todo eso está probado.
-Usted tenía buena relación con Gils Carbó...
-Muy buena. Me encantaría mirarla a los ojos y preguntarle qué pasó conmigo. Si ella misma me encomendó una investigación de un hecho ocurrido en Avellaneda en materia federal, cuando lo secuestraron a Alfonso Severo, testigo del caso Ferreyra. Ella nos estimulaba a investigar.
-Si todo sale como usted sospecha, en el Mundial lo dejan afuera. ¿A qué se va a dedicar?
-No lo sé. En la medida en que se acerca la fecha empiezo a pensar: "¿Cómo mantengo a mis hijos?". Son cosas que por ahí nunca me permití pensar para no debilitarme. Pero a medida que se acerca el momento... Mucha gente me pregunta si voy a ser diputado. No lo sé.
-Usted contó que perdió a su esposa hace dos años...
-Dos años y cinco meses. (Silencio) Un camión con acoplado me pasó por arriba. Es lo peor que me pudo pasar. Tenía un matrimonio excelente, estuvimos 20 años juntos. Su proceso de enfermedad duró casi un año y fue muy doloroso.
-¿Cómo se llamaba?
-Dolores Piñeiro.
-¿Qué le diría Dolores si estuviera hoy con usted?
-Me diría: "Gordo, sos un pelotudo, pero te banco" (se ríe).
-Dejamos acá.
-Siempre me preparé para los golpes. Juego al rugby y tengo varios huesos rotos. Fui pilar en San Patricio.También nado en aguas abiertas. Estoy acostumbrado a tener que pelear y ahora estoy pasando por esta situación que capaz es un poco más definitoria en mi vida (risa, tal vez nerviosa).
-El que no lo quiere podría pensar: "Se está queriendo vender como el superhéroe de la honestidad y exhibe su épica".
-No quiero construir ninguna imagen de superhéroe ni nada por el estilo. La gente que me conoce sabe que siempre fui así. Este caso tomó una resonancia pública superior a cualquier otra, pero he tenido muchos casos importantes.
-Está por ser la tapa de una revista de rock (Rolling Stone). Va a ocupar el lugar de los músicos, que antes eran los que "desafiaban al sistema".
-Soy medio rockero, me gusta desafiar al sistema, siempre le he puesto a mi rol de fiscal alguna impronta distinta. ¿Por qué acepto lo de la revista? Quiero llegar a la mayor cantidad de gente posible, para que puedan saber que cuando me destituyan, están destituyendo a un tipo que laburaba.
-¿Ya se da por destituido?
-Creo que me van a destituir. El panorama es complicado. Ojalá que no, voy a hacer todo lo posible. Es muy raro lo que me objetan. Me cuesta entender cuáles son los cargos.
-No le objetan su actuación, pero sí que no era su competencia y que investigó en paralelo.
-¿Vos pensás que me excedí? Pero ¿qué es lo que hace un fiscal? Representa los intereses generales de la sociedad en una causa penal. [El financista Federico] Elaskar dice: "Yo tenía una financiera donde lavaba plata y un buen día vino esta gente, me la sacó, me dijo que iba a terminar como [Sebastián] Forza". Eso se llama extorsión y es lo que investigué. Llegué a algunas conclusiones relativas al lavado de dinero porque a Elaskar lo estaban corriendo por lavar. Además, yo tengo que saber en mi investigación quién es el que está detrás. Para saberlo tengo que investigar las sociedades, el entramado...
-Correcto. Pero yo le pregunto si cierto entusiasmo suyo no choca, a veces, con cuestiones formales que sirven luego de excusa perfecta para enjuiciarlo y sacarlo.
-¡Pero son excusas! Hace 15 años promoví la investigación penal sobre la venta fraudulenta del predio de La Rural y le pedí la indagatoria a Menem. En ese momento, mis amigos de Tiempo Argentino me ponían como un héroe porque gracias a mi investigación se pudo hacer el decreto de expropiación, no me objetaron la competencia. El fiscal no tiene, como el juez, una competencia acotada. El límite del fiscal lo pone el juez. El juez es el que le dice: "Hasta acá llegaste".
-¿Y en esta investigación la jueza Gabriela Lans no le dijo: "Hasta acá llegaste"?
-La doctora Lans, cuando yo presento mi dictamen, hace lugar a la mayoría de las medidas que pido. Al final la Cámara resuelve que yo siga siendo el fiscal.
-¿Y por qué [la procuradora general, Alejandra] Gils Carbó dice que no está bien?
-Hablan de exorbitancia de mi investigación, de que hice una investigación paralela. Sin embargo, cada conclusión a la que yo llegaba se la mandaba por oficio a [fiscal Guillermo] Marijuan para que se la mandara al juez [Sebastián] Casanello.
-Hay dos ejes: la convicción sobre lo que uno investiga y el procedimiento. ¿Qué es más importante?
-El procedimiento es un camino. En el fondo, lo importante es llegar a la verdad.
-Si usted fuera este gobierno, ¿qué haría con Campagnoli?
-No me hubiese suspendido, me hubiese dejado seguir en mi fiscalía de Saavedra, donde tengo un margen acotado de actuación.
-¿Qué prueba irrefutable hay de que Lázaro lavó dinero?
-Hay todo un entramado societario donde las personas se empiezan a repetir, viajes, salidas del avión de los hijos con otros personajes, el depósito de 65 millones de dólares en la cuenta de Austral Construcciones. Todo eso está probado.
-Usted tenía buena relación con Gils Carbó...
-Muy buena. Me encantaría mirarla a los ojos y preguntarle qué pasó conmigo. Si ella misma me encomendó una investigación de un hecho ocurrido en Avellaneda en materia federal, cuando lo secuestraron a Alfonso Severo, testigo del caso Ferreyra. Ella nos estimulaba a investigar.
-Si todo sale como usted sospecha, en el Mundial lo dejan afuera. ¿A qué se va a dedicar?
-No lo sé. En la medida en que se acerca la fecha empiezo a pensar: "¿Cómo mantengo a mis hijos?". Son cosas que por ahí nunca me permití pensar para no debilitarme. Pero a medida que se acerca el momento... Mucha gente me pregunta si voy a ser diputado. No lo sé.
-Usted contó que perdió a su esposa hace dos años...
-Dos años y cinco meses. (Silencio) Un camión con acoplado me pasó por arriba. Es lo peor que me pudo pasar. Tenía un matrimonio excelente, estuvimos 20 años juntos. Su proceso de enfermedad duró casi un año y fue muy doloroso.
-¿Cómo se llamaba?
-Dolores Piñeiro.
-¿Qué le diría Dolores si estuviera hoy con usted?
-Me diría: "Gordo, sos un pelotudo, pero te banco" (se ríe).
-Dejamos acá.
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