La jornada tuvo su cara
y ceca en la UNRC, por un lado el Sindicato de Limpieza arribó con 200 personas
en cuatro micros completos desde la ciudad de Córdoba, que comenzaron a reclamar por la situación laboral
de los empleados de una empresa que según los directivos de la casa de altos
estudios no cumple con los requisitos para ser prestadora de servicios y se
está en espera de un convocatoria a licitación,
mientras para los sindicalistas
se intenta precarizar a los trabajadores del sector.
Así en un clima
enrarecido y violento, lanzado una lluvia de huevos, piedras y con actitudes francamente
hostiles no solo hacia las autoridades sino que por extensión hacia los que
transitaban por la zona, los gremialistas crearon una atmósfera que no era la
mejor para el día que se preparaban a vivir en los claustros.
Es que ayer fue reconocido
como Doctor Honoris Causa de la
Universidad Nacional, Álvaro García
Linera el vicepresidente de Bolivia, el “copiloto” del Evo. Intelectual
brillante, matemático formado en la Universidad Autónoma de México, pasó cinco
años de prisión en su país y luego ya sociólogo fue docente de la Universidad
Mayor de San Andrés en La Paz.
“Con su llegada a la
vicepresidencia, sin haberse quitado el traje de sociólogo, el vicepresidente
boliviano continúa una tradición boliviana –y latinoamericana– de intelectuales
que pasaron, con éxito desigual, de las “armas de la crítica” a la “crítica de
las armas” para transformar una realidad que, en el caso boliviano, fue
moldeada por la incapacidad de sus elites para construir una nación incluyente
y un proyecto de país compartido. (1)
Y en sus palabras de
ayer contó justamente la experiencia compartida de encaminar hacia una sociedad
más justa la del vecino país del altiplano. Sus palabras es muy difícil no
compartirlas cuando parte del análisis de las vicisitudes históricas que
culminan con la postergación y empobrecimiento de un país tan rico no solo en su
pasado histórico sino en riquezas naturales.
Garcia Linera, en
su primer discurso como candidato citó una frase del presidente boliviano
Manuel Isidoro Belzú (1848-1855) para darle un sentido a la fórmula: “Bolivia será digna cuando el poncho y la
corbata gobiernen juntos”(2). Contó ayer como hicieron para lograr las
transformaciones que hicieran posible ese propósito, destacando que en el
ámbito económico-estructural la transformación más importante tiene que ver con
el nuevo papel que tiene hoy el Estado boliviano en el control, la generación y
la utilización del excedente. “Nosotros recibimos un Estado sin una sola empresa,
porque todas las empresas públicas habían sido transferidas al seprivado en el
marco de lo que se denominó neoliberalismo. Y, en algo más de un año, el Estado
boliviano ha comenzado a intervenir abierta y directamente en la producción y
el control de la riqueza”.(1)
El vicepresidente
recordó que Bolivia tenía el 49% de su población en extrema pobreza en 2005 y
que actualmente se redujo al 20%. “Sigue siendo alto, pero nuestro plan es
llevarla al 5%, una cifra promedio para la región”, explicó. La drástica
reducción fue, según García Linera, el resultado del mayor peso del Estado en
la economía. “Cuando asumimos ocupaba el 10% y actualmente alcanza el 40%. Pero
además, la economía creció 3,5 veces en este proceso. Todo por la
nacionalización de recursos que antes eran explotados por empresas que se
llevaban los dividendos fuera del país”, dijo. Y añadió que lograron elevar el
salario mínimo a 210 dólares, lejos del ideal pero muy por encima
que lo que el trabajador boliviano recibía.
Recordó los cambios significativos en el ámbito
político-cultural con una anécdota que gusta relatar : “hay una imagen que creo
que resume lo que está significando el nuevo gobierno. Evo
va a la localidad de Pocoata y le pregunta a uno de los niños si ha recibido el
bono Juancito Pinto [25 dólares anuales contra la deserción escolar] y qué va a
hacer con el dinero. El niño respondió con una contundencia feroz: “me voy a
preparar para ser como vos”. Para mí esto resume lo que ha pasado en este país.
Los indígenas, que se proyectaban como campesinos, a lo mejor, en un exceso de
movilidad social, como albañiles o cabos de la policía, hoy se proyectan en
todos los niveles demando de Bolivia.” (1)
A la
pregunta de la prensa de cómo evalúa el momento de América
Latina, respondió: “Todo
proceso revolucionario siempre va a estar marcado por tensiones. Nadie puede
decir que un cambio es una autopista pavimentada, porque eso ya habría sido
transitado por otro. Pero lo importante es que nunca antes América Latina había
tenido esta sincronía de gobiernos populares y revolucionarios. Lo que sí hubo
fue sincronía de gobiernos militares y de neoliberales. Pero en el campo
popular siempre se desarrollaba de manera diferencial y no sincronizada. Ahora
no, el siglo XXI comenzó como nunca con una cantidad de gobiernos progresistas
y revolucionarios. Hay una suerte de internacional continental de gobiernos
progresistas que permite fuertes vínculos políticos, acción conjunta de defensa
de la democracia como en 2008 en Bolivia cuando intervino el gobierno argentino
para remontar la adversidad. Falta es convertir esa sincronía de gobiernos
progresistas en una sincronía de acciones económicas conjuntas. Es decir, la
base material a la integración.”(3)
Enfático defensor de la
integración latinoamericana manifestó
para lograrla el diseño de una “arquitectura económica que significa
instituciones financieras comunes, reglas arancelarias comunes, intercambio
tecnológico, vinculación horizontal o vertical de emprendimientos empresariales
estatales o privados. Y complementariamente un régimen jurídico compartido de
tal manera que cada país mantenga su autonomía soberana, pero sobre eso se
levanta una arquitectura común. Le hemos llamado a eso un estado plurinacional
continental.”
Así y ejemplificando lo
que pasa en el mundo destacó la “necesidad de integrar un gran bloque en
tiempos en que los estados continentes son decisivos en el mundo. Estados
Unidos y Canadá actúan de ese modo, Europa lo hace, Asia va a tender a actuar
así también. Si América Latina no lo hace está condenada a ser irrelevante en
los circuitos económicos mundiales. Se requiere esta articulación. Es costoso,
pero es el camino. Si quiere influir en el curso de los procesos de
mundialización debe actuar de ese modo. Somos bisagra entre la economía del
Atlántico y la del Pacífico. Con todas nuestras riquezas. La mundialización es
irreversible. No vamos a regresar a las autarquías locales. Pero la cosa es
quien conduce esa globalización: países del norte, bancos, mercados
financieros. Necesitamos articular la base material del continente. Y mientras
tengamos estos gobiernos progresistas y revolucionarios en el continente, eso
es posible. Un retroceso hacia fuerzas conservadoras puede significar un
retroceso de 50 años en los mecanismos de integración. Ahora falta resolver la
situación de las costas del océano Pacífico, que es una zona que se mantiene de
espaldas al continente.”(3)
Garcia Linares estuvo
en Río Cuarto, su visita es un hito no sólo para la Universidad local, y la
comunidad boliviana de nuestra ciudad. Su condición de conductor de un proceso
de cambio manifiesto y pacífico hecho en base a racionalidad, austeridad y con
respeto por el pueblo no empañando la gestión con hechos de corrupción hacen de
este liderazgo un ejemplo a analizar con detenimiento en una América
Latina que busca afanosamente el caminos
de la tan anhelada soberanía, base de equidad y justicia social.
CIUDADANOS
AUTOCONVOCADOS DE RIO CUARTO
Fuentes
1
Entrevista a Álvaro García Linares. Maristella Svampa y Pablo Stefanoni. Set
2007
2.
Jefazo. Martín Sivak.2008
3.
Puntal27.05.14
AUDIO: Alvaro García Linera
ADUIO:Ruiz
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