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7 mar 2015

Costas del río Cuarto: que manifiesta una vecina afectada

El tema dominante de la semana ha sido indudablemente la situación que padecen amplias zonas de  la provincia por las lluvias que soportamos. En nuestra ciudad el río acentuó los problemas de erosión de la ribera y la negligencia en atender en su debido momento esta problemática queda expueta porejemplo en una carta al Director del diario PUNTAL que enviara una vecina contando su caso particular en un texto que vale la pena leer para conocer como vivimos los ciudadanos esta situación.

Costas del río

Señor director:

No vaya a pensar que le escribo una carta de lectores nada más que por haber agotado las demás alternativas. (Seguro que algún timbre me quedó sin tocar y no me di cuenta). Nada de eso.
Tómelo como que a mí me está gustando más escribir que calentarme la oreja hablando por teléfono o ir al cuete centenas de veces a distintas oficinas buscando quien me escuche.
Por lo demás, soy agradecida, no vaya a creer. Sí, de tener teléfono y plata para el colectivo, y es más: de tener alguna oficina donde ir a golpear la puerta.
Que no hayan acusado recibo es otra historia y no tengo por qué echarle todas las culpas a usted, que bastante ajetreado habrá estado con esto de la campaña presidencial.
Aparte, ahora me hice budista. No sé, me pintó eso de la “paciencia china” y, dirá que exagero pero no, es tal cual. Uno aprende y todo a esperar y esperar. Así que usted, tranqui.
Hoy lo vi por la tele, en el spot por las inundaciones. Me encantó eso de que se encomiende a Dios…, no sé, me dio una tranquilidad… Hay que reconocer que un ateo eso no lo dice.
Eso de encomendarse a Dios es algo que yo vengo haciendo desde hace años. Creo, si no me equivoco, que desde que el río empezó a cambiar su cauce y enfiló derechito para donde yo tengo la casa. Pero le cuento: rápido el trámite no es. Bah, a mí por lo menos me está demorando un poco. La verdad, el río ya se llevó una parte y el resto está esperando un empujoncito.
Snif, snif. Rip.
Y ni le cuento lo que sentí cuando vi su foto en el diario, con botas de goma hasta las rodillas, en una calle con barro y todo. Como debe ser, justo es reconocerlo. Porque usted no es de esos gobernantes que hacen “relevamientos” subidos a un helicóptero. No señor. Así cualquiera sabe cómo están las cosas. Pero de a pie, ja, ahí los quiero ver.
Bien hecho, un poroto para usted.
Volviendo al tema de Dios: algo me decía que mi súplica podía extraviarse en los laberintos de la burocracia celestial (¡qué cosa, en todos lados lo mismo!), así que empecé a gestionar humildemente por lo que tenía más a mano, digamos, la Secretaría, el Ministerio… Y ya que estamos, le confieso: un divino el secretario Escudero. Eso de poner funcionarios onda “no sabe/no contesta” es lo más de lo más. O no que son los únicos que no lo andan incordiando con problemas a cada rato, como si usted no tuviera los suyos.
Eso es tener ojo para elegir colaboradores. Otro poroto.
Le cuento —y no se amargue, ya sabe cómo es la gente— que en Río Cuarto hay quienes andan diciendo que si ahora se está moviendo el temita este de la erosión de las costas del río y aparecieron las retroexcavadoras para evitar desmoronamientos es porque usted tiene su casa en el Riverside, que varios metros le comió, ¿no?
Yo no, yo creo que es como usted dice, algo que no pasaba desde hace cincuenta años. Que a mí me hayan estado llegando anticipos durante estos años de lo que a usted le pasa ahora no es culpa suya. Mala suerte mía nomás. A llorar al campito. (¡Uy! No puedo porque se lo llevó el río…).
Que Escudero me haya dicho que si se me caía la casa era un problema personal y no de incumbencia de la Gobernación corre por su cuenta. Bastante grandecito es como para saber lo que dice.. No va a andar usted explicándole nada menos que al secretario de Infraestructura que todo lo que pase en la vera de los ríos es jurisdicción de la Provincia.
Así que, como le digo, usted tranqui.
Pero si, Dios no lo quiera en su caso, la creciente le lleva también a usted su casa, lo invito a tomar unos mates y a llorar juntos.
Va a ver cuántos somos los que podemos hacerle el aguante en la impotencia, el ninguneo; unidos, Córdoba corazón de mi país.
Qué mejor plataforma, dígame si no, para demostrar que aquí tenemos dirigentes que de verdad saben —como bien lo dijo en su campaña a gobernador— lo que le pasa a la gente.

Rita Gil
DNI 11.217.741

Fuente: Puntal 06.03.15

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