El fiscal del caso: “El
copiloto tuvo la voluntad de destruir el avión”
La fiscalía de Marsella explica que el descenso del
aparato y el cierre de la cabina al comandante fueron intencionados
El
copiloto del avión siniestrado en los Alpes franceses accionó de
manera deliberada el descenso del avión, impidió al comandante volver a la cabina y estuvo
vivo hasta que se estrelló el vuelo de Germanwings, con 150 personas a bordo. Esta es la explicación
que ha dado este mediodía el fiscal de Marsella que investiga el caso, Brice
Robin.
De la
grabación se deduce que el copiloto, identificado
como Andreas Lubitz, alemán de 27 años, tenía la “voluntad de
destruir el avión”, según ha dicho Robin al revelar el contenido de la
grabaciones de la caja negra encontrada, que permite reconstruir lo sucedido en
el Airbus.
Según el fiscal, la conversación entre el
comandante y el piloto fue normal durante los primeros 20 minutos del viaje.
Después, cuando el profesional al mando del aparato recitó el plan de vuelo
previsto hasta el aterrizaje en Düsseldorf, su segundo le contestó con
respuestas "lacónicas, breves". A continuación, el comandante
"pidió al copiloto que tomara al mando" porque iba a salir de la
cabina, probablemente al servicio.
Posteriormente,
se escuchó un ruido, que identifica con el de un asiento que se echa para
atrás, y la puerta que se cierra. El copiloto, contó el fiscal,
"aprovechó" esa ausencia del comandante para "manipular el botón
de pérdida de altitud".
Una vez
cerrada la puerta y asumidos los mandos, el copiloto ya no pronunció ni una
sola palabra en los últimos diez minutos de grabación. Ni
respondió a las llamadas del comandante para que le abriera, ni contestó a los
controladores que le advertían del inesperado y extraño descenso del avión.
Existe un procedimiento de emergencia que permite a un tripulante
abrir la puerta desde fuera, pero esa posibilidad puede bloquearse
desde el interior de la cabina.
El fiscal
ha sostenido que el copiloto fue quien manipuló y accionó "de
forma voluntaria" el descenso. Después, "se escuchan llamadas del
comandante, por el interfono, identificándose, pero sin recibir respuesta del
copiloto". "Su respiración [la del copiloto], en apariencia al menos
es una respiración normal", ha añadido para explicar que todo indica, por
tanto, que estaba vivo hasta el último momento.
"Los
gritos de los pasajeros solo se oyeron en el último momento", ha añadido
el fiscal, quien señaló que la muerte de los 150 ocupantes de la aeronave fue
"instantánea". En cualquier caso, los nuevos datos de la investigación
añaden "más rabia e impotencia" a los familiares y
allegados de las víctimas, según el coordinador de emergencias del
Consejo General de la Psicología de España, Javier Torres.
El fiscal precisó que "nada permite decir que
se trata de un atentado". En la misma línea, el ministro de Interior
alemán, Thomas de Maizière, ha afirmado que en el caso no se aprecian
"indicios de trasfondo terrorista".
El
presidente de Lufthansa, Carsten Spohr, ha defendido la profesionalidad del
copiloto. "Era apto al cien por cien y su actitud era impecable", ha
afirmado Spohr en rueda de prensa.
Tras
conocer las primeras conclusiones de la fiscalía, la canciller alemana, Angela
Merkel, garantizó a los familiares de todas las víctimas que su país hará
"todo lo que esté en su mano" para investigar una tragedia que ha
cobrado "una nueva dimensión casi inimaginable". "Se lo debemos
a todas las personas que perdieron el martes la vida en esta catástrofe y a sus
allegados, que sufren terriblemente", manifestó en una comparecencia
institucional. También el Gobierno español se ha mostrado "consternado"
y "conmocionado" al conocerse que el copiloto estrelló el avión
voluntariamente.
La
fiscalía de Marsella ha examinado las grabaciones de los últimos 30 minutos de
vuelo del Airbus que quedaron registradas en la caja negra encontrada el martes
y entregada el miércoles a los investigadores. Uno de los últimos sonidos que
se escucha es el de la alarma de proximidad al suelo, que en los aviones suele
ser la de "terrain, terrain". La segunda caja negra, la que registra
los parámetros técnicos de altitud, rumbo o funcionamiento de los motores, aún
no ha sido encontrada, pero los equipos de rescate esperan conseguirlo. El
cruce de datos de ambas cajas determinará con total exactitud qué ocurrió
durante el vuelo.
La
versión del fiscal coincide con la tesis adelantada por The New York Times que ha publicado que uno
de los dos pilotos del A320 de Germanwings que se estrelló el martes en los Alpes franceses
se encontraba fuera de la cabina en el momento del accidente y no logró volver
a entrar pese a golpear la puerta con insistencia. La fiscalía alemana había
confirmado también que uno de los pilotos estaba fuera.
Ya el
miércoles, Rémi Jouty, responsable del BEA (oficina de investigación de
accidentes aéreos), explicó que la trayectoria seguida por el avión no era
compatible "con un avión controlado por los pilotos” hasta estrellarse.
Tampoco, añadió, “con un avión controlado por el piloto automático”, salvo en
la fase inicial de descenso. Por tanto, si el Airbus era manejado
conscientemente hasta el final por los pilotos en su descenso, algo que no
precisó, solo hubiera seguido esa trayectoria en caso de un accidente
provocado.
En
efecto, los expertos ya habían señalado desde el martes, horas después del
siniestro, que el avión tuvo que iniciar el descenso de forma deliberada por parte de la
tripulación. Lo que no eran capaces de interpretar era por qué había
mantenido esa pérdida de altitud durante diez minutos hasta que el avión se
estrelló.
Las
últimas noticias sobre este caso recuerdan el siniestro ocurrido en 1999 en
Estados Unidos, cuando un avión de EgiptAir se precipitó al mar con 217 personas a
bordo. En esa ocasión, se manejó la hipótesis de un accidente
deliberado por parte del comandante.
De otra
parte, esta catástrofe pone ahora de manifiesto cómo las medidas para proteger
el acceso a la cabina del avión pueden volverse en contra. Esas medidas se
establecieron tras los atentados del 11-S en Nueva York. Todos los aviones
deben poder bloquear y blindar la entrada en la cabina. Airbus desarrolló su propio sistema. Si, por
ejemplo, el o los ocupantes de la cabina pierden el conocimiento, se puede
acceder desde el exterior mediante una clave. Pero si uno o los dos pilotos
bloquean a través de una clavija la puerta, es imposible entrar. La
investigación ya ha dilucidado que, en efecto, el joven copiloto bloqueó la
puerta de acceso y desatendió las reiteradas llamadas del comandante para
entrar en la cabina
Fuente: El País de España 26.03.15
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