Todo
depende de qué se compre y dónde. En algunos comercios, pagando “contado
rabioso”, se obtienen descuentos que van del 12 al 40 por ciento.
Hay
locales o rubros donde el recargo por pago con tarjeta es menor a la inflación
proyectada para el año y hay otros en los que directamente no hay diferencia
entre precio de contado y efectivo.
Este
escenario era radicalmente diferente a un año atrás: después de la devaluación
del 23 por ciento de enero de 2014, los planes desaparecieron y los
presupuestos, de contado, duraban 24 horas.
Las bajas
ventas, ahora, también hacen lo suyo e impulsan todo tipo de promociones para
captar clientes.
Por eso,
como quien construye siempre busca tarjetear y reservar el efectivo para la
mano de obra y algunas pocas cosas más, conviene evaluar bien cómo se paga cada
cosa.
Por
ejemplo: una bolsa de revoque fino Weber en Zárate cuesta 56,6 pesos, pagando
contado efectivo. Con tarjeta de crédito e incluso la de débito, sale 77,3
pesos: 36,5 por ciento más. La bolsa de Hercal cuesta 50,95 en efectivo, más 10
por ciento. En Easy, por ejemplo, sale 55 pesos en efectivo o tarjeta.
“Yo hice
las cuentas y me convenía pedir un préstamo en mi banco para refacciones y
ampliación, que no paga IVA sobre los intereses, y negociar todo con la plata
en la mano”, asegura Ismael, un contador de 28 años que se compró una casa
vieja en Argüello y que la está remodelando con poca plata a fuerza de buscar y
regatear todo.
En
corralones y ferreterías marginales, los descuentos también son significativos,
pero por otra razón: salen sin factura y por ende, cliente y vendedor comparten
el riesgo de evadir el Impuesto al Valor Agregado e Ingresos Brutos.
“Yo
decidí pagar todo con tarjeta, siempre en 12 cuotas. No lo hago de otra manera
aunque tenga la plata. Tengo varias tarjetas y elijo dónde compro en función de
las promociones”, dice Hernán, que está construyendo dos dormitorios y un baño
arriba de su casa.
Mirar la
brecha
Lo
primero a preguntar es el precio de contado y el precio de lista para medir la
brecha entre ambos. Las ventas con tarjetas se hacen tomando el precio de
lista, aunque hay comercios, como Easy y Sodimac, que no hacen diferencia entre
uno y otro. Otros tienen acuerdos con algunos bancos que hacen descuentos en
función de la cantidad de cuotas, lo que implica un reembolso directo por esa
compra. Hipotecario, Bancor y Nación son los más activos.
Por
ejemplo en Zárate, con Visa Hipotecario hay 12 cuotas y un descuento del 20 por
ciento que reembolsa el banco. Con Cordobesa, hay 20 cuotas con un descuento
del 10 por ciento y del 15 por ciento si se hace en seis.
En
Ferrocons, los sábados a la tarde hay descuentos de contado y para el Procrear,
Grupo Edisur y Club La Voz. En Darsie la diferencia entre contado y efectivo
ronda el 12 por ciento. En Easy no hay tal brecha y los precios se pueden
consultar por Internet, con envío a domicilio gratis si la compra es on line . En Sodimac también están
todos los precios en Internet, con un práctico buscador por categorías, y
cuestan lo mismo de contado que con tarjeta.
Pero el
plan estrella es el Ahora 12, donde todas las tarjetas, con independencia del
banco emisor, otorgan 12 cuotas fijas. No es interés cero por ciento en todos
los locales: hay comercios que recargan el 13 por ciento, otros el 15; pero en
todos los casos, es la mitad de la inflación proyectada para el año. Otros no
recargan nada, aunque excluyen algunos productos de esa financiación.
El plan
rige de jueves a domingos hasta el 15 de diciembre próximo y prácticamente
todos los comercios dedicados a la construcción están adheridos, desde las
grandes cadenas hasta locales chicos.
Aunque el
consejo sea archirrepetido: hay que armarse de paciencia y hacer al menos tres
careos de precios antes de decidirse a comprar.
Consejos
Sacar
bien las cuentas. Tener
claro qué márgenes de compra en cuotas tenemos con cada una de las tarjetas del
grupo familiar. Armar un archivo con todos los gastos de la obra e ir
descontando las compras de los márgenes disponibles.
Ojo con
los intereses. Agregar
cada compra a las cuotas que tenemos que ir pagando mes a mes, porque si
después no podemos pagar todos los resúmenes a tiempo, el interés por
refinanciar los saldos impagos supera el 50 por ciento anual.
Mirar qué
ofrece cada cadena. Hay
locales que tienen acuerdos con algunos bancos o con algunas tarjetas
específicas en algunos productos.
Comparar
precios.
en determinados lugares hay descuentos con pago en efectivo que pueden ir del 12 al 40 por
ciento, dependiendo del volumen de la compra y qué se compre.
Otro
precio. Para
comprar con tarjeta toman el precio de lista, por eso hay que mirar bien la
brecha entre ambos.
Paciencia. Hay que tomarse el tiempo y
comparar, al menos para los insumos que demanden un gasto importante.
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