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27 feb 2014

A 40 años del Navarrazo, otra página oscura de nuestra historia reciente



El 28 de febrero de 1974, el jefe de policía de la provincia de Córdoba, Antonio Navarro, depone al gobernador Obregón Cano y al vicegobernador Atilio López1. Se impone, de hecho, un estado de sitio garantizado por la policía con el auxilio de grupos armados civiles, comandados por la Juventud Sindical Peronista. El “Navarrazo”, fue impulsado abiertamente por Perón con el aval de la patronal y la burocracia sindical. Este golpe justificado bajo la llamada “depuración ideológica” del peronismo, buscaba liquidar a la vanguardia obrera, estudiantil y popular que se venía desarrollando desde el Cordobazo2.

Perón en el poder

Con la vuelta de Perón al país se inicia una ofensiva abierta de la derecha peronista contra los sectores ligados a la Tendencia Revolucionaria. El 1º de Febrero del ’74, la CGT de Santa Cruz denuncia “infiltraciones marxistas en el gobierno provincial”. Pocos días después las 62 organizaciones en Salta resuelven “declarar personas no gratas al gobernador de la provincia (…) por ‘ser cabezas visibles del aparato mentado por el marxismo’”3. Esta ofensiva se repite en San Luis y Mendoza.
En Córdoba, los diarios hablan constantemente de la posibilidad de una intervención federal. “Córdoba es un foco de infección” había dicho Perón.
A fines del ‘73 los trabajadores del transporte obligan al gobierno a otorgar un aumento salarial. Al mismo tiempo los empleados públicos imponen a la Legislatura la aprobación del Estatuto del empleado público. El gobierno nacional acusa entonces a Córdoba de “romper el Pacto Social” y señala que éste “no puede tener eslabones débiles”4
La provocación patronal correrá a cargo de la FETAP (empresarios del transporte) que, negándose a aceptar el aumento salarial acordado, a partir del 19 de febrero inicia un lock-out patronal abierto: “de los aproximadamente 900 ómnibus que cubren sus recorridos habitualmente unos 350 habían cesado de andar”5
En un clima completamente enrarecido el jefe de policía Navarro es acusado públicamente de mantener “reuniones clandestinas para conspirar contra la continuidad institucional de la provincia”. En estas reuniones con la derecha peronista y las 62 organizaciones se preparó el golpe del día 28.

El levantamiento

El día 27/02 el Gobierno comunica a Navarro su separación de la conducción de la Policía. Pocas horas después las fuerzas policiales se amotinan en el Cabildo. Señala La Voz “la gente no podía pasar hacia la Plaza San Martín. Todas las vías estaban cortadas. Policías con ropa de fajina y cascos de acero, lucían armas largas impidiendo la circulación de peatones”6
Por la noche se toma la Casa de Gobierno, deteniendo a Obregón Cano, López y varios funcionarios más. Esa madrugada se llevarán a cabo ataques con bombas contra La Voz del Interior, la casa del gobernador y su ministro de gobierno, entre otros. Grupos parapoliciales coparán las principales radios de la ciudad para transmitir en apoyo a Navarro. En los dos días siguientes serán detenidos más de 80 personas y se producirán decenas de allanamientos ilegales. El rol golpista de la FETAP será evidente: los colectivos, ausentes durante días en las calles, serán parte de las barricadas montadas por los grupos parapoliciales.

Se combinarán tres elementos para consolidar el golpe: en primer lugar, el accionar de las bandas paramilitares y la policía; en segundo lugar, la actuación del gobierno nacional, impulsando abiertamente un proyecto de intervención de la provincia (de esta forma Perón legalizaba el golpe de Navarro). Finalmente los empresarios y la burocracia de las 62 organizaciones actuarán en común para impedir una respuesta del movimiento obrero. El lock-out patronal se generaliza y las 62 organizaciones convocan a un paro por tiempo indeterminado en “adhesión a la valiente y patriótica actitud tomada por el peronismo de Córdoba en apoyo a su Policía”. De esta forma, hasta el 5 de marzo, la ciudad se halló virtualmente paralizada. Esto debilitó fuertemente a la clase obrera, al impedirle concentrarse en sus lugares de trabajo para dar una respuesta contundente al levantamiento policial.

1 Obregón Cano se hallaba ligado a los sectores de izquierda peronista y López era Secretario General de la UTA.
2 Pocos días después, Raymundo Ongaro, dirigente gráfico, señalaría que se trató de un verdadero “Anti-Cordobazo”.
3 Los gobernadores de Salta, San Luis y Mendoza eran Miguel Ragone, Elías Adre y Martínez Baca. Todos habían sido apoyados por el ala izquierda del peronismo, al igual que Obregón Cano. La Voz del Interior, 05/02/74 y 06/02/74.
4 Comunicado de Prensa. Ministerio del Interior, 12/02/74.
5 La Voz, 20/02/74
6 La Voz, 28/02/74  

Fuente: La verdad obrera: El golpe de Perón

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