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15 ago 2015

Inundaciones: el INTA y su opinión sobre la influencia de la siembra directa

El INTA recomienda la siembra directa, mientras altos funcionarios opinan lo contrario

La cantidad inusual de milímetros caídos en los últimos días llevó a que la canalización de la ayuda oficial venga de la mano de la búsqueda de las causas que dejaron a varias provincias, literalmente, bajo el agua. En este marco, el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, acusó al campo: según dijo, la construcción de canales clandestinos y la extensión de métodos agrícolas como la siembra directa ayudaron directamente a que esta situación se produjera.

En esa misma dirección se expresó ayer el secretario de Protección Civil de Santa Fe, Marcos Escajadillo, quien luego de confirmar que habían comenzado a descender los niveles de los ríos del sur y centro provincial, donde hay amplias zonas anegadas, atribuyó las inundaciones a las fuertes lluvias, la “menor absorción del suelo y la canalización no autorizada”. “Las lluvias en algunos lugares han sido superiores a 200 milímetros. (…) La menor absorción del suelo y la canalización no autorizada contribuyeron a la crecida de las aguas”, estimó. También Daniel Bolinaga, intendente de Arrecifes, sostuvo en declaraciones radiales que “la siembra directa convirtió los campos en asfalto”.

Así, mientras algunos miembros del Gobierno acusan a la técnica de siembra directa de ser una de las responsables de las inundaciones que hoy sufren varias provincias, desde el INTA, organismo estatal, aconsejan aplicarla como estrategia fundamental para el cuidado de los suelos.

En la página INTA Informa, a principios de este año se presentaron los resultados de un estudio que llevó 18 años a los especialistas de INTA Manfredi, y que concluye que la siembra directa, basada en el cultivo de la tierra sin arado previo, “presenta numerosos beneficios. Entre ellos, mejora la infiltración del agua en el suelo, disminuye su evaporación desde la superficie y crea una condición que favorece la acumulación y conservación del agua en el perfil.

En ese sentido, Carolina Álvarez, una de las expertas autoras de la experiencia, indicó: “La siembra directa (SD), junto con una rotación de cultivos con alta frecuencia de gramíneas y una fertilización balanceada crea las mejores condiciones para la captura de carbono, que se traduce en incrementos en rendimiento y en aportes de residuos (rastrojos) al suelo”.


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