Una opinión acerca del atentado sucedido en París

Por Ricardo Diaz Villalba

A pedido de mucha gente comunico mi punto de vista sobre el reciente atentado en Paris.

Antes que nada quiero dejar bien en claro que CONDENO todo acto de violencia, como asimismo todo acto de guerra, bombardeos por ejemplo, sobre todo si dichos actos se efectúan en contra de civiles indefensos.

Ahora bien, este atentado no es otra cosa que un acto de guerra. Francia quiere la guerra, Francia busca la guerra, bombardea países, invade países. Pues la respuesta es evidentemente la guerra. Ya se lo advirtieron muchas veces, ahora se lo hacen saber en su propio territorio y se lo hacen sufrir con sangre propia. Hay que tomar conciencia que no se puede hacer la guerra y pretender que el enemigo se quede de brazos cruzados. Por lo tanto no es nada EXTRAORDINARIO, más bien, era muy previsible. Desgraciadamente quizás no es más que el comienzo –o la continuación- de otros actos similares.

De hecho, este tipo de ataques me inquietan personalmente, pues, a causa de esa tozudez guerrera del señor Hollande, mi persona y la de todos los blancos y sobre todo, de todos los franceses que viven en esta región del Sahel, está bajo amenaza permanente. Vivo en una zona roja donde ya hubo ataques – una vez, en pleno centro de Niamey- y seguirán aconteciendo. Así, por ejemplo, Francia, siempre con esa voluntad guerrera, acaba de instalar otra base militar en, Madama, en el norte de Níger, en la frontera con Libia, que es una zona de tensión máxima. Veremos las consecuencias. Lo sucedido en Paris, muestra bien que esta gente golpea cuando quiere y donde quiere, son absolutamente imprevisibles. Así están las cosas.

Por otra parte, si bien este episodio resulta extremadamente odioso, creo que se lo mediatiza como algo ESPECTACULAR, y se lo coloca como un suceso extraordinario proyectando sobre las victimas un aura heroica o de mártires. Al respecto hay que entender dos cosas.

En primer lugar, atentados terroristas aquí en África y en otras partes del mundo los hay TODAS LAS SEMANAS, sólo que cuando sucede en “Paris” y cuando se trata de “franceses” todo el mundo reacciona, como si en el mundo hubiese “ciudadanos de primera categoría”, y después los “otros”, los que se mata por decenas o centenas: los niños palestinos, los libaneses, los sirios, los kurdos, los nigerianos, etc. Yo me pregunto: por qué no se hace un escándalo mediático planetario cuando Israel comete actos de terrorismo y de barbarie en contra de niños y de civiles indefensos e inocentes?
En segundo lugar, este episodio muestra a la gente enferma que vive en la ciudad de Paris que no se puede “jugar con fuego”, sentaditos tranquilos detrás de un escritorio, haciendo caricaturas irreverentes e insultando a la religión. Porque desgraciadamente hay gente que reacciona de forma muy violenta cuando se la insulta o se le falta el respeto. Esto NO ES una justificación, sólo que hay saber tomar conciencia de la posible reacción de la gente cuando se la insulta.

Por otra parte, también debe quedar bien en claro que las caricaturas irreverentes y provocativas (el profeta Mohamed besándose en la boca y babeándose con un gay blanco) NO ES LIBERTAD DE EXPRESION, es INSULTO y FALTA DE RESPETO. La pregunta es: cuál es el “verdadero” objetivo de estas caricaturas? Hacer reír? Reírse ofendiendo, burlándose del otro? Reírse menoscabando las costumbres de los que son diferentes que yo? Pues a mí, personalmente este humor estrecho y triste no me hace reír, más bien pienso que se trata de una afrenta, de una ignominia y de una pérdida del sentido MORAL, que sólo puede hacer reír a los imbéciles o a los ateos, o las dos cosas.
De más está decir, pero lo repito: con esto NO justifico el atentado y no quiero decir que haya que “asesinar” a la gente que hace caricaturas ofensivas de este tipo.

Quiero agregar otra idea muy importante: la gente que comete este tipo de atentados en nombre del Islam no solo NO SON religiosos, porque no entienden que el solo mensaje de la religión es el amor, sino que también manchan al Islam de fanatismo y de barbarie.


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