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21 ene 2015

¿UN SOLDADO SE MATA ANTES DE LA BATALLA FINAL?... Opinión de Hugo Marietán - Psiquiatra

Dr Hugo Marietan



Nisman

Cuando el lunes por la mañana salió la noticia de que Alberto Nisman fue encontrado muerto en el baño de su departamento no pude sustraerme de la sorpresa paralizante que nos agobió a todos. Pero a medida que pasaban las horas y la nube emocional descendía un poco, pude vislumbrar algunos indicios que no cuajaban con el la uniformidad en la idea del suicidio. Decidí esperar porque sé que un cerebro inundado por la emoción, cualesquiera sean éstas, solo da malos consejos. Sin embargo iba acumulando datos sobre la personalidad de Nisman, vi varias veces con mucha atención las entrevistas, miré al hombre, vi su trabajo, vi sus conexiones (hasta donde la información dejaba traslucir) y fui armando un esquema del perfil de este hombre: un luchador, un perfeccionista detrás de su objetivo: dilucidar el ataque a la AMIA en 1994. Objetivo impuesto por Néstor Kirchner en el año 2000. Este soldado, rodeado de hombres de armas que lo custodiaban, seguía a pasos firmes su investigación, apoyada por sectores muy poderosos del sistema internacional. No era, desde luego, un hombre común. Un hombre común hubiera abandonada la tarea ante las múltiples, variadas e intensas presiones a la que fue sometido a lo largo de estos 14 años. Era un extravagante. Alguien a quien las presiones lo templan, y de alguna manera, las disfruta. Atildado, hasta el detalle menor, cuidadoso de su imagen, obstinado en su trabajo, se preparaba a dar un golpe a las máximas autoridades del país. Tremendo objetivo, y, desde luego, no estaba solo. Nadie puede hacer algo así en la soledad del francotirador. Sus enemigos eran poderosos, pero sus aliados también. Y allá iba, convencido de que podía morir, lo dijo a la prensa. Un hombre de acción que ataca y sabe de sus consecuencias.
A ese hombre lo encontraron con un balazo de una pistolita calibre 22 (hasta donde se sabe sobre la misteriosa autopsia) en el baño, con un short y una camiseta, una presentación totalmente antiestética e incongruente con el estilo estétilo de Nisman. Eso no cuadraba.
Suicidio?: ¿un soldado se mata antes de la batalla final? No. En el improbable supuesto de que estada determinado a matarse, lo hubiese hecho DESPUÉS de su presentación en el Congreso, después de que se escuche las últimas palabras que debía decir sobre su trabajo de 14 años. Y lo hubiese hecho con un rito decoroso, acorde a su estilo, bien vestido, en el lugar de su trabajo. Y, él tan escritor, hubiese dejado una nota, un par de frases, un grito escrito si se quiere anoticiando porqué se mataba. Nada de esto se encontró. Sólo una esquela para la doméstica con indicaciones para las tareas de la casa del día lunes. El se proyectaba vivo el lunes. La tesis del suicidio simple, a mi ver, hace agua por todos partes.
Inducción al Suicidio? ¿Con qué pueden asustar a este hombre acostumbrado a todo tipo de sustos y de todo calibre? ¿Por qué no lo presionaron fuerte cuando acusó nada menos que al ex presidente Menem por el mismo asunto? Por más que se difundiera infundios sobres su persona (él ya había advertido a sus familiares de esta circunstancias) no harían mella en su decisión. Amenaza sobre sus familiares? El pertenecía a un grupo de poder que cuidaba ese flanco. No me parece que esta opción sea posible. A un hombre fogueado durante 14 años a todo tipo de amenazas y presiones es difícil encontrarle el talón de Aquiles. Insisto. Él no era él, como un llanero solitario, sino que representaba a un grupo poderoso que estaba detrás del acuerdo con Irán y que quería desentrañar qué pasó en 1994.
El dicho que pidió un arma a un auxiliar suena inverosímil, y menos que menos lo que dice el auxiliar de que pide aun arma porque tenía miedo. Si tenía miedo ese soldado, con guardia personal y de la policía federal, hubiese pedido un fusil de asalto con al menos tres cargadores, no un matagato. Esa pista del auxiliar debe ser exhaustivamente explorada por inconsistente. Además, según las versiones actuales, Nisman, YA CONTABA con un arma calibre 22 y otra, más idónea para un suicidio, calibre 38 (arma letal como ninguna para la corta distancia). Esto debe verificarse, de ser cierro la declaración del auxiliar debe ser cuidadosamente revisada.
Se machaca conque la puerta estaba cerrada con llave. Sí, pero era la puerta de servicio. De todos modos, para un profesional, con las herramientas adecuadas, ese no es ningún escollo, tanto abrirla como cerrarla desde afuera. La puerta principal cedía fácilmente si se sabía el código. Esa es la vía de entrada que hay que explorar. Y desconozco la situación de las ventanas.
El cuerpo trababa la entrada al baño. Un profesional sabe cómo lograr ese efecto manipulando la puerta una vez que baleó a la víctima y se aseguró de su muerte. El calibre 22 es letal en manos de expertos, y de aquellos que saben preparar la carga de la bala para aumentar su intensidad y también la mezcla del proyectil. De lo contrario es aleatorio el recorrido del proyectil en el cuerpo. Cualquier persona que conozca el A del ABC de armas jamás usaría una 22 para suicidarse. Este calibre es el favorito de los asesinos de la mafia china y de otros killers. Porque amén de que saben cómo usarla, es un mensaje de desprecio hacia la víctima y sirve de mensaje a otros.

Ocurre que iba diciendo mis conclusiones a algunas personas allegadas y amigos y en la mayoría encontré esta recomendación:" Cuidado con lo que decís que es peligroso". Ellos me trasmitían, y no eran pocos, este miedo sordo y enmudecedor. Y algo se activó en mí, el recuerdo de esas palabras que se musitaba una y otra vez durante la dictadura del 76. Cuidado. Cuidado con lo que decís. Cuidado, rasurarte la barba. Cuidado, cortate el pelo. Cuidado con quienes te juntas. Cuidado, es peligroso. Y les cuento, me dije, ¡A la mierda con el miedo! Soy un profesional y aporto lo que sé de mi campo (la personalidad de los humanos) para que sea útil a alguien, por ahí despierta otra idea y no caemos en el pensamiento único del suicidio. Y, aunque esté equivocado, por lo menos mantenemos abierto el debate. Esto pasó en Argentina, y es en extremo delicado, porque implica derechos básicos de ciudadanos, el derecho a expresarse, el derecho a ser cuidado por el sistema en tanto ciudadanos, y el derecho indiscutible a la vida, a no ser asesinado.

Dr Hugo Marietan,                                                            Buenos Aires 21 d enero de 2015, 11,50 hs

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