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14 jul 2014

Brasil 2014: El día después


Se acabó el Mundial de Fútbol, ese que nos  instaló en una especial burbuja, en la cual marginando las asperezas del diario vivir esperábamos llenos de ansiedad e ilusión la próxima fecha en que el Seleccionado Nacional saliera a jugarse a cara o cruz en la medida que avanzaba en las instancias decisivas.

Participamos llenos de cábalas y expectativas de esos encuentros y nos pusimos la camiseta, o agitamos banderitas,  o nos pintamos la cara de celeste y blanco con más o menos ingenio, pero con un solo afán: sumarnos a la alegría colectiva. Porque cada paso adelante de la selección, era sostenido por una energía creciente de la gente, que alentaba como para que se sintiera en Brasil.

Llegar  a  semifinales fue laborioso y ni que hablar de instalar el equipo en la final. Se rompió una mala racha de 24 años y entonces la ilusión se agigantó. No tuvimos un final totalmente feliz, pero sí que estos muchachos cumplieron logrando un subcampeonato. El tiempo se encargará de ubicar cada cosa en su lugar para hacernos caer en cuenta de lo trascendente de lo  hecho en el Mundial.

Amados por todos, estos jugadores hoy sufren diferentes valoraciones en la consideración popular, y es imposible no rememorar aquella reflexión de Eduardo Galeano cuando hacía referencia a Maradona: “No había demorado en darse cuenta de que era insoportable la responsabilidad de trabajar de Dios en los estadios, pero desde el principio supo que era imposible  dejar de hacerlo”. En el día después, se pueden extrapolar estos pensamientos para todos y cada uno de nuestros muchachos y en especial a ese sobre exigido Lionel Messi del que todos, absolutamente todos pretendemos siempre que sea nuestro salvador.

Si seguimos con Galeano quizás podamos también detenernos a reflexionar cuando leemos: “En el fútbol cómo en todo lo demás está prohibido perder… El fracaso es el único pecado que no tiene redención… ¿Culpa del fútbol, o culpa de la cultura del exitismo y de todo el sistema de poder que el fútbol profesional refleja e integra?”

Nuestra gente ayer, cuando la esperanza del Campeonato se desvaneció, conmovedoramente salió a la calle encolumnandose detrás de nuestra bandera agradeciendo a los que nos representaron en Brasil y  una vez más la camiseta de Selección  nacional de ha convertido  en el más indudable símbolo de  identidad colectiva”, al decir del escritor futbolero.

CIUDADANOS AUTOCONVOCADOS DE RIO CUARTO

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