La ONU declaró en 2009 el 18 de julio, fecha del cumpleaños de Mandela, como Día Internacional de Nelson Mandela por la paz, la democracia y la libertad. Y hoy, cuando el venerado mito de la política africana y mundial cumpliría 96 años, todos los habitantes del planeta están llamados a realizar 67 minutos de trabajo por los demás (67 son los años que Mandela entregó de su vida en la lucha por la libertad). Y en su tierra, en Sudáfrica, el país piensa en soluciones que enorgullezcan al hombre que inventó una forma de conjugar dignidad y perdón. Ya no está, aunque hoy se demostrará si alguna vez se fue.
Recordando a Mandela, con un fragmento de sus palabras, que tanta enseñanza dejan a la Humanidad:
Lucha contra la pobreza...
Los sudafricanos han demostrado una enorme capacidad para solidarizarse cuando enfrentan dificultades. El régimen de apartheid cayó al final gracias a la unidad de los que vieron negados sus derechos y gracias a que todos los sectores de la sociedad reconocieron que tenían más que ganar trabajando de consuno que peleando entre sí. Esa misma cualidad nos ha ayudado, con suma rapidez, a sentar las bases de una vida mejor.Cuando el apartheid llegó a su fin, nos tropezamos con la difícil tarea de reconstruir nuestra destrozada sociedad y prestar los servicios más elementales a nuestra población. Tuvimos que construir escuelas y hospitales, proporcionar vivienda y empleos, impulsar nuestra economía, proteger los derechos de nuestros pueblos por medio de la Constitución y de los tribunales, ayudar a Sudáfrica a buscar solución a la división que existió en el pasado y comenzar el proceso de curación y búsqueda de soluciones a los abusos y al daño que sepultaron a la mayoría de nuestras comunidades.
En lo esencial, nuestra tarea era crear las condiciones en las que cada sudafricano tuviese la oportunidad de crear una vida mejor para sí mismo. Pero el gobierno no puede hacer frente a esos problemas por sí solo. Hace falta que todos aunemos esfuerzos, colectivamente, para lograr los cambios necesarios.
Para lograr esos objetivos, necesitamos también transformar al gobierno de un sistema que servía a intereses minoritarios a otro que atienda las necesidades de todos los sudafricanos. Y todas estas cosas hubo que hacerlas en un país donde la mayoría se vio privada de la experiencia de gobierno o de la educación y formación profesional adecuadas. Por esa razón, hemos hecho un gran hincapié en crear capacidad de gobierno...
Cuando decimos que las mejores soluciones para estos problemas solo se pueden hallar cuando trabajamos coordinadamente, lo que requiere un compromiso de todos y cada uno de nosotros. Hoy deberíamos preguntarnos: ¿Qué he hecho para mejorar el entorno en el que vivo? ¿Estoy ensuciando o protegiendo mi entorno? ¿Promuevo el odio racial o la paz y la reconciliación? ¿Compro objetos robados o ayudo a combatir el delito? ¿Pago mis deudas o hago trampa con los impuestos, el pago de los servicios y las licencias? ¿Espero a que todo me lo pongan en la mano o trabajo con los concejales de mi localidad para crear una vida mejor para mí y para mi comunidad?
Bothaville (Sudáfrica), 14 de octubre de 1998
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