Hoy se llevó a cabo la primera audiencia del juicio por la Tragedia de Once , el choque del tren Sarmiento ocurrido en febrero de 2012 que causó la muerte de 51 personas, y 700 heridos
Durante la jornada de hoy en el Tribunal Oral Federal 2, se leyó el requerimiento de elevación a juicio en el cual el fiscal federal Federico Delgado, que investigó los hechos, consideró que existió un "pacto" entre Trenes de Buenos Aires y los organismos estatales.
"Esa complicidad, probablemente anclada en un pacto (expreso o tácito no interesa) entre TBA, la CNRT y la secretaría de Transporte, disolvió cualquier chance de control real. Esto significa que la instancia de control alcanzó un simple plano formal que no llegó a ser real", sostuvo el fiscal.
En ese marco, Delgado acusó a los ex secretarios de Transporte Ricardo Jaime y Juan Pablo Schiavi, y al ex dueño de TBA Mario Cirigliano, junto al resto de los ex funcionarios y ex directivos de la empresa.
Sobre el maquinista Marcos Antonio Córdoba, el fiscal sostuvo en su pedido de elevación a juicio que "ingresó a la estación a una velocidad mayor a la permitida y con el dispositivo de seguridad 'hombre muerto' desactivado", por lo que "fue imprudente en su arte o profesión".
El juicio por la tragedia de Once comenzó con la presencia de los ex funcionarios kirchneristas Ricardo Jaime y Juan Pablo Schiavi y otras 27 personas imputadas por el siniestro ferroviario.Jaime y Schiavi optaron por ubicarse en la tercera fila de la sala de audiencias instalada en la planta baja de tribunales, mientras el motorman Marcos Córdoba lo hizo en la primera hilera de bancos junto a su abogada Valeria Corbacho.
En la tercera fila también se sentaron los ex interventores de la Comisión Nacional de Regulación del Transporte (CNRT) Pedro Ochoa Romero y Antonio Sicaro, además de Ricardo Luna, el ex sindicalista que se desempeñaba al frente de la subsecretaría de Transporte Ferroviario, y los empresarios de TBA Sergio, Claudio y Roque Angel Cirigliano, cuyos abogados pidieron no estar cerca de los ex funcionarios.
Los familiares de las víctimas se ubicaron, por su parte, detrás de los imputados y separados mediante un vidrio.
Durante la jornada de hoy en el Tribunal Oral Federal 2, se leyó el requerimiento de elevación a juicio en el cual el fiscal federal Federico Delgado, que investigó los hechos, consideró que existió un "pacto" entre Trenes de Buenos Aires y los organismos estatales.
"Esa complicidad, probablemente anclada en un pacto (expreso o tácito no interesa) entre TBA, la CNRT y la secretaría de Transporte, disolvió cualquier chance de control real. Esto significa que la instancia de control alcanzó un simple plano formal que no llegó a ser real", sostuvo el fiscal.
En ese marco, Delgado acusó a los ex secretarios de Transporte Ricardo Jaime y Juan Pablo Schiavi, y al ex dueño de TBA Mario Cirigliano, junto al resto de los ex funcionarios y ex directivos de la empresa.
Sobre el maquinista Marcos Antonio Córdoba, el fiscal sostuvo en su pedido de elevación a juicio que "ingresó a la estación a una velocidad mayor a la permitida y con el dispositivo de seguridad 'hombre muerto' desactivado", por lo que "fue imprudente en su arte o profesión".
El juicio por la tragedia de Once comenzó con la presencia de los ex funcionarios kirchneristas Ricardo Jaime y Juan Pablo Schiavi y otras 27 personas imputadas por el siniestro ferroviario.Jaime y Schiavi optaron por ubicarse en la tercera fila de la sala de audiencias instalada en la planta baja de tribunales, mientras el motorman Marcos Córdoba lo hizo en la primera hilera de bancos junto a su abogada Valeria Corbacho.
En la tercera fila también se sentaron los ex interventores de la Comisión Nacional de Regulación del Transporte (CNRT) Pedro Ochoa Romero y Antonio Sicaro, además de Ricardo Luna, el ex sindicalista que se desempeñaba al frente de la subsecretaría de Transporte Ferroviario, y los empresarios de TBA Sergio, Claudio y Roque Angel Cirigliano, cuyos abogados pidieron no estar cerca de los ex funcionarios.
Los familiares de las víctimas se ubicaron, por su parte, detrás de los imputados y separados mediante un vidrio.
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