En el medio de todo, se jugó un partido de fútbol
Por Tristán Amado
El paso de camioneros dejó muchas cosas para analizar. Política, dinero y poder disfrazados en una acción social y deportiva. Una radiografía del gremio que “puede parar al país”Atlético Camioneros jugó el miércoles por la noche su primer partido en Río Cuarto y su presencia no pasó desapercibida.
Las 600 personas que esperaban los dirigentes de Estudiantes fueron superadas ampliamente, llegando a estar cerca de los dos millares.
Desde temprano, increíble que lo hagan un día miércoles, una treintena de colectivos comenzó a llegar a la ciudad y se apostó en el predio que el gremio de Camioneros tiene sobre la ruta A005.
Bombos, trompetas, cornetas y fuegos artificiales fueron poniendo en clima a los “muchachos” de Pablo Moyano, quienes llegaron al estadio portando banderas de la agrupación y de la familia que se autoproclama como la única que “puede parar el país”.
Al grito de “el que no salta es cordobés”, los hinchas visitantes dejaron en claro los problemas que tienen con los recolectores locales, encolumnados detrás de Mauricio Saillen, el “traidor” a quien le dejaron un mensaje clarito al quemar una bandera con su nombre en plena popular “celeste”.
Custodia policial cuando estaban en el predio, escolta policial para llegar a la cancha y el cuidado casi personalizado en la salida fue la muestra de hospitalidad que la fuerza de seguridad provincial tuvo que desplegar para que todo transcurriera en paz.
Números que asustan
Mucho se habló del presupuesto de este equipo y su financiamiento, pero lo que más llama la atención es el dinero que el sindicato utilizó para movilizar gente a este encuentro.
Treinta fueron los colectivos que recorrieron un promedio de 1.000 kilómetros cada uno (500 de ida y 500 de vuelta a Buenos Aires). Un total de 30.000 kilómetros.
Cada kilómetro tiene un valor de 17 pesos, por lo que Camioneros gastó 510.000 para trasladar a sus hinchas.
A eso hay que sumarle las 2.000 entradas, lo que a un valor de 40 cada una (Estudiantes le hizo un descuento del 20 por ciento sobre los 50 que cuesta la popular) hay que sumarle a los gastos 80.000 pesos más.
Por último, haciendo un cálculo muy mezquino, le sumamos 25 pesos por hincha en concepto de los sándwiches de milanesa y las “gaseosas” que repartieron para el almuerzo. Unos 50.000 pesos más.
Una muestra más de poder de un sindicato que gastó más de 640.000 pesos para demostrar su capacidad de movilización y de seguir apostando a su proyecto “deportivo”.
En el medio se disputó un partido de fútbol, que por este tipo de situaciones hace rato dejó de ser un juego.
Fuente: Puntal 28.03.14
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