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29 oct 2014

Perfil de Lacalle Pou. Quién en quién en Uruguay.

El heredero más rebelde de una familia que es sinónimo de poder




MONTEVIDEO.- Tiene sangre que viene desde la formación misma de la patria. En aquellos años en los que los orientales buscaban independencia de invasores portugueses y brasileños, Luis de Herrera participó en fuerzas rioplatenses comandadas por Carlos María de Alvear y Juan Lavalleja en la batalla de Ituzaingó.
Ese hombre, cuando este territorio fue una república, fue senador y ministro de administraciones "blancas", y tuvo un hijo que fue Juan José de Herrera, diputado y canciller 30 años después.
Y ese hombre tuvo un hijo que fue Luis Alberto de Herrera, principal caudillo blanco durante décadas y que, luego de que su partido estuviera 90 años fuera del poder, lo llevó a la histórica victoria de 1958.
Y ese hombre, que no tuvo hijo varón, tuvo un nieto por su hija, que se llama Luis Alberto Lacalle, y que volvió a llevar al Partido Nacional al gobierno en 1989.
Y ese hombre tuvo tres hijos, uno de los cuales tiene el nombre de los dos principales caudillos blancos de la historia: Luis Alberto, por su bisabuelo, y Aparicio, por Saravia, aquel que levantaba a los blancos en el campo contra los gobiernos colorados. Luis Alberto Aparicio Alejandro Lacalle Pou de Herrera, que nació el 11 de agosto de 1973, ahora, de manera inesperada, está bastante cerca de convertirse en presidente de Uruguay.
Tenía 16 años cuando su padre ganó la presidencia. Estaba en la vereda de su casa de Pocitos cuando Lacalle volvió de abrazarse con Tabaré Vázquez en un estudio de televisión, en aquella histórica noche de 1989 (uno como presidente y otro como intendente de Montevideo).
A Luis Lacalle Pou le costó un poco entrar en la política. Su rebeldía lo alejó de lo mismo que hacía su padre, pero su madre, Julia Pou, marcaba un camino, también político. Fue alumno de la British School, jugó al rugby, practicó surf y se recibió de abogado en 1998, en la Universidad Católica. En 2000 asumió como diputado, armó su propia agrupación y construyó una red de poder político.
Presidió la Cámara de Representantes en 2011 y mientras preparaba su carrera presidencial para 2019 encontró un hueco en la corriente herrerista que dejó vacante su padre. Fue proclamado precandidato presidencial en 2013 y nadie apostaba por él, ni faltando una semana para las internas de junio. Logró una victoria rotunda ante el senador Jorge Larrañaga, al que luego integró a su fórmula presidencial.
Sorprende. Siempre. Con una campaña que definió "por la positiva" y le generaba bromas, hasta que se vio el resultado. Sorprendió al anunciar como su ministra de Economía a una mujer joven, y cuadro de primera línea del gobierno de Tabaré y de Pepe Mujica. Como su hombre en seguridad pública designó al comisionado para las cárceles que lleva una década en ese puesto.
La dirigencia frenteamplista lo critica -y lo subestima- por entender que es "puro marketing". Pero Lacalle Pou tiene en jaque al principal político de las últimas dos décadas.
Juvenil, expresivo, seguro de sí mismo, desarrolló una campaña moderna. Se animó a que su voz saliera cantando en un spot para TV, se fotografió en un pueblo haciendo el ejercicio de "la bandera" agarrado de una columna y apareció trotando y recorriendo el país en otro aviso.
Y hasta último momento siguió con "la positiva": lo que definió como campaña de propuesta y no de ataques a los adversarios. Espera confiado. Y en la casa familiar ya se ve con la banda presidencial. Pero también sabe que es difícil.
Casado con Lorena Ponce de León, es padre de tres hijos: Luis Alberto, Violeta y Manuel. Seguro que alguno de ellos será político.

Fuente: La Nación 27.10.14

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