El brote de ébola que surgió en 2013 en el África occidental sigue extendiéndose por Guinea, Sierra Leona, Liberia y Nigeria. Está fuera de control según Médicos Sin Fronteras (MSF), uno de los organismos internacionales que se encarga de su contención sobre el terreno, y, según la OMS, su propagación se está acelerando. De momento, se han registrado al menos 4.447 muertes y 8.914 casos. Los afectados se encuentran en múltiples lugares, muchos de ellos de difícil acceso. Además, de momento se ha registrado un caso en Senegal y otro en Estados Unidos. Al mismo tiempo, un brote paralelo en República Democrática del Congo (RCD) se ha saldado con 71 casos y 43 muertes.
MSF alerta de la necesidad de destinar más recursos (donaciones aquí) para contener el brote, y el Centro de Control y Prevención de Enfermedades (CDC), encargado de monitorizar y controlar la epidemia, habla de un brote «sin precedentes por el número de casos y la dispersión geográfica».
Dada la amplitud del brote, recomienda no viajar a
Liberia, Sierra Leona ni Guinea salvo que se trate de un viaje
esencial. Al mismo tiempo, aconseja a los viajeros que vayan a Nigeria y
RCD que tomen precauciones.
El viernes 8 de agosto, la Organización Mundial de la Salud (OMS) decretó el estado de emergencia sanitaria internacional. Recomendó realizar
restricciones de viajes de personas susceptibles de estar contaminadas e
incluir análisis de sangre. Y el día 11 de agosto, el organismo de
Naciones Unidas dio el visto bueno para utilizar medicamentos experimentales en el brote.
Con este propósito, se está poniendo a punto la producción del suero experimental ZMapp,
un remedio que ya ha sido utilizado para tratar a misioneros y personal
humanitario occidental. Y están estudiándose otras alternativas, como
el TKM y un tratamiento para el «hermano gemelo» del ébola, el virus marburgo. Por otra parte, la búsqueda de vacunas para evitar los contagios y proteger tanto a la población como al personal médico continúa en marcha. De momento hay dos tipos de vacunas que ya están siendo probadas en personas voluntarias.
Según la OMS, desde el descubrimiento del virus
ébola en 1976 se han documentado en torno a 1.850 casos de fiebres
hemorrágicas, de los que más de 1.200 fueron mortales. De octubre 2001 a
diciembre de 2003, varios brotes de ébola del subtipo Zaire fueron
reportados en Gabón y la República del Congo, con un total de 302 casos y 254 muertes.
La Organización Mundial de la Salud trabaja junto a otros
organismos (CDC, MSF, UNICEF, IFRC, el Banco Mundial, Instituto Pasteur
de Dakar, «Save the Children», Plan Guinea y otros) para contener el
brote de ébola. Varios países, como Estados Unidos, Gran Bretaña y
Alemania, han anunciado el envío de suministros y efectivos militares
para colaborar en la contención.
¿Cómo es el virus ébola?
Forma parte de la familia de los «filovirus», virus
con estructura filamentosa. Causa una fiebre hemorrágica severa, una
enfermedad con una letalidad de hasta el 90% e infecta el endotelio
capilar y varios tipos de células inmunes, según el virólogo Jose Antonio López Guerrero.
Hay cinco especies de ébola diferentes. Todas ellas reciben su nombre de un río cercano
al epicentro del primer brote, en República Democrática del Congo. Por
su lugar y año de descubrimiento, se conocen como Sudán y Zaire (1976),
Reston (1989), Costa de Marfil (1994) y Bundibugyo (2007).
Los filovirus
Son virus de ARN (en vez de ADN) que están representados
fundamentalmente por el virus ébola (del que se conocen cinco especies) y
por el virus marburgo, del que se conoce una especie. El marburgo es
endémico de regiones áridas de África y el ébola de bosques lluviosos
africanos. En 2011 se descubrió la existencia del primer filovirus europeo, cuando se encontró en los cadáveres de murciélagos muertos en la Cueva del Lloviu, Asturias.
Hasta el momento, se han producido 10 brotes de marburgo y 26 de ébola en el mundo, según la Organización Mundial de la Salud.
¿Cuál es la letalidad del virus?
Es un virus muy letal pero con una capacidad de dispersión no muy elevada. En los brotes de fiebre hemorrágica del ébola,
la tasa de letalidad ha variado, dependiendo del tipo de virus, entre
el 25% y el 90%. Precisamente esta agresividad disminuye el alcance de
la transmisión. En el actual brote, la letalidad del virus varía entre
los países pero se cree que sitúa en torno a un valor medio del 55%, según la OMS.
¿Cómo se diagnostica?
Las infecciones por el virus ébola solo pueden diagnosticarse definitivamente mediante distintas pruebas de laboratorio,
de ahí que pase algún tiempo entre la aparición de los primeros casos y
la identificación del virus. Estas pruebas solo deben realizarse en condiciones de máxima contención biológica.
Consisten básicamente en la detección de los anticuerpos que el organismo genera contra el virus mediante una técnica llamada ELISA («Enzyme-Linked Inmuno Sorbent Essay») o bien en la detección del material genómico del virus por medio de la reacción en cadena de la polimerasa (PCR).
¿Cuáles son las características del brote?
El actual brote de Guinea se corresponde con la variedad ébola-Zaire, la más virulenta, y asociada con una tasa de mortalidad de hasta el 90%. Además, es la primera ocasión en la que este virus aparece en el Oeste del continente africano, según el doctor Juan García Costa, miembro del ENIVD
(Red Europea para el Diagnóstico de Enfermedades Virales «Importadas»),
un organismo encargado de estudiar, controlar y prevenir las
enfermedades virales de importación.
Según las organizaciones humanitarias que están sobre el terreno, una serie de circunstancias se conviertieron en el caldo de cultivo ideal para la gran extensión de esta epidemia,
como el trasiego incesante de personas, la aparición de la infección en
zonas remotas y de difícil acceso, el desconocimiento de la población y
la debilidad de los sistemas sanitarios.
Un estudio
publicado a finales de agosto en la revista «Science» analizaba el
genoma del virus que se extendió por Sierra Leona y Guinea durante los
meses de mayo y abril. Según los investigadores, estos avances podrían
servir para mejorar el diagnóstico y el diseño de armas contra la
infección.
¿Cuál es el origen?
El origen del brote es desconocido, como ha ocurrido en todos los casos anteriores, pero se sabe que en esta ocasión el virus ébola procede de un solo humano que entró en contacto con un animal infectado. Se sospecha que tres especies de murciélagos de la fruta son huéspedes naturales de este virus.
Este virus fue descubierto en 1976 en un brote ocurrido en República Democrática del Congo.
¿Qué medidas se están tomando?
Una de las principales preocupaciones de la OMS es evitar que la infección llegue se expanda por una gran ciudad. Por ello, la prevención se centra en controlar al personal médico y en interrumpir la circulación de personas en las zonas afectadas. Entre los problemas que se plantean para controlar estos brotes
están el contacto tan íntimo que hay entre las personas y los animales
en estas regiones, la desconfianza de las personas hacia el personal
sanitario y el desconocimiento del modo de transmisión del virus y la
forma de evitar contagiarse.
Los países afectados están
controlando el tráfico de pasajeros en los aeropuertos, han cerrado
algunos pasos fronterizos, han dado vacaciones a los funcionarios no
esenciales, han puesto en cuarentena las zonas afectadas e incluso
algunos han movilizado al ejército para ayudar en las medidas de
contención. El objetivo es restringir el trasiego de personas para
frenar la expansión.
Desde la OMS,
se está regularizando el modo de enterrar a los fallecidos, se están
construyendo nuevas instalaciones para acoger a los afectados y analizar
las muestras, se está trabajando en concienciar a la población acerca
de los riesgos, se está centralizando la respuesta a nivel regional y se
está reforzando la protección del personal sanitario.
Los países occidentales están tomando medidas para
controlar a los viajeros procedentes de los países afectados y poder
hacerles un seguimiento en caso de necesidad. Algunos además están
haciendo controles de temperatura en los aeropuertos,
en busca de síntomas. Sin embargo, la efectividad de esta medida está
en entredicho puesto que los pacientes contagiados pueden atravesar los
controles aunque aún no tengan fiebre.
¿Podría extenderse por Europa?
El riesgo de un brote en la UE es bajo.
Actualmente se está controlando el tráfico de personas en las zonas de
riesgo, incluyendo turistas de regreso, visitas de familiares o
laboratorios que trabajan en el brote. Desde este jueves 31 de julio, El
CDC estadounidense recomienda no hacer viajes no esenciales a Liberia, Nueva Guinea o Sierra Leona.
Aún así, en caso de que el virus llegase a Europa,
al tratarse de un virus que se contagia por contacto directo, solo
durante la fase sintomática y teniendo en cuenta la existencia de
mecanismos de control, sistemas sanitarios desarrollados y conocimiento
acerca de la amenaza entre la población, la difusión del virus se podría controlar.
Para entrar en España, los viajeros que procedan de zonas
de riesgo deben realizar una declaración sanitaria supervisada por los
técnicos de Sanidad Exterior. Otro posible punto de entrada del ébola en
España podría ser el de la inmigración ilegal que entra a través de las ciudades de Ceuta y Melilla,
pero la duración del viaje que realizan estas personas desde sus países
de origen es de meses e incluso años, por lo que normalmente la
enfermedad ya habría dado la cara antes de llegar a España.
Además, «los trabajadores de los CETI y los servicios sanitarios están avisados de las acciones a tomar», según declaróFernando Simón, director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias del Ministerio de Sanidad.
En 1967 se produjo en Europa un brote de un virus similar, el virus Marburgo,
cuando un cargamento de chimpancés de Uganda extendió la fiebre
hemorrágica por las ciudades alemanas de Fráncfort y Marburgo, y la
capital serbia, Belgrado, causando 31 víctimas.
¿Qué enfermedad causa el virus ébola?
Este virus produce la llamada fiebre hemorrágica del ébola, una enfermedad vírica aguda grave que
se caracteriza por la aparición súbita de fiebre, debilidad intensa y
dolor de músculos, cabeza y garganta, asociada a vómitos, diarrea,
erupciones cutáneas, disfunción renal y hepática y, en algunos casos,
hemorragias internas y externas.
El periodo de incubación (intervalo desde la infección hasta la aparición de los síntomas) varía de 2 a 21 días.
¿Cómo se produce el contagio?
Ocurre a través del contacto directo con sangre y secreciones
de animales o pacientes, ya estén vivos o fallecidos. Por ejemplo, las
ceremonias de inhumación que se celebran en algunas aldeas africanas
parecen estar relacionadas en el contagio, ya que algunos miembros del
cortejo fúnebre entran en contacto directo con el cadáver. Además,
cuando se producen estos brotes, y hasta que se toman las medidas de
seguridad adecuadas, el personal sanitario suele contagiarse al tratar a
pacientes infectados.
¿Qué precauciones se pueden tomar?
Los medios sanitarios deben utilizar guantes, mascarillas, gafas y trajes para no quedar expuestos al contacto directo con la sangre u otros fluidos de los pacientes infectados. Una de las medidas más básicas entre la población es evitar el contagio con los afectados y los objetos que a su vez hayan entrado en contacto con ellos y la siguiente, lavarse las manos con jabón de forma frecuente.
Se puede reducir el riesgo de transmisión desde animales a humanos sacrificando e incinerando a los cadáveres infectados, restringiendo el contacto con carne cruda de monos o simios infectados y evitando la exposición a murciélagos de la fruta.
¿Se puede tratar la enfermedad?
No existe ningún tratamiento o vacuna específicamente diseñados para luchar contra el ébola, aunque hay varias medidas en proceso de experimentación. De hecho, la mayoría de las enfermedades virales, como los catarros, carecen de vacuna o tratamiento eficaz.
Los enfermos de fiebre hemorrágica del ébola reciben un tratamiento inespecífico que consiste en la rehidratación por vía intravenosa u oral,
con soluciones que contengan electrolitos, el control de la presión
sanguínea, los antipiréticos para bajar la fiebre, suministro de
factores de coagulación y otras medidas destinadas a compensar el fallo
renal y hepático, entre otras.
¿Por qué no se ha creado una vacuna?
Muchos virus carecen de vacuna. En este caso se dan varias circunstancias que dificultan la investigación.
Por una parte, la experimentación con animales es muy arriesgada y
debería llevarse a cabo en laboratorios de máximo nivel de bioseguridad.
Por otro, la letalidad del virus y las circunstancias socioeconómicas
de los países afectados dificultan el seguimiento del bajo número de
supervivientes, según Juan García Costa, del ENIVD.
La OMS denunció que la pobreza de los países afectados era la principal causa de que no hubiera vacuna y varios investigadores confirmaron que la falta de interés ralentizó varios proyectos de vacuna.Fuente: Diario ABC. Día 17/10/2014
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