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22 ago 2014

Las slots y el fallo del Tribunal Superior de Justicia sobre la regulación del horario de funcionamiento



Cuando resurgen los cuestionamientos hacia las slots en nuestra ciudad, en oportunidad de que un fallo del Tribunal Superior de Justicia de  la Provincia negara al Municipio la posibilidad de regular el horario de funcionamiento del casino, como parte integrante de esta sociedad reflexionamos acerca de lo sucedido en estos años desde el funcionamiento de las mismas.

Cuestionamos fuertemente la instalación de las slots en la ciudad, por que las consecuencias negativas eran fácilmente previsibles para cualquiera que se pusiera a ahondar en el tema y sin profundizar mucho el más distraído de los gobernantes conoce las desventajas de inculcar el hábito del juego en la población. Acá no sólo abalaron la instalación del casino las autoridades provinciales bajo el mandato de José Manuel De la Sota y municipales: el intendente Alberto Cantero y el gobierno justicialista municipal de entonces sino que a la misma autoridad eclesiástica, hasta el obispo Stafolani, no vio nada mal el emprendimiento que por entonces funcionaba frente a la  misma iglesia Catedral.

Nada de eso se escuchó por una fuerte presión política que anteponía las ventajas por sobre las consecuencias a mediano y largo plazo. Las sospechas de negociados no pueden menos que surgir ante una voluntad política de defender lo indefendible. La evidencia de lo poco que quedó en la ciudad en cuanto a recursos, frente a lo mucho  que se perdió no sólo en dinero sino en salud de la población es un ejemplo de lo que significan estas cuestionadas  decisiones  de gobierno.

Los números son elocuentes y hoy ni siquiera se puede moderar el funcionamiento del casino de la ciudad restringiendo el horario de acceso por que la Justicia no le permite al municipio hacerlo.

Curiosa concepción la de los juristas que avalan lo que dicen los contratos preconcebidos pero no anteponen el bien común de una población que cae en una trampa tan bien urdida como antigua.

Y así seguiremos con nuestra gente depositando dinero que en muchos casos falta en los hogares en  un estúpido juego que como mayor efectividad tiene el de funcionar como trampa para los que en él caen, llevándose recursos a engrosar arcas bien ajenas.

Los problemas de salud que derivan de la adicción, así como su repercusión en la vida de las familias son otro costo que la ciudad debe asumir y cuyos montos no se pueden medir solo en dinero sino en calidad de vida de los afectados y de la comunidad toda.

Pero el ejemplo de Río Cuarto no fue en vano, pobladores de localidades vecinas se movilizaron para evitar que esta peste lograra un lugar entre ellos y así una vez más demuestran que sólo la gente se protege frente a decisiones políticas negativas que benefician tan sólo a los que las protegen.

CIUDADANOS AUTOCONVOCADOS DE RIO CUARTO

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