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6 feb 2015

Otra forma de conocer el mundo. Sepa que es el CouchSurfing

CouchSurfing: una alternativa para viajar y una manera de vivir*

Anita Tolaba vive en Río Cuarto y forma parte de la comunidad de viajeros que ofrece alojamiento gratuito en todo el mundo. Junto a ella, te contamos qué es, cómo funciona y por qué ser parte
Para algunos, el encanto de viajar está en recorrer la mayor cantidad de destinos turísticos posibles. Para otros, lo mejor es simplemente poner una pausa a la rutina diaria y hacer poco y nada en un lugar diferente.

Y para otros tantos, todo gira en torno a conocer y aprender lo más profundo de una cultura a través de su propia gente.

Sin importar cuál sea el motivo que nos lleve a viajar lo cierto es que, además de un destino y un modo de llegar a él, siempre (o casi siempre) vamos a necesitar un lugar donde alojarnos. Y entre todas las alternativas que ya conocemos, hay una que está llamando la atención en todo el mundo, incluso en nuestra ciudad.

Se trata del CouchSurfing, una comunidad internacional con forma de red social, que conecta a viajeros con anfitriones de todas partes del globo y que permite recorrer pueblos, ciudades y países desde la perspectiva de sus propios habitantes. Además, se ha convertido en una alternativa para los viajes de bajo costo, porque permite ahorrar en una de las partes más caras de todo viaje: el hospedaje.

Anita Tolaba tiene 34 años y tuvo su primera experiencia en el CouchSurfing a los 25, mientras viajaba por Europa con una amiga ale-mana. Su intención era gastar la menor cantidad de dinero posible para poder recorrer así más ciudades del viejo continente. Sin embargo, luego de pasar dos o tres noches en cada lugar, parando en casas de personas y familias desconocidas, descubrió una nueva forma de viajar que no se muestra en ningún mapa, ni se explica en ninguna oficina de información turística del mundo.

Por eso hoy, esta salteña de papeles y tonada, que desde hace cuatro años vive en Río Cuarto, es una de las tantas viajeras que pasó de ser visitante a ser visitada. Desde que regresó de su paseo por Europa, “Anita”, ha recibido en su casa (primero en Salta y luego aquí) a personas de distintas nacionalidades: desde alemanes y franceses, hasta israelíes y malasios.

“Estuvo fabuloso ir a la casa de una persona autóctona de cada ciudad para que nos guíe sobre qué era lo que debíamos conocer de cada lugar. Y a modo de cadena de favores comencé a  incursionar en el tema de CouchSurfing alojando a personas acá”, cuenta sonriente.


Dos españoles en Río Cuarto


Ya instalada en nuestra ciudad con su marido, Anita recibió en su casa a una pareja de Barcelona que llevaba 8 meses recorriendo el mundo. “Ellos querían poner un poco de freno a las ciudades turísticas y compartir un poco más la vida familiar de acá. Al principio no entendía por qué habían elegido Río Cuarto, pero al final tuvieron el intercambio cultural que querían”, relata Anita mientras recuerda las comidas típicas que cocinaron junto a ellos y los paseos que dieron por la ciudad.


Anfitrión por un rato


Si bien el principal objetivo de esta comunidad es intercambiar lugares donde hospedarse, una persona también puede formar parte de ella de otras maneras, como por ejemplo ofreciendo un café, una comida o un paseo por la ciudad a los visitantes.

Y ese es precisamente el rol de Anita desde que fue mamá: “Considero que (el CouchSurfing) es parte de una etapa de la vida. Ahora tengo un gordito de un año y ocho meses y se me dificulta alojar, pero estoy sumamente abierta para juntarme a compartir cultura con la gente que venga para acá”. 


Lo que no te cuentan


“Uno por ahí se pierde del mundo autóctono cuando viaja por la parte turística, que muchas veces se torna medio comercial”, resalta Anita con conocimiento de causa. “Me acuerdo de una experiencia en Barcelona, que fuimos a un lugar que se llama La Champagnería. Es un galpón donde comés unos sándwiches de jamón riquísimos (se ríe) y con cada uno te vendían un litro de champagne por 5 euros. El tema es que ese lugar es de la gente de ahí, y si no llegás con gente del lugar no vas a parar ahí”, cuenta a modo de anécdota.


El factor humano


Por eso para ella lo más importante del CouchSurfing es “la cuestión humana” que las agencias no venden en los paquetes turísticos. “Yo rescato más el factor humano que el factor económico. Incursioné por la escasez económica, pero me reconfortó mucho más el factor humano, y lo otro quedó relegado”, explica.

Y a pesar de que esta salteña tuvo sus dudas antes de incursionar en esta manera de conocer el mundo y su gente, hoy asegura que es “ciento por ciento recomendable”, no sólo desde el punto de vista de quien visita, sino también desde el de quien recibe.
“Si se meten en esta comunidad se van a dar cuenta de que hay mucha más gente confiable, linda y con la que compartir experiencias nuevas. Descubrís un mundo nuevo. Es algo que no puedo expresar en palabras porque se queda chiquito el sentimiento, por eso recomiendo que lo vivan, concluye.

Fuente:*Puntal 13.01.15

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