MARCHA DEL SILENCIO #18F
El movimiento judicial “Mani Pulite” (“Manos Limpias”) se inició en Italia, con la iniciativa de Antonio Di Pietro, un fiscal que impulsó una causa por corrupción, a partir de la cual, se abrieron nuevas investigaciones sobre el mismo flagelo. Así, comenzó a desentrañarse la red de dirigentes políticos, empresariales y de distintos sectores de la sociedad italiana que se encontraban fuera de la legalidad.
La reacción del gobierno italiano de aquel entonces fue negar la corrupción. Y la reacción de la mafia aliada al establishment fue utilizar todo tipo de métodos, inclusive violentos, contra los protagonistas de la lucha por la transparencia.
Por ello, todo este proceso tuvo que llevarse a cabo con el imprescindible respaldo de una ciudadanía movilizada que defendía hasta en la calle las investigaciones judiciales. No obstante ello, varios funcionarios pagaron con su vida la osadía de investigar.
Aclarado esto, cabría preguntarse: ¿Están dadas las condiciones para un “mani pulite” argentino?
Veamos:
La corrupción es generalizada y el gobierno la niega.
Pareciera que –luego de una prolongada y excesiva prudencia, miedo o complicidad, un importante grupo de fiscales y jueces están decididos a investigar a fondo a los jerarcas del régimen K.
Un fiscal ya ha entregado su vida por la república. ¿Qué es lo que falta?
La movilización y el respaldo de la ciudadanía a las investigaciones en curso y a las que, sin lugar a dudas, deberían abrirse en el futuro. Una movilización que no termine con el actual gobierno, sino que condicione cualquier desvío de la legalidad de los gobiernos futuros. Una movilización que nos haga salir de la vergüenza y nos devuelva la dignidad.
Por lo dicho, la cita del 18 de febrero es ineludible para todo argentino de bien. Porque nos convocan quienes se han decidido a investigar.
Porque los fiscales y los jueces están en peligro.
Porque, ahora, el “Mani Pulite” argentino depende de nosotros: los ciudadanos.
Fuente:PeriodicoTribuna
La reacción del gobierno italiano de aquel entonces fue negar la corrupción. Y la reacción de la mafia aliada al establishment fue utilizar todo tipo de métodos, inclusive violentos, contra los protagonistas de la lucha por la transparencia.
Por ello, todo este proceso tuvo que llevarse a cabo con el imprescindible respaldo de una ciudadanía movilizada que defendía hasta en la calle las investigaciones judiciales. No obstante ello, varios funcionarios pagaron con su vida la osadía de investigar.
Aclarado esto, cabría preguntarse: ¿Están dadas las condiciones para un “mani pulite” argentino?
Veamos:
La corrupción es generalizada y el gobierno la niega.
Pareciera que –luego de una prolongada y excesiva prudencia, miedo o complicidad, un importante grupo de fiscales y jueces están decididos a investigar a fondo a los jerarcas del régimen K.
Un fiscal ya ha entregado su vida por la república. ¿Qué es lo que falta?
La movilización y el respaldo de la ciudadanía a las investigaciones en curso y a las que, sin lugar a dudas, deberían abrirse en el futuro. Una movilización que no termine con el actual gobierno, sino que condicione cualquier desvío de la legalidad de los gobiernos futuros. Una movilización que nos haga salir de la vergüenza y nos devuelva la dignidad.
Por lo dicho, la cita del 18 de febrero es ineludible para todo argentino de bien. Porque nos convocan quienes se han decidido a investigar.
Porque los fiscales y los jueces están en peligro.
Porque, ahora, el “Mani Pulite” argentino depende de nosotros: los ciudadanos.
Fuente:PeriodicoTribuna
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