Un equipo científico de la Universidad Nacional de
Río Cuarto monitorea el efecto de los plaguicidas en Alta Gracia. El
grupo, liderado por la doctora Delia Aiassa, ya es una referencia a
nivel nacional
Un equipo de investigadores de la Universidad Nacional de Río
Cuarto monitorea el impacto de los agroquímicos en poblaciones
ambientalmente expuestas. Desde el año pasado, desarrollan su trabajo en
Alta Gracia, luego de hacer un relevamiento exhaustivo en Marcos
Juárez. Al ser estudios de las mismas características, será útil para
profundizar sus conocimientos en una materia sobre la cual no hay
demasiada bibliografía. De hecho, el grupo de investigación que lidera
la doctora en biología Delia Aiassa, que depende de la facultad de
Ciencias Exactas, es una referencia a nivel país.
Ese equipo lleva adelante un estudio que tiene por objetivo monitorear los efectos de los agroquímicos sobre la salud y el medioambiente. Se desarrolla en el marco de un convenio entre la municipalidad de Alta Gracia y la Universidad Nacional de Río Cuarto.
Es a través de un protocolo de trabajo coordinado por el secretario de salud pública de aquella ciudad, Hugo Mina, y por la propia Aiassa, en representación de la Universidad. El trabajo comenzó en septiembre de 2013 y concluirá para la misma época de este año.
El trabajo de investigación tiene características similares a las que el mismo equipo de científicos llevó a cabo un par de años atrás en la localidad de Marcos Juárez, en el sudeste cordobés, donde se da la producción agrícola más intensiva, junto con una fuerte utilización de agroquímicos.
-¿En qué consiste la investigación?
-El estudio contempla la evaluación del material genético y análisis bioquímicos de personas que viven en zonas cercanas a las fumigaciones. En el año 2013 se tomaron muestras de sangre a 12 personas. Los participantes tienen edades de entre 25 y 45 años, y cumplen con los requisitos de ser no fumadores, no estar medicados y no haber estado expuestos a radiaciones, tratamientos con radioterapia o quimioterapia, en el último año. El 11 de abril de 2014 se tomaron muestras a 10 personas con lugar de residencia en áreas alejadas -1.500 metros o más- de los campos donde se realizan pulverizaciones con agroquímicos. Luego de obtener los datos de este último muestreo, se tendrán los resultados parciales de este estudio, que surgirán de la comparación de ambos grupos. La evaluación se completará con un total de 40 personas estudiadas, por lo que se prevén dos nuevos muestreos en los meses de noviembre y diciembre de este año.
-¿Qué harán con los resultados obtenidos?
-Tal como lo indica el protocolo de trabajo, al finalizar la investigación se entregará a las autoridades de Salud de Alta Gracia un informe con el análisis de los resultados de toda la información obtenida y serán ellos los encargados de tomar las medidas que consideren adecuadas.
-¿Qué semejanzas tiene esta investigación con la que hicieron en Marcos Juárez?
-En Marcos Juárez se trabajó de manera semejante a lo planteado para Alta Gracia, sólo que se tomaron muestras a aplicadores y a personas en contacto con agroquímicos por vía aérea.
-¿A qué conclusiones llegaron con aquel estudio?
-Los resultados obtenidos en Marcos Juárez indican que las personas analizadas han experimentado daño genético aumentado, y se le puede atribuir a la exposición de los participantes del estudio a los plaguicidas. Además, no muestran diferencia entre las personas que viven en zonas cercanas con quienes viven más alejados de las zonas pulverizadas.
-¿Y ahora esas conclusiones se ponen a prueba en el estudio de campo en Alta Gracia?
-Es un estudio similar en cuanto a los criterios que se utilizan para la elección de las personas participantes, pero las características geográficas son diferentes. Por lo tanto, una vez que se analicen los datos podremos comparar los resultados y sacar conclusiones teniendo en cuenta las diferencias y similitudes de ambos estudios.
-¿La idea es ir ampliando el mapa de estudios sobre los efectos de las fumigaciones con agroquímicos en las poblaciones?
-La idea, más que ampliar el mapa, es profundizar los estudios sobre el efecto de los plaguicidas en el material genético de las poblaciones expuestas a plaguicidas tanto en laboratorio como en otras poblaciones, como por ejemplo los niños y las mujeres en edad reproductiva.
-El equipo de investigación que usted dirige es una de las referencias a nivel país, ¿hay otros trabajos similares en Argentina?
-En Argentina, los antecedentes que hay en el estudio de material genético en poblaciones humanas expuestas a plaguicidas son de los años ’80. Pertenecen a la doctora Larripa y al doctor Dulout, que los hicieron sobre los floricultores de la provincia de Buenos Aires. El antecedente más cercano es el trabajo de la doctora Simoniello, en 2010, para aplicadores de agroquímicos de la provincia de Santa Fe. En lo que respecta al estudio de personas ambientalmente expuestas, y niños, los únicos trabajos para Argentina son los nuestros.
-¿Y dentro de la provincia de Córdoba?
-Dentro de la provincia el equipo de investigación que dirijo es el único que estudia el efecto de los plaguicidas sobre el material genético de las poblaciones humanas.
-¿Hay evidencia que sugiera que el uso de agroquímicos debiera restringirse, y hacer controles más exhaustivos?
-La evidencia científica -no sólo en nuestros trabajos, sino también en aquellos que estudian el impacto sobre otros organismos como plantas, anfibios y líquenes como resultado del uso intensivo de plaguicidas-, indica la necesidad de diseñar e implementar programas educativos, sistemas de monitoreo humano y ambiental a corto y largo plazo, mecanismos de remediación ambiental. Además, hay que revisar la clasificación toxicológica de los plaguicidas, con la participación de las áreas de salud y profundizar el control de las pulverizaciones.
Fuente: Puntal 15.04.14
Ese equipo lleva adelante un estudio que tiene por objetivo monitorear los efectos de los agroquímicos sobre la salud y el medioambiente. Se desarrolla en el marco de un convenio entre la municipalidad de Alta Gracia y la Universidad Nacional de Río Cuarto.
Es a través de un protocolo de trabajo coordinado por el secretario de salud pública de aquella ciudad, Hugo Mina, y por la propia Aiassa, en representación de la Universidad. El trabajo comenzó en septiembre de 2013 y concluirá para la misma época de este año.
El trabajo de investigación tiene características similares a las que el mismo equipo de científicos llevó a cabo un par de años atrás en la localidad de Marcos Juárez, en el sudeste cordobés, donde se da la producción agrícola más intensiva, junto con una fuerte utilización de agroquímicos.
-¿En qué consiste la investigación?
-El estudio contempla la evaluación del material genético y análisis bioquímicos de personas que viven en zonas cercanas a las fumigaciones. En el año 2013 se tomaron muestras de sangre a 12 personas. Los participantes tienen edades de entre 25 y 45 años, y cumplen con los requisitos de ser no fumadores, no estar medicados y no haber estado expuestos a radiaciones, tratamientos con radioterapia o quimioterapia, en el último año. El 11 de abril de 2014 se tomaron muestras a 10 personas con lugar de residencia en áreas alejadas -1.500 metros o más- de los campos donde se realizan pulverizaciones con agroquímicos. Luego de obtener los datos de este último muestreo, se tendrán los resultados parciales de este estudio, que surgirán de la comparación de ambos grupos. La evaluación se completará con un total de 40 personas estudiadas, por lo que se prevén dos nuevos muestreos en los meses de noviembre y diciembre de este año.
-¿Qué harán con los resultados obtenidos?
-Tal como lo indica el protocolo de trabajo, al finalizar la investigación se entregará a las autoridades de Salud de Alta Gracia un informe con el análisis de los resultados de toda la información obtenida y serán ellos los encargados de tomar las medidas que consideren adecuadas.
-¿Qué semejanzas tiene esta investigación con la que hicieron en Marcos Juárez?
-En Marcos Juárez se trabajó de manera semejante a lo planteado para Alta Gracia, sólo que se tomaron muestras a aplicadores y a personas en contacto con agroquímicos por vía aérea.
-¿A qué conclusiones llegaron con aquel estudio?
-Los resultados obtenidos en Marcos Juárez indican que las personas analizadas han experimentado daño genético aumentado, y se le puede atribuir a la exposición de los participantes del estudio a los plaguicidas. Además, no muestran diferencia entre las personas que viven en zonas cercanas con quienes viven más alejados de las zonas pulverizadas.
-¿Y ahora esas conclusiones se ponen a prueba en el estudio de campo en Alta Gracia?
-Es un estudio similar en cuanto a los criterios que se utilizan para la elección de las personas participantes, pero las características geográficas son diferentes. Por lo tanto, una vez que se analicen los datos podremos comparar los resultados y sacar conclusiones teniendo en cuenta las diferencias y similitudes de ambos estudios.
-¿La idea es ir ampliando el mapa de estudios sobre los efectos de las fumigaciones con agroquímicos en las poblaciones?
-La idea, más que ampliar el mapa, es profundizar los estudios sobre el efecto de los plaguicidas en el material genético de las poblaciones expuestas a plaguicidas tanto en laboratorio como en otras poblaciones, como por ejemplo los niños y las mujeres en edad reproductiva.
-El equipo de investigación que usted dirige es una de las referencias a nivel país, ¿hay otros trabajos similares en Argentina?
-En Argentina, los antecedentes que hay en el estudio de material genético en poblaciones humanas expuestas a plaguicidas son de los años ’80. Pertenecen a la doctora Larripa y al doctor Dulout, que los hicieron sobre los floricultores de la provincia de Buenos Aires. El antecedente más cercano es el trabajo de la doctora Simoniello, en 2010, para aplicadores de agroquímicos de la provincia de Santa Fe. En lo que respecta al estudio de personas ambientalmente expuestas, y niños, los únicos trabajos para Argentina son los nuestros.
-¿Y dentro de la provincia de Córdoba?
-Dentro de la provincia el equipo de investigación que dirijo es el único que estudia el efecto de los plaguicidas sobre el material genético de las poblaciones humanas.
-¿Hay evidencia que sugiera que el uso de agroquímicos debiera restringirse, y hacer controles más exhaustivos?
-La evidencia científica -no sólo en nuestros trabajos, sino también en aquellos que estudian el impacto sobre otros organismos como plantas, anfibios y líquenes como resultado del uso intensivo de plaguicidas-, indica la necesidad de diseñar e implementar programas educativos, sistemas de monitoreo humano y ambiental a corto y largo plazo, mecanismos de remediación ambiental. Además, hay que revisar la clasificación toxicológica de los plaguicidas, con la participación de las áreas de salud y profundizar el control de las pulverizaciones.
Fuente: Puntal 15.04.14
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