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1 abr 2014

Relato de un periodista testigo de una golpiza a un delincuente

El periodista y escritor Diego Grillo Trubba fue testigo de la escena en que un punguista era golpeado con furia por un numeroso grupo de vecinos en Charcas y Coronel Díazel el sábado, en el barrio de Palermo y, totalmente conmovido, la relató paso a paso en su cuenta de Twitter:

"Ocurrió en Charcas entre Coronel Díaz y Billinghurst. Yo acababa de bajarme del coche de mi jefa, que me había acercado a casa. Cuando quiero cruzar Billinghurst hacia Coronel Díaz, veo un tumulto. Estaba empezando justo ahí. Al principio, de lejos, lo que se veía era eso, un tumulto de gente. Personas que de repente entraban corriendo hacia un edificio. De repente salían para unirse al tumulto. Me termino de acercar y empiezo a ver lo dantesco.
"Era un edificio ladrillo a la vista, con la puerta de ingreso metida hacia adentro, había unos 15 m2 de espacio. Ahí, un tipo grandote con uniforme de portero estaba arriba de un pibe de unos 16/17 años, inmovilizándolo. De repente, una de las personas del tumulto se acerca corriendo y le mete una patada en la cara al pibe. Los otros que entraban y salían debían haber hecho lo mismo, porque el pibe ya estaba con la cara medio deformada. Para que se entienda: de la boca le salía un río de sangre que primero formaba un charco en las baldosas y luego un reguero hacia la calle."

En su crónica en la red social, Grillo Trubba describió la forma en que los vecinos se turnaban para golpear al delincuente, ya indefenso. La mayoría de quienes observaban la escena, sin participar de la golpiza, respaldaba a los atacantes. "Cada vez que el pibe daba signos de que recuperaba la conciencia, alguien salía de la multitud y le pateaba la cara", reseñó en el relato en Twitter.
"De repente, uno de los que pateaba se apartó para tomar aire. Se sentó en el cordón de la vereda. Tenía unos 30/35 años. Me le acerco y le apoyo la mano en la espalda. «Ya está, flaco, basta, ya está». El pibe alza la cabeza. Tenía los ojos llenos de lágrimas. Me dice: «Le afanó la cartera a mi mujer, el hijo de puta»."

La crónica también hizo referencia a la llegada de curiosos, que casi al instante se transformaban en agresores: "La gran mayoría gritaba «mátenlo». Incluso amenazaron a una mujer mayor que pedía que ya no le pegaran. Grillo Trubba agregó que la Policía Federal tardó 25 minutos en aparecer en el lugar.

Fuente: La Nación 1.04.14

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