“ME HARTÉ DE SUS PRERROGATIVAS Y PRIVILEGIOS”
Hoy me pregunto, no sin rebelión (un poco como dice Francisco, "salgan y hagan lío"), ¿por qué tantas preces para la fundación de la señora Susana Trimarco? Fundación que no rindió cuenta alguna de sus inversiones sociales y que, si rescató tantas chicas de la trata como sostiene, ¿donde están ellas y donde están radicadas las denuncias en contra de los presuntos apropiadores que, según sus dichos, son más de 100?
Un millón y medio de pesos; $785.000; una donación en avenida Benjamín Aráoz (municipal); otra en calle 25 de Mayo al 900 (nacional); otra en... y van...
También quisiera, como ciudadana aportante de esas donaciones, disposiciones y concesiones, saber cuál fue el destino de las 40 toneladas de donaciones que recibió de los vecinos de Buenos Aires. ¿Cuál es el motivo de tanto rendez vous? ¿Su espada vengadora?
Todo ello en esta provincia, que tuvo que ver la fotografía de una madre que encadenaba a su hijo adolescente para salvarlo de la anunciada muerte del paco, sin que nadie hiciera algo por ese niño, ni una donación ni una disposición ni nada.
Y así, imperturbablemente leímos que a los días este encontraba la muerte por un disparo que le trajo el paco o sus consecuencias. La señora Trimarco siente el dolor de una hija desaparecida y recibe un trato totalmente desparejo del que recibe el señor Lebbos, quien tiene una hija muerta. Y debió ir a reconocerla tirada a la vera de una ruta, luego de largos días de dolor.
A Trimarco todos le temen, si hasta baja el pulgar para algunas designaciones ganadas por concurso, sus deseos son órdenes, ella viaja a Buenos Aires y todos tiemblan. Me harté de estas prerrogativas y privilegios, en este, mi estado de derecho que a muchos nos costó conseguir. Y por último, ¿todo ese dinero, incluyendo las fuertes sumas que llegan desde el exterior, y donaciones, no podrían volcarse, por ejemplo, para solventar institutos de rehabilitación de adicciones y así sacar de ellas a nuestros jóvenes, que son el futuro de la patria?
Las Madres de Pañuelo Negro, las madres del dolor, pueden cortar puentes, marchar alrededor de la plaza, y hasta gritar, pero ello será callado por sólo un susurro de la señora Trimarco.
María del Pilar Prieto
Jueza de la Sala IV de la Cámara Penal
Poder Judicial de Tucumán
Fuente: Tribuna de Periodistas 28.04.14
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