INCÓMODAS CONTRADICCIONES DE UN EXPEDIENTE CALIENTE
Pocas veces me tomo el trabajo de hacer una aclaración antes de escribir un artículo periodístico, pero en este caso estoy obligado a hacerlo. No solo porque se trata de un tema que se disparó involuntariamente —a raíz de la mera opinión personal a través de la impredecible red social Twitter—, sino porque logró repercusión en los medios nacionales.
Finalmente...
-¿Por qué nunca se ahondó en la hipótesis del
secuestro como consecuencia de deudas de juego ocasionadas por el esposo de
Trimarco, Daniel Verón, tal como denunció la propia mujer en las primeras fojas
del expediente judicial? La madre de Marita olvida sus dichos con gran
facilidad, como cuando pidió que se investigara a David Catalán como autor del
posible asesinato. Todo ello, como se dijo, consta en la causa de marras.
La madre de Marita es la que debería dar explicaciones
por esta y otras incongruencias discursivas en las que incurre últimamente. Por
ejemplo, por qué desistió de apoyar la marcha por el asesinato de la joven Paulina Lebbos, donde
aparecen claramente los rastros del poder político tucumano.
Christian Sanz
Pocas veces me tomo el trabajo de hacer una aclaración antes de escribir un artículo periodístico, pero en este caso estoy obligado a hacerlo. No solo porque se trata de un tema que se disparó involuntariamente —a raíz de la mera opinión personal a través de la impredecible red social Twitter—, sino porque logró repercusión en los medios nacionales.
Tiene que ver con la desaparición de la joven Marita
Verón en el año 2002, una historia conocida que esconde otra historia no tan
conocida detrás. Una trama que incomodó a propios y ajenos porque desnuda una
realidad que cambia todo lo dicho hasta ahora sobre el caso.
La
trama y el revés
En abril de 2002, la joven María de los Ángeles
“Marita” Verón desapareció de los lugares que solía frecuentar. Según su madre,
Susana Trimarco, se dirigía a una maternidad local a efectos de hacerse un
chequeo ginecológico de control y fue levantada por un automóvil Duna rojo que
la habría secuestrado y obligado a ejercer la prostitución. Según la madre de
Verón, los autores del hecho habrían sido los hermanos María Jesús y Víctor
Rivero.
Tres días después fue descubierta por la policía en la
localidad de La Ramada, a más de 30 kilómetrosde su lugar de
residencia, usando zapatos con tacones y en medio de una fiesta sexual. Los
uniformados aseguran que la dejaron en un ómnibus que regresaba a Tucumán, pero
Marita nunca llegó a su destino.
En este punto surgen las primeras dudas: es
que se ha comprobado en los hechos que el Duna fue adquirido por
los hermanos Rivero posteriormente al secuestro de la joven Verón.
A lo largo de los años, algunas de las acusaciones de
Trimarco se mostraron poco contundentes —hay que recordar que los
investigadores formularon 18 hipótesis en torno a la desaparición de la mujer—
ya que se basaron en testimonios poco creíbles como el de Simón Nieva, quien juró que “a Marita la vendieron por $ 2.000”.
Hay un dato sintomático en ese marco: la mayoría de los acusados fueron sobreseídos por las diferentes instancias de la
Justicia tucumana en el año 2007 (posteriormente ocurriría lo mismo, en
2012).
En el marco de las incongruencias, se encuentra el
señalamiento a Daniela Milhein por haber mantenido supuestamente cautiva a
Marita. La mujer, lejos del estereotipo del secuestrador, se demostró una
víctima de las redes de trata y fue oportunamente sobreseída por la Justicia por
la acusación de Trimarco. Casualidades mediante, quien la regenteaba para la
prostitución es otro de los señalados por la madre de Verón: Rubén “La Chancha”
Ale, hombre de frondosos antecedentes judiciales.
Pocos saben a ese respecto que el hombre al que hoy
acusa la progenitora de Marita —el mismísimo Ale— fue desvinculado del mismo hecho por su propio marido,
Daniel Verón —fallecido en junio de 2010—, a la sazón padre de la joven
evaporada.
Otra de las acusadas por la mamá de Verón es Lidia Medina, a quien se señala por regentear un burdel de la
Rioja llamado Candilejas, en el que la joven habría estado cautiva. Sin
mencionarlo de manera concreta, la mujer dio un dato revelador: aseguró
que las mujeres que trabajaban para ella “andaban por todos lados; nadie estaba
preso”. Asimismo precisó que “no se les retenía ningún documento”.
¿Qué quiso decir la mujer con esa frase? Probablemente
lo mismo que otras personas que han declarado en el expediente de marras y que
aseguran que Marita Verón ejercía la prostitución antes de desaparecer
de la faz de la Tierra.
Algo de ello dio a entender el cordobés Alejandro
Pérez, quien explota una whiskería llamada "Las Vampiras", donde
también aseguran haber visto a la joven: el hombre admite que allí se ejerce la
prostitución, pero que todas las mujeres que lo hacen es “por propia voluntad”.
Otro testimonio revelador es el de la tucumana Irma Abraham, quien asegura que se encontró con
la hija de Susana Trimarco dos días antes de su desaparición y que allí la
joven le reveló su idea de irse de su casa y, eventualmente del país.
“Ella estaba desesperada, entonces le dije 'mija'
te pido por favor vení al hotel, yo la citaba al 'Ovni' y ella me dice: si voy
a un hotel alojamiento y mi madre se entera me mata”, asegura la mujer, que
jamás fue citada por la Justicia a pesar de que ella misma lo ha pedido: “Vengo
a pedir que me citen los jueces para decirle a ellos lo que esa nena me dijo
aquella vez cuando estábamos juntas”, reveló Irma a diario La Gaceta de Tucumán.
Posteriormente, la mujer publicó una solicitada con
severas imputaciones hacia Trimarco (ver al pie de esta nota). Allí, hablándole
directamente a la madre de Verón, dice: “Marita se fue voluntariamente de tu
casa y después de ello estuvo en la zona de Los Gutiérrez, una localidad
del interior de Tucumán (…) Te llamó por teléfono desde Río Gallegos en el mes
de septiembre de 2002, llamada que se realizó desde la casa de la novia de tu
hijo, que vive en Río Gallegos”.
Más adelante, en el mismo texto, la mujer acusa a
Trimarco de “haber sabido aprovechar el nombre de tu hija. Ya sabemos
de dónde provienen los fondos”. Según Abraham, la madre de Marita antes
andaba “siempre con la misma ropa“.
Para reforzar esos dichos, es oportuno leer las
revelaciones publicadas por Agencia Nova por parte de fuentes vinculadas a la lucha
contra el tráfico de personas. Estas aseguran que, tanto Susana
Trimarco como la propia Marita “habrían trabajado de prostitutas”. “Cuando
Marita fue desaparecida, la desaparecieron de adentro del consultorio del
médico ginecólogo donde había ido a hacerse un aborto”, cuentan.
Según los mismos informantes, “el tema no pasa porque
Marita haya sido o no prostituta, es más complicado”. Aseguran por lo
bajo que Susana Trimarco “cobra fortunas si es víctima y Marita no aparece”, y
que madre e hija “se vieron, por lo menos, cuatro veces en estos años”.
El dato fue admitido a TDP por cinco
fuentes independientes entre sí: tres son trabajadoras de la calle, una ha sido
vecina de Marita y el quinto es el presidente de la Fundación Adoptar de
Tucumán.
Todos ellos coinciden en que Verón se prostituía en la
zona del Parque 9 de Julio de esa provincia. “Yo la conocía a Marita porque nos
cuidábamos unas a otras cuando hacíamos la calle”, aseguró a este medio Silvia,
una de las prostitutas que supo cruzársela en más de una oportunidad y cuyo
testimonio fue desvirtuado por el oscuro comisario Jorge Tobar. Esas palabras
fueron refrendadas por María P. y Adriana G., ambas trabajadoras de la calle
(sus datos reales se ofrecen a la Justicia pero se mantienen en
reserva por cuestiones de seguridad, sobre todo porque Silvia ha desaparecido
hoy de la faz de la Tierra).
Lo mismo opinó Julio César Ruiz, titular de la
prestigiosa Fundación Adoptar: “En Tucumán era sabido que Marita hacía
la calle en la zona del Parque 9 de Julio (…) Hay muchas contradicciones en
torno a esta investigación”.
Otra de las fuentes consultadas, Adriana C., fue
directo al grano: "La 'Chancha' Ale nunca manejó un vehículo ya que no
sabía manejar, detalle no menor, aparte la remiseria está a cuatro
cuadras de mi casa. Todos los remises de Tucumán, a los días de la
desaparición de Marita andaban con la foto de ella en el vidrio de los
autos".
Sin embargo, no se trata de meros testimonios
periodísticos: en el voluminoso expediente —se trata de 43 cuerpos de 200 fojas
cada uno— hay testigos que aseguran que Verón ejercía la prostitución aún antes
de evaporarse el 3 de abril de 2002 en la zona del Parque 9 de Julio.
En tal sentido, nadie aún ha sabido explicar por qué
Marita ostenta más de 70 cruces telefónicos con el proxeneta José Medina y
otros personajes dedicados a la promoción y regenteo de la prostitución. Es una
de las partes más incómodas de la causa judicial y figura a fojas 7.431.
Allí queda al descubierto que, entre junio de 2001 y
diciembre de 2002, desde el teléfono de la familia
Trimarco-Verón —0381-423-3506— se hicieron y recibieron llamados a
diversas personas vinculadas al proxenetismo, como el mencionado Medina y
también los hermanos Víctor y René Marchisio.
En el mismo sentido, uno de los testimonios
que aparecen en el expediente a fojas 1.114, es el de Ana María Jesús Zelaya,
quien aseguró que Marita se fue por voluntad propia de su casa para irse a
Jesús María con este último. Según esa testigo, ex pareja del oscuro
Medina, el dato siempre estuvo en conocimiento de Trimarco, lo cual quedó
comprobado a lo largo del juicio oral. Ello lleva a preguntarse: ¿Por qué
la madre de Marita suele callar respecto a esta incómoda realidad?
Como sea, en ese mismo
"mamotreto" judicial aparece una impecable declaración hecha por el ex secretario judicial de
Tucumán, Ernesto Baaclini, quien puso en duda la veracidad de los dichos de los
principales testigos presentados por Trimarco al afirmar que ”ninguna
de las Marita vistas por ellos en La Rioja y Tucumán son coincidentes, lo que
me hace dudar que realmente haya sido secuestrada por la fuerza”. Inclusive
en un transcurso de su declaración se permitió dudar de la culpabilidad de los
proxenetas riojanos y apuntó los cañones contra el entorno familiar de Marita
Verón.
El funcionario se encargó de
remarcar las contradicciones entre fechas y lugares que fue vista Marita Verón
por los testigos reservados que fueron declarando en la causa : “Cuando una
la veía en La Rioja, otra para esa misma fecha decía haberla visto en Tucumán. Y
a pesar que algunas declararon que Marita tenía un supuesto hijo del Chenga
Gómez, lo extraño es que ninguna la vio embarazada”.
Antes de continuar debe
decirse que Baaclini no es cualquier persona: se desempeñó como
secretario judicial de la causa Verón entre el 2002 y el 2005. Según
cuenta la crónica dePerfil.com:
Durante su paso por
tribunales, Baaclini, no ocultó su resentimiento contra Susana Trimarco, que en
reiteradas oportunidades lo había acusado de cajonear la investigación para
beneficiar a Rubén Ale y a la hora de declarar manifestó que le llamó mucho la
atención la supuesta llamada que recibe Trimarco de su hija Marita después de
la desaparición, proveniente de un teléfono de Río Gallegos, que al investigar
descubrimos que estaba a nombre de la hermana de la novia de su hijo Horacio
Verón. En ese momento Trimarco nos dijo que la voz era inconfundible, aunque
con el tiempo dijo que se trató de una mala interpretación”.
Tampoco ahorró críticas
contra el principal investigador de la causa, el comisario Jorge Tobar, a quien
trato de descalificar contínuamente poniendo de relieve las desprolijidades que
deslizó a lo largo de la causa y que lo diferenciaban de la
investigación. Según contó Baaclini, Tobar se molestó cuando le sugirió
que dejará de investigar la pista riojana y comenzará a profundizar más sobre
el entorno familiar: “Entre las cosas que se
deberían haber profundizado esta la relación que mantenía Marita con su cuñado
Adrián Catalán. De acuerdo a la declaración testimonial de un militar que la ve
`por la zona de Arsenales, a poco de su desaparición, la supuesta Marita iba
acompañado por un hombre que respondía en un 98 % a la descripción de Adrián
Catalán”.
“A esto —agregó Baaclini—
habría que sumar lo que nos contó Trimarco que su nieta Micaela vio una pelea
entre Adrian Catalán con Marita que estaba en bombacha. Yo con la entonces
fiscal Vermal deducimos que la pequeña había visto un acto sexual”.
Baaclini no es el único funcionario judicial que supo
criticar el desempeño de la madre de Marita. El juez Daniel Moreno, injuriado
por Trimarco en más de una oportunidad, también dejó su verdad a la hora de defenderse de sus
ataques: "Ella no opinaba lo mismo cuando yo decía que el mismo
Gobierno le pagaba lo que consumía, dónde dormía y hasta la peluquería" en
el año 2006, durante el mandato de Ángel Maza.
La mamá de Verón acusó en su momento a Moreno de ser
quien trabó la investigación judicial, pero es sabido que el magistrado jamás
tuvo ese expediente en sus manos. La única participación del funcionario fue
haber recibido un exhorto desde la justicia tucumana que le entregó a la
policía para llevar adelante un allanamiento.
Finalmente...
Luego de todo lo aquí publicado hay que preguntarse
algo crucial: estas revelaciones, ¿le quitan mérito a la lucha de Susana
Trimarco contra la trata de personas?
Para nada, todo lo que la madre de Marita ha hecho
hasta ahora contra los traficantes de seres humanos es elogiable desde todo
punto de vista. Sin embargo, nunca el fin justifica los medios.
Es probable que la lucha de Trimarco no hubiera tenido
el peso que tuvo si se hubiera revelado el detalle de que su hija trabajaba “la
calle”. Ello, sin embargo, no justifica el calvario que pudo haber sufrido la
joven desaparecida en 2002 ni quita responsabilidad a quienes ejercen el
imperdonable trabajo de traficar personas.
No obstante ello, sería oportuno que algunos
interrogantes sean respondidos de una vez y por todas:
-¿Por qué nunca se investigó el llamado que recibió Susana Trimarco desde Río
Gallegos —puntualmente desde el número de la novia de su otro hijo Horacio
Verón—, y en el cual reconoció la voz de Marita (*)?
-¿Por qué el Comisario General de Tucumán, Hugo
Sánchez, asegura que las cifras de chicas recuperadas por la madre de Verón no coinciden con las estadísticas oficiales? “Valoro
y respeto el trabajo de la señora Trimarco, pero sus cifras no coinciden con
las nuestras. Llegó a decir que había recuperado 40 adolescentes en La
Rioja. No hay ningún tipo de actuación policial ni judicial al respecto,
ni en Tucumán ni en La Rioja”, aseguró el funcionario en mayo de 2008.
-¿Recordará la madre de Marita que ella misma declaró
en el expediente judicial no recordar a ninguna persona puntual que hubiera
visto a su hija en el burdel riojano? "No recuerdo", admitió
cuando fue interrogada, tal cual puede verse en la foja 61 del fallo ad hoc.
-Trimarco pide en estos días que se investigue al ex
gobernador Julio Miranda; sin embargo, ¿olvida que ella misma frecuentó
al entonces mandatario de manera reitarada hasta el 2008, lo cual consta en los
registros oficiales de Tucumán? Allí, entre otras, está asentada
incluso una visita de la madre de Marita junto a su nieta Micaela en ese mismo
año.
-¿Por qué la mujer insiste en acusar públicamente a
Rubén Ale por la evaporación de su hija, pero jamás pidió que sea llamado a
declarar judicialemente?
-¿Por qué la madre de Marita elogia públicamente a
Alperovich y su mujer, Beatriz Rojkés, dos de los principales responsables de
la trata de personas en Tucumán? La propia Trimarco lo advirtió en febrero de 2012: “Yo, de estúpida me iba a la Casa de Gobierno
(provincial): estaba toda la mafia ahí. (...) Son los que manejan la droga y la
prostitución en esta provincia. Yo no sé por qué todo el pueblo de Tucumán no
se anima a enfrentarlos".
La explicación tal vez repose en los fondos que la
fundación María de los Ángeles Verón recibe por parte del mandatario tucumano.
El último de ellos consta en el Decreto 74 / 2013 del 22/01/2013, que se basa
en el expediente N° 088/110-F-2013.
Allí reza claramente que se le otorga a la institución
que comanda Trimarco “un subsidio con cargo de oportuna rendición de cuentas,
por la suma total de $480.000.-pagadero en seis (6) cuotas mensuales y
consecutivas por un monto de $80.000 cada una, a partir del mes de enero del
corriente año”.
Finalmente, se insiste en un punto: las dudas no
quitan el mérito a la búsqueda de su hija, Marita Verón, ni a la lucha contra
la trata de personas.
Por lo pronto, este cronista está dispuesto a dar
testimonio en sede judicial y aportar todos los elementos en su poder. Todo sea
porque prevalezca la verdad ante todo (Continuará).
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