Durante todo el 2013, las Madres de Plaza de Mayo me dieron la posibilidad de entrevistar en su radio AM530 a 40 mujeres destacadas en lo suyo. El programa se llamó Damas y Caballero y me encantó hacerlo. De científicas a músicas, de maestras a artistas, de militantes trans a genias cibernéticas, todos los miércoles al mediodía me sentaba en el estudio de Radio Madre frente a una entrevistada con la intención de aprender. Para alguien habituado a las pontificaciones del discurso político, comenzar cada cita con decenas de preguntas amasadas en la más genuina curiosidad fue una manera de recuperar las bases del oficio periodístico.
El último reportaje, a horas de las Fiestas, fue con Hebe de
Bonafini. Me corrijo, no fue un reportaje, fue una charla distendida y
amigable. La transcripción, casi textual, desborda de coloquialismo. Así
la disfruté yo, espero que les pase lo mismo.
RC: –¿Cómo te va, Hebe?
HB: –Aquí ando, haciendo. Peleándome con todas las cosas que me pasan, pero sé que las enfermedades no me van a ganar.
–Tanto peor para esas enfermedades si se enfrentan con vos, ¿no?
–Dios mío, te juro que me pasó de todo este año que pasó. Pero también me pasaron cosas buenas.
–Entre ellas, que la Universidad Popular de las Madres va a pasar a ser un instituto oficial. Contame un poco de eso…
–Hace rato que venimos trabajando para darle, vamos a decir entre
comillas, un "tinte legal", porque vos sabés que la universidad se armó
ilegalmente. Porque no es ni privada ni nacional, entonces se le buscó
una vuelta… hace ya tiempo que estamos trabajando y por suerte hay mucho
interés del Estado en formar universidades, y esta tiene ya 13 años. Es
un alivio grande porque uno ahí puede poner la radio, puede poner todo
lo que quiera.
–¿Ahora los diplomas los van a dar oficialmente ustedes?
–Claro, hasta ahora los tenía que entregar la Universidad de San
Martín. Y la plata también, que tenés que llamar a la universidad por
una plata que es tuya, de los profesores, y vos tenés que poner la cara,
vos le decís a un profesor que le pagás dentro de 15 días, llegan esos
15 días y no le pagás, es un problema. Yo les agradecí tanto a los que
se quedaron, porque a veces parece que uno también puentea, la verdad
que se quedaron a apoyar. Una maravilla, así que estamos chochas con el
anuncio de estatización. Está linda y tiene prestigio. Todo el mundo
habla de ella, y todo eso a uno le da mucho orgullo.
–Una muy linda noticia… ¿y vos como estás de salud?
–He tenido muchos inconvenientes debido a una mala praxis cuando
empezó el año, el 27 de marzo. Estuve en coma, internada un montón de
tiempo, cuando desperté no caminaba, me agarró una peste en las dos
piernas. Cuando se mejoró eso me tuve que operar de una hernia, Y bueno,
qué se yo… Y ahora me tuvieron que operar de un pie porque se me había
hecho una úlcera, me operaron el viernes pasado.
–Así que anduviste de médico en médico…
–Si no hubiera sido por mis médicos particulares, de esa clínica no
salgo viva. No me abandonaron ni un minuto… Y ayer cuando llegué
estaba mi médico esperando en la puerta para curarme.
–¿Cómo viviste este fin de año?
–Complicado, como muchos fines de año. Por un montón de cosas. Los
paros, los cortes, los pedidos, las exigencias, la policía, los Moyano,
los Massa… Pero nada es suelto, nada se hizo porque sí. Lo que yo veo es
que nosotros deberíamos empezarnos a preocupar más por lo que tenemos
que hacer, de lo que nos falta y no darle tanta bola y manija a lo que
dijo Pepito o Carrió. Basta de eso. Yo creo que tenemos que ver que hay
muchas cosas que se pueden hacer, está complicado, pero el tema de la
policía, si los ponen presos ahora… no es cualquiera que los pongan
presos, ellos no están acostumbrados a estar detenidos, entonces van a
ver que la cosa es seria… Pero también si lo tipos ganan 3000 pesos, no
les podés decir que no coimeen, te coimean hasta dos ajos y una
zanahoria en la verdulería. Hay gente que no le alcanza y tienen otro
trabajo, a ellos no les alcanza, entonces afanan.
–Claro, tienen a mano la posibilidad…
–No digo que todos, algunos son honestos y quieren hacer las cosas
bien, pero la mayoría se acostumbraron a eso y con mucho descaro. Te
cuento una anécdota: hace unos cuantos años yo había ido a una casa de
empanadas a encargar una docena, de pronto se baja un milico cualquiera y
pide una docena de empanadas, le hizo la venia y se fue. Yo agarré mi
docena de empanadas, hice la venia y me fui, ¡y no se las pagué! Porque
no puede ser, porque si el tipo va y dice: "mirá, ¿no me darías cuatro
empanaditas que vamos a comer con los muchachos?" es otra cosa, pero
eso…. Igual en el colectivo con la Policía, no pagaban, no pagan. Un día
subí y les dije "Madre de Plaza de Mayo", y no le pagué tampoco…
–Hay una discusión que se armó alrededor del tema de los
saqueos. Uno cuando piensa en saqueos se remonta quizás a las imágenes
del 2001, que eran saqueos explicables desde muchos aspectos. ¿Estos
últimos qué te parecieron, a qué los atribuís?
–Eso está todo organizado, muy armado. La prueba es que la policía
está presa por eso… encontraron en la casa de la mamá, de la tía, del
primo, del hermano, las cosas que habían afanado a los supermercados.
Además hay mucha gente que denunció que venía un policía en la moto
diciéndoles que cerraran porque iba a haber saqueos, él ya sabía que iba
a haber saqueo. ¿Cómo sabían los canas? Es una cosa muy increíble cómo
fogonean los medios de ellos… Vos ponés cualquier canal de ellos y ves
las propagandas que decían de un tipo que hacía rejas para ponerle a los
mercados chinos. Eso es fogonear lo que ellos quieren que pase,
¿entendés? Que les afanen a los chinos, que les roben las cosas, que
haya saqueos… El caos famoso del que ellos hablan, que lo quieren crear
de cualquier manera. Vos ponés un canal, ponés otro y otro de ellos, y
nosotros tenemos un solo canal, canal y medio tenemos. Encuentro, y
tenemos este, y también tenemos cosas que no me gustan que pasen en
nuestro canal. Habría que evitarlas porque si no ellos son los que
tratan de qué carajo vamos a hablar cada semana… Es delicado porque
parecen muchas cosas, el saqueo, la policía, los robos, los Moyano, los
paros. Viste que son como prepotentes, iban a parar el país decía
Moyano. Pobre, como ya no le da bola nadie, quiere parar el país, ¡y
puede parar el país! Lógico, con los camiones, no pone plata en los
cajeros y no hay nafta, lógico que puede parar el país.
–¿Y no te da un poco de temor que muchas de esas cosas juntas provoquen un escenario de caos incontrolable?
–No, no me da temor. No me da temor porque sé que la presidenta
está haciendo las cosas bien, ya hay órdenes y ya se habló con todas las
provincias para que pongan presos a los policías, se está investigando.
Lo del calor se sufre, lo de la luz, yo decía ayer, no me quiero quejar
porque yo viví en un barrio donde vivíamos en una casilla y nos
cagábamos de calor, y me acuerdo que le ponía un trapito frío a mi nene
que recién había nacido, y mi marido fue a comprar un ventiladorcito
que, te digo, no era nada. Hay dos Argentinas. Y yo digo, pensar que hay
miles de personas que no tienen ni aire, entonces me da vergüenza
quejarme, no quiero quejarme porque no nos corresponde. Me parece que
cada argentino que se queja porque se le pudren las cosas de la heladera
es porque tienen el freezer lleno y hay gente que todavía no puede
comer, entonces los que tenemos no nos quejemos tanto. Pensemos en la
gente que no tiene porque no puede comprar, porque no tiene laburo,
porque no tiene casa, porque lo que tiene son chozas, porque viven mal y
quieren estudiar, y eso te conmueve, mirá cómo todavía quieren salir.
Esto es por lo que uno tiene que trabajar y pelear, yo me estoy peleando
con todos los que me dicen todo lo que tuvieron que tirar de la
heladera por los cortes, y yo les digo: "sabés la gente que no puede
comprar ni medio kilo de carne picada". La señora que trabaja en mi casa
camina
cuadras
y cuadras para comprar la harina barata porque vale una fortuna, y me
da mucha vergüenza porque digo que no puede ser que ella tenga que
caminar tanto por el precio de la harina. Ese tipo de cosas hay que
hablarlas y repetirlas, es cierto, es jodido no tener luz, es jodido no
tener agua, pero pensemos cuántos hay que no lo tienen nunca.
–¿Cuánto avanzamos en esto? ¿Cuál es tu balance de la última década?
–Yo creo que se gastó mucho en discusiones y poco en formación, no
hay formación política. Se desperdició mucho el trabajo en los barrios,
no tenemos que ir a pintar las casas ni hacer las calles, ni a darles el
piso, hay que ir a las casas dos veces por semana y charlar con cinco,
diez, veinte pibes, y formar a esos pibes para que ellos hagan y
defiendan. Porque Cristina les ha dado mucho, pero no les alcanza. Una
netbook y la Asignación Universal no es la solución para una familia. Lo
que tenemos que hacer nosotros es tener la idea de que hay que formar a
esos chicos para que defiendan lo que ya consiguieron y no vayan atrás
de la quimera de lo que les prometen y no les van a dar, porque si no
van atrás de Massa, porque no les hemos enseñado a reconocer lo poco o
lo mucho que les ha dado este gobierno, la dignidad de ser persona, los
documentos, la Asignación, pero no alcanza. Hay muchos que no tienen
documento porque no tienen partida de nacimiento, como los que vienen
desde el monte, entonces no es que está todo bien, de lo que nos falta
hacer tenemos la responsabilidad nosotros. Falta formación política,
hacer política no es un puesto en el Parlamento ni en una organización,
hacer política es aprender a defender lo que hemos conseguido y a pelear
para conseguir lo que nos falta.
–Te quería preguntar algo personal y después sobre la
entrevista al general Milani, que causó mucho revuelo. En lo personal,
está por empezar el juicio a los responsables de lo que fue el centro
clandestino de La Cacha, por el que pasaron tus hijos. ¿Qué te produce
la noticia?
–Mirá, sabes qué pasa, para mí y para la mayoría de las madres que
estamos en la asociación nos hemos acostumbrado a que no haya fechas, no
haya juicios, no hay lugares peores que otros, porque todo el tiempo,
constantemente, hablamos de ellos, de nuestros hijos. Entonces nosotros
no tenemos un día que decimos: ¡ay, hoy se los llevaron! No, no. El
juicio de La Cacha empezó. Cada juicio que empieza, cada día que leés el
diario, los tenés acá en la cabeza, en la frente, en el corazón, en la
barriga, en donde quieras que te queda el agujero que no se llena nunca.
Entonces yo me acuesto y tengo las tres fotos de los chicos ahí, de mi
nuera y mis dos hijos, y bueno, siempre tengo como una especie de
diálogo imaginario con ellos, entonces, qué se yo… Lo único que me mueve
es que cada vez que va un represor preso, no me pongo contenta porque
con todo lo que pasó no puedo, pero siento que la justicia existe, que
en alguna medida, en algún lugar, está.
–Una vez dijiste que preferías ver a un pibe feliz que a un milico preso.
–Seguro… sí, claro. Un pibe sin necesidades, daría lo que no tengo por eso, pero bueno, la vida es así.
–¿Qué te pasó con el general Milani?
–Nada, qué me va a pasar. Yo lo conozco desde hace un tiempito. He
hablado con él para ver si había un acercamiento, porque Nilda Garré
hizo un laburo impresionante, se cambiaron los planes de estudio con un
montón de mujeres, y no lo hizo Nilda sola, también con algunos
militares como Milani. Entonces pensé que era un momento oportuno. Le
ofrecí si quería que yo le hiciera un reportaje, que viniera a la casa
de las Madres, y vino. Y nada, le hice un reportaje muy sencillo, yo le
pregunto de todo y de todo responde, y la verdad que a mí me pareció que
era necesario, que era bueno. Siempre en esas cosas uno tiene que
jugarse un poco, lo que pasa es que, viste, parece que está la denuncia,
decís me da miedo, bueno, pero cuando vos averiguás bien que no está
acá, que no está allá, que está en el otro lado, que la denuncia la hizo
un radical que lo trajeron de no sé dónde, comenzás a tener dudas. Es
como esos que dicen que Néstor sacaba la plata, los dólares en bolsas de
residuo, ¿a quién se le puede pasar por la cabeza eso? Entonces, como
hay tanta maldad, es tanta la gente que tiene odio y que no analiza, que
no ve y que no piensa… y yo digo no, yo no voy a entrar en esa. Y hablé
con las Madres, tampoco te creas que es fácil…
–Y me imagino, claro…
–Y hablé con las Madres y decidimos que sí, que había que hablar con Milani. Él vino muy llano, y bueno…
–A mí me impresionó mucho, porque creo que el título de tapa, si no recuerdo mal, era "La Madre y el General".
–Sí.
–Entonces, ver un pañuelo junto al uniforme militar es un
contraste importante. Luego lo vi como un símbolo de algo que tiene que
ver, entiendo yo, con el futuro más que con el pasado.
–Nosotros provocamos este acercamiento para que el ejército sea del
pueblo y para el pueblo. Que no esté paralizado. Yo lo que más le pedí
es urbanizar los barrios… Yo vivía donde vivía y se empezó a urbanizar,
todo es mejor. Ellos, los militares, tienen plata, tienen presupuesto,
tienen las máquinas, tienen los hombres, tienen los ingenieros, tienen
los arquitectos, tienen todo en la mano para hacerlo, entonces el
ejemplo del pueblo es eso, que trabajen para el pueblo. A mí me parece
que hay que proponérselos, pero para proponérselos tenés que hablar con
ellos. Y si hay que ir a un barrio, las Madres vamos a ir a un barrio
con ellos. Yo les prometí que les iba a buscar un barrio que no sea
demasiado grande para empezar por uno y que se vean rápido los trabajos.
Alguien tiene que dar el primer paso, alguien tiene que decir, son
diferentes. Hay gente que es muy arcaica, no madura, no crece, está 20
años atrás.
–A mí me sorprendió que muchos que habitualmente
reivindicaban a Mandela por su política de reconciliación en Sudáfrica,
se agarren los pelos porque una madre se sienta con un general a hablar.
–Sabés lo que pasa, Caballero, que esto no es reconciliación. Esto
es un entendimiento político. Reconciliación sería si nosotras
estuviéramos al lado de los Videla y todos los de aquella época. Estos
son gente que tienen 50, 51 años, que estaban muy jovencitos haciendo el
Ejército, pero que no fueron parte de la maquinaria morbosa y terrible
de tortura, y si nosotros no somos capaces de entender eso, porque más
de lo que puteamos a los milicos las Madres, no los puteó nadie… Que
digan lo que quieran… Después de lo que nos han pegado, lo que nos han
difamado, la verdad, perdoná lo que te digo, pero me chupa un huevo, qué
querés que te diga; si no, no podés hacer nada porque estás pendiente
de "ay, qué me van a decir, quién me va a insultar."
–Es cierto. No se puede vivir en función de lo que los
otros van a decir sobre lo que uno hace, todo el tiempo, ¿no? Vos sos
inmensamente libre en tus decisiones.
–Vos sabés que a Néstor Kirchner le encantaba cuando yo decía
estas cosas que digo y que hago, me decía "seguí siendo políticamente
incorrecta, vas muy bien por ahí", él pensaba como yo. Néstor dijo la
cosa más hermosa: que somos sus madres, que nuestros hijos son sus
compañeros, y el otro día Cristina recordó en el discurso por los 30
años de gobiernos constitucionales a "los que dieron la sangre", ¿sabés
lo que significa eso para nosotros, que no se olviden nunca de nuestros
hijos?
Producción: Leo Vázquez
Desgrabación: Manuel Caballero
Publicada el 5.01.13
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