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17 ene 2014

Aumento de impuestos municipales ¿Todo es por la inflación?



Los cedulones empezaron a llegar y entre resignados y sorprendidos los riocuartenses comenzaron a pagar los impuestos. Porque los números que muestran los cedulones dan cuenta clara de cuanto significa el 28% de aumento. La Municipalidad no se nutre sólo de estos ingresos, sino que picotea de todos los servicios además de lo que recibe desde las otras arcas del estado. En este estado de cosas, la impresión que recibimos es que siempre hay un chivo expiatorio para justificar cada actitud cuestionable del gobierno municipal cómo que los impuestos suben por la inflación, o si quiere más diplomacia “se actualizan” debido a este índice.

Veamos si no otros argumentos: la fuerte tormenta del 8 de diciembre por ejemplo  no justifica totalmente el mal estado de la ciudad en cuanto a lo que  ya se advertía en déficit de mantenimiento de espacios verdes y arbolado urbano. Ni que hablar del estado de las calles de los barrios, y las inconclusas obras de infraestructura.

Sigamos sumando: la higiene urbana y el alumbrado son temas de cuestionamientos porque con un contrato tan jugoso para la empresa Cotreco, tenemos los riocuartenses todo el derecho de preguntarnos cómo puede ser que tenga tantas  fallas el servicio que  es tan costoso. La respuesta simple de que las fallas son de Cotreco no sirve,  más si recordamos que nunca terminamos de entender que pasó con Gamsur y desconocemos que déficit estamos sosteniendo con nuestros aportes. Una multa de 500 mil pesos aplicada a Cotreco, parece un leve tirón de orejas para quienes se quedan con la parte del león, y ni hablar de los costos laborales esgrimidos cómo argumento para justificar los gastos cuando el número de personal  de esa empresa fue y es tan urticante para los vecinos.

Otro capítulo es el del EMOS, que fue reajustando sus cedulones durante el transcurso del 2013. Mientras, siempre nos piden racionalidad en el uso del agua y en eso estamos totalmente de acuerdo. Pero y dicen los que saben, que la infraestructura para abastecernos deja mucho que desear.

Estamos en enero, un mes caliente en el que las vacaciones imponen otra rutina a la ciudad, pero se acercan épocas de negociaciones salariales y los gremios afilan sus argumentos.  Así  como partícipes pasivos de esta negociación los contribuyentes que aportamos, sería interesante también que conociéramos no sólo cómo se resuelven los aumentos para el personal sino cuanto nos cuesta por ejemplo la planta política, y los  representantes en el Concejo Deliberante, porque a  más   un vecino que se asoma por la casona de calle Sobremonte le llama la atención no ver que haya una vorágine de trabajo precisamente y no sólo durante el verano.

La ciudad sigue su andar con jornadas agobiantes pero la caja recaudadora, como la del municipio en este caso, no frena su demanda amparada por la inflación que también cubre demasiadas desprolijidades administrativas.

CIUDADANOS AUTOCONVOCADOS DE RIO CUARTO

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