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28 may 2015

Acerca de la trata de personas en Córdoba: qué opina la secretaria del área

Para la Provincia, tras el cierre de los cabarés, la trata sigue existiendo

La secretaria del área específica, Patricia Messio, dijo que el delito fue mutando para no ser reprimido por el Estado. “Ya no están las luces rojas, pero hay algún lugar o departamento donde operan”, señaló
Pese al cierre de los cabarés, hace tres años, la trata sigue siendo una realidad. Así lo admitió la secretaria de Prevención de la Trata de Personas la Provincia, Patricia Messio, quien advirtió además sobre el cambio de las modalidades utilizadas por los delincuentes con la finalidad de eludir la acción represiva de la Justicia. “Ya no están las lucecitas rojas, pero siempre hay un lugar o un departamento donde operan”, señaló la funcionaria. 

Con su publicación en el Boletín Oficial, el 7 de junio de 2012 entró en vigencia la ley provincial que tipifica y condena la explotación sexual de las personas. Su eje operativo es prohibir el funcionamiento, la publicidad o el gerenciamiento de las whiskerías y cabarés. El objetivo: erradicar el proxenetismo.

A casi tres años de vigencia del instrumento legal, la realidad parece demostrar que su implementación no alcanzó para lograr esa meta. Es una realidad que los propios funcionarios provinciales no se atreven a desconocer. La secretaria de Prevención de la Trata de Personas, Patricia Messio, lo admitió ayer en diálogo con este diario, aunque apuntó todo el trabajo que se hizo en este tiempo y que permitió desarmar algunas redes de explotación sexual.

-Después del cierre de los prostíbulos y cabarés, ¿sigue existiendo trata de personas?
-Sí, porque van cambiando las modalidades. Ahora tal vez no estén las lucecitas rojas, pero hay algún departamento o algún lugar donde operan. Siempre van cambiando para continuar con la corrupción. Entonces, hay que estar atentos a estos cambios de modalidades.

-Es  decir que la explotación sexual sigue existiendo.
-Para nosotros, siempre que haya una persona que se beneficie de la cosificación del otro con rédito económico, es explotación. Nosotros no somos la Policía ni la Justicia. Tampoco juzgamos la conducta individual de nadie, porque no se trata de moralina, sino de dignidad y de derechos humanos básicos. 

Fuente: Puntal 27.05.15

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