EL PATRIMONIO DE CFK, QUE CRECIÓ EXPONENCIALMENTE, SUPERA AL DE OBAMA: US$ 8.916.616 CONTRA US$ 7.090.174

Cristina Fernández es más rica que Barack Obama: la verdadera década ganada

El cristinismo tiene razón: en la Argentina hubo una década ganada. Los que ganaron, desde mayo de 2003 en adelante, fueron los Kirchner, y su séquito de seguidores y aplaudidores.

Fue tal el crecimiento económico de los Kirchner, que el patrimonio de la presidenta Cristina Fernández es muy superior al que declara el presidente de los Estados Unidos, Barack Obama.

Los números hablan por si solos. La presidenta CFK informó en su última declaración jurada, que su patrimonio asciende 43,4 millones de pesos. Convertidos al dólar oficial del período de la presentación, que ese día estaba clavada en 4,87 y la conversión arroja un patrimonio de US$ 8.916.616.

En cambio, el líder norteamericano el año pasado informó a las autoridades de su país unos US$ 6,8 millones, un cuarto menos de riqueza que Cristina. Y al revés de ella, en los últimos años redujo su patrimonio. La comparación sirve para apreciar la enorme fortuna de la Jefa de Estado y de su familia, que creció desde su llegada al poder.

En su momento, esto motivó que se presentará una denuncia por enriquecimiento ilícito, que terminó siendo cajoneada por inefable juez Norberto Oyarbide, el mismo que actualmente le garantiza impunidad a Hebe de Bonafini por la estafa millonaria con fondos públicos, que salieron de los impuestos que pagamos todos los argentinos.

Cabe recordar que Oyarbide ordenó cerrar la causa luego de que, en forma escandalosa, personal de la AFIP viajara al sur a fin de "retocar" las declaraciones juradas de Néstor y Cristina, que estaban cargadas de irregularidades al no poder justificar como hicieron para aumentar en más de 10 veces su patrimonio.

En definitiva, en la Argentina K, los únicos privilegiados son los Kirchner, sus funcionarios y sus empresarios amigos.

El resto, la enorme mayoría de los argentinos, no tuvieron la misma suerte y por eso ahora no tienen nada que festejar en un país con una inflación galopante, una inseguridad que no da tregua, falta de trabajo genuino y crecimiento alarmante de la pobreza y de la indigencia.

Fuente:LaOpiniónPopular