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17 nov 2014

El final de clases en Córdoba. Una opinión periodística al respecto

Calendario escolar inconcluso

La iniciativa de terminar informalmente las clases antes de la fecha prevista contradice no sólo el compromiso social de la escuela sino también sus propias exigencias educativas.


Por Redacción LAVOZ

A  los módicos resultados que arrojan diversos estudios en materia de progreso educativo en la provincia de Córdoba y en la Argentina en general se acaba de sumar otra realidad desalentadora: el virtual final de clases antes de que se cumpla con lo establecido para el ciclo lectivo en curso.

Un informe publicado por este diario el pasado miércoles refleja un relajamiento generalizado de alumnos del nivel secundario que antes de finalizar noviembre tienen todas las materias aprobadas, y con ello una suerte de meta cumplida sin la obligación de extender su aprendizaje.

El calendario es taxativo: el dictado de clases debe concluir el 12 de diciembre en el nivel medio y el 19 del mismo mes en el primario; pero, como queda dicho, la actividad en las aulas es casi nula varias semanas antes, salvo en aquellos casos de alumnos en situación de recuperar materias.

Se trata a todas luces de una falta de disciplina que debe ser revertida de cara al próximo año lectivo por los sectores involucrados; es decir, los propios alumnos y la comunidad docente.

Las autoridades del área lo ponen así de relieve y a modo de advertencia: “Las escuelas deben cumplir con el anuario previsto, porque forma parte del compromiso que todas tienen frente a la sociedad”, enfatiza Delia Provinciali, secretaria de Educación de la Provincia de Córdoba.

Es cierto que la interrelación genuina entre educadores y educandos se ha deteriorado por factores ajenos a la escuela misma, en el marco de una sociedad crispada por reclamos sectoriales y sociales de distinta índole.

Es habitual (y justo) que los docentes pugnen por mejores salarios, lo cual deriva en extendidas huelgas en muchas jurisdicciones de la Argentina, con la consabida pérdida de horas cátedra y la imposibilidad de cumplir con el calendario establecido. Y, ya se sabe: lo perdido no se recupera nunca.

En ese contexto, suena contradictorio y permisivo que un instituto secundario cercano a la ciudad de Córdoba les sugiera a los alumnos que aprobaron toda las materias que no concurran más al colegio; una suerte de vacaciones anticipadas, aun cuando el ciclo formal no ha finalizado todavía.

“Es claro que cuando faltan los componentes clave del proceso de aprendizaje y el contexto, la educación en sí misma está condenada al fracaso. Ciertamente, recibir una educación de escasa calidad es lo mismo que no recibir educación alguna”. La definición, categórica, está plasmada en un párrafo del Programa para la Calidad Educativa del Unicef (Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia).

Habrá que revertir ciertos comportamientos si se pretende reponer a la educación en un nivel de excelencia. A fin de cuentas, es la herramienta vital para el progreso personal y el futuro laboral de los estudiantes.

Fuente: La Voz 17.11.14

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