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15 sept 2014

Un punto de vista sobre el conflicto de Las Delicias que merece ser considerado

“Va a ser muy difícil restituir los lazos sociales en Las Delicias”

Lo dijo Mario Santucho, del Instituto de Investigación política, en el encuentro sobre conflictos sociales organizado por la Universidad. “Son situaciones irreversibles, pero no implica que sea una barbarie” 
 
La violencia, el racismo y el saqueo todavía resuenan en el barrio Las Delicias. Si bien se logró la paz luego del desborde y de los discuros incendiarios que convocaban a “echar a los bolivianos”, el desafío más grande aún sigue por delante. Es que la custodia policial que permanece en el barrio en cierta forma garantiza la tranquilidad, pero tarde o temprano deberá surgir un pacto entre argentinos y extranjeros para una convivencia pacífica. Para Mario Santucho, del Instituto de Investigación Política, será muy difícil reconstituir los lazos sociales al interior del barrio. “Son situaciones irreversibles, pero no implica que vaya a ocurrir una barbarie”, señaló. Santucho participó del Seminario de Experimentación Política que se desarrolló en la Universidad durante el fin de semana.

-Usted plantea la aparición, durante los últimos diez años, de nuevos tipos de conflictos sociales. ¿A qué se refiere?

-Tiene que ver con cómo se vincula la expansión de los agronegocios con las bandas narcos en los barrios, la especulación inmobiliaria y financiera y otros. Hay una ligazón entre todas estas cosas, en este esquema de acumulación capitalista que provoca la aparición de nuevos tipos de conflictos sociales.
La idea de este encuentro es compartir diagnósticos y mapas sobre cómo se presentan estas nuevas conflictividades y avanzar en una red de generación de iniciativas para politizar estos conflictos sociales.
Hasta ahora, simplemente venimos reaccionando ante los hechos de violencia en el territorio, pero es importante desarrollar estrategias de autodefensa para prevenir estos hechos. Hay que pensar en escenarios de discusión en la esfera pública.

-La semana pasada hubo un fuerte conflicto en el barrio Las Delicias. Usted tomó conocimiento sobre el caso. ¿Qué opinión le merece?

-Es un típico caso de nuevo conflicto social. Tiene la particularidad de que la violencia surge de una forma tal que no es la que prevén las instituciones del Estado. Es decir, no surge desde los sectores dominantes o del mismo Estado a través de las fuerzas represivas, sino que aparece un hecho que rompe a la comunidad en dos. Por lo general, siempre aparecen esquemas de negocios que son los que organizan este tipo de peleas. Ellos son los que inoculan un nivel de violencia que ha crecido mucho en los últimos años. También tiene que ver con el gran crecimiento del consumo, en general y en los sectores populares. Es una situación ambigua, porque por un lado es importante que puedan mejorar sus ingresos. Pero por el otro, al no discutir la experiencia de consumo, muchas veces el crecimiento del consumo se traduce en mayor violencia, porque es el consumo típicamente digitado por el capitalismo, y porque aparece el tema de la droga como uno de los ejes que también lo articulan. La pregunta en este caso es qué se puede hacer para que este tipo de conflictos no sean leídos desde los estereotipos sociales, que buscan un chivo expiatorio. En este caso, ese chivo expiatorio es la comunidad boliviana. Estos estereotipos son muy difundidos por los medios de comunicación.

-¿Se pueden reconstituir los vínculos al interior del barrio luego de un episodio como el que ocurrió en Las Delicias?

-Es complicado. Yo creo que no se pueden reconstruir, que cuando ocurre una cosa como ésta suele ser irreversible. Pasa mucho con los jóvenes cuando entran a trabajar para los narcos. También son situaciones irreversibles. Sin embargo, no creo que esta imposibilidad de reconstruir los lazos implique necesariamente una barbarie. Si estos episodios logran elaborarse, surge una potencia popular interesante. Por un lado, hay un aumento de la violencia en los barrios. Por el otro, esto tiene que ver con la llegada a estos barrios de empresas muy potentes, como el narcotráfico y otras. Paralelamente, hay una aparición muy fuerte de los sectores de la periferia y ya no como víctimas de la violencia, el ninguneo o la discriminación. Ahora, aparacen también como un sector potente, como un peligro, y por eso la gente de clase media les tiene miedo.

“Es muy peligroso que el Estado legitime la xenofobia”


Juan Vásquez es editor del periódico El Visor Boliviano, publicación de Buenos Aires, que dedicó su último número al conflicto de barrio Las Delicias. De paso por la ciudad, sostuvo que la discriminación hacia la comunidad está presente en todo el país, aunque con diferente intensidad.

“En las villas y en los barrios de Buenos Aires donde hay bolivianos, son los primeros a los que roban y a los que atacan”, sostuvo.

-Es decir que no le sorprendió lo que pasó en Río Cuarto.

-Lo que nos llamó la atención es cómo se trabaja con la xenofobia, algo que para Córdoba es un tema difícil. También entendemos que en todo esto hubo un aprovechamiento del conflicto para robar y para ocupar casas, por ejemplo.

-¿Y en qué marco ubica a este episodio?

-Creo que se contextualiza en los dichos de Berni (secretario de Seguridad de la Nación), que asoció la migración, delincuencia y la deportación. Me parece que esto es muy peligroso, porque el mismo Estado legitima así el discurso xenófobo.

Fuente: Puntal 15.09.14

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