La grave situación vivida en barrio Las
Delicias, a raíz de los hechos que son de público conocimiento luego del
asesinato del joven Jorge Axel Rodríguez y la detención de dos ciudadanos bolivianos entre los sospechosos de la autoría del crimen, debe necesariamente mover a la
reflexión.
Vimos por los medios de la ciudad cómo una
comunidad de 500 familias bolivianas fue duramente hostigada mostrando nuestro
costado más oscuro: el de la discriminación y la xenofobia generando enfrentamientos
de pobres contra pobres. Las imágenes fueron elocuentes y está todo dicho
acerca de lo que se vivió, no así de sus consecuencias que se verán con el
transcurso del tiempo.
Frases como las de la madre de la
víctima Sandra Argüello: “Los van a
matar, porque están indignados. Ellos mataron a mi hijo. Queremos que saquen a
los bolivianos”, sumaron para que el caos empezara.
Cuando pasaban las horas y se sucedían
los saqueos y robos a viviendas de bolivianos, ante una incomprensible falta de
presencia policial que restableciera el orden en esas primeras horas, y autoridades
de todo orden ausentes ante vecinos aterrados, mientras las cámaras daban cuenta de lo que sucedía, se
alzó una voz de sensatez tratando de restablecer la calma. No fue la de un
funcionario, ni la de ningún especializado en leyes sino la de un hombre común,
Juan Rodriguez hermano de la víctima que conmovió por su
valentía en medio de la incertidumbre, e inició el difícil camino para volver a
recuperar la tranquilidad del sector.
Estas son las palabras sencillas,
simples, sentidas que dijo en el informativo de Canal 13:
“A la gente boliviana les pido que se queden y
al barrio, que entienda que todos somos humanos. No hay bolivianos ó
argentinos, tenemos que sacarnos la camiseta y saber que somos iguales.
“Son
6 ó 7 los que piensan distinto, pero no podemos pelearnos entre nosotros”.
“Hablé
con mi mamá hoy a la tarde. Mi hermana está de acuerdo conmigo, por ahi mi
vieja no entiende por perder a su hijo. Pero así las cosas no se hacen”
“La
gente boliviana es buenísima, trabaja para su familia y no tiene que haber
diferencias”.
“No
podemos discriminar a la gente. Los que mataron a mi hermano están presos y van
a ir a un juicio. Si nosotros no damos ejemplo, nuestros hijos harán lo mismo”,
enfatizó.
Juan
resaltó su niñez en la pobreza, aunque aseveró que pudo estudiar y criar a sus
hermanos “a pesar de todo”.
“Solo
pido que haya paz y no existan diferencias entre nosotros. Para los que no
deben estar, que se ocupe la Policía”, subrayó.
La vida de los barrios es muy difícil y
se traduce en los hechos de violencia que diariamente se registran, el punto
culminante fue esta situación. Es muy interesante leer las declaraciones de un
vecino boliviano para conocer que sienten en este momento y a que atribuyen
buena parte de la causalidad de estos desbordes:
“Anoche, Abner Véliz, propietario de un
maxikiosco que fue víctima de un desalojo forsozo, lo explicaba con lágrimas en
los ojos: “Ahora estamos tranquilos, pero vamos a esperar antes de volver armar
el negocio; tenemos mucho miedo”. Nos apuraban para que nos llevemos la
mercadería, y nos decían que si no nos íbamos, nos iban a romper todo”, relató
anoche el hombre, quien no obstante admitió que su idea originaria no era
volver al local. “Pero nos dijeron que si no volvíamos íbamos a perder la
casa”, detalló. Como tantos otros bolivianos del barrio, Abner tiene mucho
miedo. Dice que se tomará su tiempo para evaluar “como está la cosa”, antes de
arriesgarse a reabrir su negocio. “Por ahora, lo que decidimos fue pasar la
noche acá. Ahora estamos tranquilos porque todavía está la Policía”, indicó. “Creo
que voy a poder rearmar el negocio. El problema es cómo están los chicos; son
muy atrevidos. Vienen de distintos barrios y se aprovechan para robar. El problema es que viven drogándose”,
puntualizó el hombre.”**
Si desde los estamentos de gobierno no
responde con las instituciones presentes abocadas a una sostenida acción
social, generando canales de participación y escuchando lo que la ciudad
realmente necesita a la hora de tomar decisiones de gobierno no sólo de parte
del municipio, sino de la provincia y de la nación, en tanto los funcionarios consideren
oportuno seguir apareciendo cuando las situaciones están desbordadas no podemos
sino esperar más crisis recurrentes como
la que en este momento atraviesa no sólo el barrio Las Delicias, sino la ciudad
toda.
Juan Rodríguez nos dio una lección refrendando con su accionar, aquello de que “sólo
el pueblo salva al pueblo”
CIUDADANOS
AUTOCONVOCADOS DE RIO CUARTO
** Puntal 04.9.14
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