Los detalles de la planta que construyó la empresa Monsanto a la vera de la ruta 8, camino a
Holmberg hacían presumir la pronta puesta en marcha del proyecto oficialmente autorizado. Se trata de un laboratorio de mejoramiento de semillas de soja
y maíz, que iba a analizar granos de 250 kilómetros a la redonda. El
predio tiene un local de recepción y dos galpones, uno con oficinas y
dos cámaras para almacenar soja y maíz, y otro para guardar maquinarias y
otro para agroquímicos. Iba a ocupar a unas 25 personas. Pero el intendente municipal de la ciudad de Río Cuarto, Juan Jure anticipó que no autorizará tal puesta en marcha. Lo que sigue son algunas consideraciones que se conocen por los medios locales con respecto a las razones que determinaron tal posición.La semana que viene lo formalizará a través de un decreto.
Por qué la evaluación ambiental a la empresa dio resultado negativo
El Edecom no aprobará el estudio que presentó Monsanto. La
actividad a desarrollar no estaría permitida dentro del ejido urbano.
La evaluación del estudio de impacto ambiental presentado por la
multinacional Monsanto dio un resultado negativo. Lo anunció ayer el
propio intendente, durante la conferencia de prensa. Más tarde, este
diario conoció algunos de los detalles de la resolución que emitirá el
Edecom. El dato más grueso es que la actividad declarada no estaría
permitida dentro del ejido urbano de Río Cuarto.
Para entender esos datos, hay que tener en cuenta que la evaluación se hace cotejando los datos que surgen de la actividad declarada por la empresa en el estudio de impacto ambiental y de los que arroja la inspección de las instalaciones.
Monsanto había presentado formalmente el estudio de impacto ambiental el martes 12 de noviembre en la dirección de Medioambiente del Edecom, y fue girado luego a la Secretaría de Planificación y Defensa Civil. Allí, la empresa declaró cuáles son las actividades -principales y anexas- que tenía previsto realizar en la planta de Río Cuarto.
Según lo que informó la multinacional, en la planta camino a Holmberg tenía previsto que funcione un laboratorio de mejoramiento de semillas de soja y maíz.
En diálogo con este diario, el presidente del Edecom, Oscar Artero, señaló que las instalaciones de la empresa adolecen de un gran número de falencias y puntos grises, en función de la actividad que pretende desarrollar.
Para empezar, sostuvo que el tipo de tratamiento que se quiere aplicar a las semillas no sería compatible con las ordenanzas vigentes dentro del ejido urbano. “No está permitido tratar semillas dentro de la ciudad”, indicó Artero.
Este sería uno de los datos más fuertes que surgen de la evaluación de impacto ambiental.
Por otro lado, el estudio de impacto no es claro en varios otros puntos. Por caso, en lo que se refiere a los volúmenes de agroquímicos que se prevé utilizar para curar las semillas en el laboratorio.
Tampoco queda claro qué tipo de maquinaria agrícola se guardará en el predio, si es que las hubiera.
Además, hay inconsistencias en el almacenaje de agroquímicos. Según la ley provincial 9.164, los depósitos deben reunir ciertas condiciones de seguridad contra derrames y fugas, algo que no se cumpliría en el predio de la multinacional, que tiene piso de madera.
En términos generales, Artero señaló que las instalaciones de la planta de Monsanto no serían acordes a los trabajos que allí se quieren llevar a cabo.
Si bien las inspecciones y el informe están listos, la resolución del Edecom se conocerá en detalle la semana próxima.
Para entender esos datos, hay que tener en cuenta que la evaluación se hace cotejando los datos que surgen de la actividad declarada por la empresa en el estudio de impacto ambiental y de los que arroja la inspección de las instalaciones.
Monsanto había presentado formalmente el estudio de impacto ambiental el martes 12 de noviembre en la dirección de Medioambiente del Edecom, y fue girado luego a la Secretaría de Planificación y Defensa Civil. Allí, la empresa declaró cuáles son las actividades -principales y anexas- que tenía previsto realizar en la planta de Río Cuarto.
Según lo que informó la multinacional, en la planta camino a Holmberg tenía previsto que funcione un laboratorio de mejoramiento de semillas de soja y maíz.
En diálogo con este diario, el presidente del Edecom, Oscar Artero, señaló que las instalaciones de la empresa adolecen de un gran número de falencias y puntos grises, en función de la actividad que pretende desarrollar.
Para empezar, sostuvo que el tipo de tratamiento que se quiere aplicar a las semillas no sería compatible con las ordenanzas vigentes dentro del ejido urbano. “No está permitido tratar semillas dentro de la ciudad”, indicó Artero.
Este sería uno de los datos más fuertes que surgen de la evaluación de impacto ambiental.
Por otro lado, el estudio de impacto no es claro en varios otros puntos. Por caso, en lo que se refiere a los volúmenes de agroquímicos que se prevé utilizar para curar las semillas en el laboratorio.
Tampoco queda claro qué tipo de maquinaria agrícola se guardará en el predio, si es que las hubiera.
Además, hay inconsistencias en el almacenaje de agroquímicos. Según la ley provincial 9.164, los depósitos deben reunir ciertas condiciones de seguridad contra derrames y fugas, algo que no se cumpliría en el predio de la multinacional, que tiene piso de madera.
En términos generales, Artero señaló que las instalaciones de la planta de Monsanto no serían acordes a los trabajos que allí se quieren llevar a cabo.
Si bien las inspecciones y el informe están listos, la resolución del Edecom se conocerá en detalle la semana próxima.
Para "proteger la paz social"
Sin embargo, Jure sostuvo que, aun si el resultado de la evaluación de
impacto ambiental fuera positiva, hubiera hecho lo mismo, porque es una
“decisión política del gobierno municipal” para proteger la paz social.
"La paz social es una cuestión que venimos cuidando y a pesar de muchas
diferencias que existen, ideológicas, religiosas o de distinta
naturaleza, hemos podido tener siempre una armonía en la convivencia”,
sostuvo para reafirmar su concepto.
También agregó: “La función del intendente no es sólo interpretar las normas, sino entender lo que pasa y tomar el pulso social de la ciudad. Es mi responsabilidad la decisión de considerar que esto puede romper con la tranquilidad social”.
También agregó: “La función del intendente no es sólo interpretar las normas, sino entender lo que pasa y tomar el pulso social de la ciudad. Es mi responsabilidad la decisión de considerar que esto puede romper con la tranquilidad social”.
Fuente: Puntal 23.11.13
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