A pesar de lo que digan, la marihuana sí hace daño.
Por Christian Sanz
QUÉ DICE LA CIENCIA Y QUÉ OPINAN LOS ESPECIALISTAS
En
los últimos tiempos, se reavivó una vieja discusión respecto a la
marihuana y su creciente utilización. ¿Es una droga adictiva? ¿Hace daño
o es inocua?
Hay
quienes están en un extremo y quienes se encuentran en el exacto
opuesto. Sin embargo, la verdad reposa en quienes han estudiado con
detenimiento sus efectos a lo largo de las últimas décadas.
A
ese respecto, debe hacerse una aclaración de entrada: esta nota no es
valorativa, sino meramente descriptiva y basada en información
científica. La aclaración no es menor, ya que el método científico
permite chequear y repetir un resultado utilizando los mismos elementos y
condiciones del estudio primario. No hay manera de mentir al respecto.
Aclarado
el punto, se hace preciso describir qué es la marihuana, también
conocida como cannabis sativa. La mejor puntualización la ha hecho la
Organización de las Naciones Unidas: se trata de la sustancia ilícita
más utilizada en el mundo.
Lejos
de la inocuidad que muchos intentan ver en ella, ostenta un compuesto
químico psicoactivo denominado tetrahidrocannabinol (THC) que afecta el
sistema nervioso de diversas maneras.
En
realidad, la marihuana contiene más de cuatrocientos compuestos
químicos diferentes, entre ellos al menos sesenta y seis cannabinoides
aparte del THC, tales como el cannabidiol (CBD), el cannabinol (CBN) o
la tetrahidrocannabivarina (THCV). Todos ellos, como se dijo, afectan la
conducta de quien la consume.
Qué dicen los estudios científicos
Discutir
acerca de la valoración de la marihuana no tiene sentido, hay quienes
la defenderán y quienes la denostarán. No obstante, existen estudios
científicos que han demostrado el daño que esta hace al organismo.
Uno de ellos, dado a conocer en agosto del año pasado, demostró que deteriora ostensiblemente la capacidad cerebral.
La
investigación ha sido una de las más amplias que se llevó a cabo y
siguió durante más de 20 años a un grupo de unos 1.000 jóvenes en Nueva
Zelanda.
Los
especialistas encontraron que, aquellos que habían comenzado a usar
marihuana antes de cumplir los 18 años -cuando su cerebro estaba aún
desarrollándose-, mostraban una reducción "significativa" en su
coeficiente intelectual.
¿Cómo
se llevó a cabo la indagación? La principal impulsora fue la profesora
Madeline Meier de la Universidad de Duke, en Carolina del Norte, Estados
Unidos, quien analizó el impacto del uso de marihuana en varias
funciones neuropsicológicas de 1.037 individuos nacidos entre 1972 y
1973.
A
su vez, diversos científicos siguieron a los participantes hasta que
cumplieron 38 años. Llevaron a cabo estudios cuando eran niños, antes de
que empezaran a usar la droga, y posteriormente entrevistándolos de
forma continua.
Para
obtener los resultados los investigadores tomaron en cuenta factores
como dependencia de alcohol o tabaco, uso de otras drogas y el número de
años en educación.
Encontraron
que los participantes que habían usado persistentemente marihuana
mostraban un "amplio deterioro" en varias áreas neuropsicológicas, como
funcionamiento cognitivo, atención y memoria.
“Los
individuos que usaban la droga de forma persistente -que la habían
fumado al menos cuatro veces a la semana año tras año durante su
adolescencia, sus 20 años y, en algunos casos, sus 30 años- mostraron
una reducción en su coeficiente intelectual (CI)”, según reveló
oportunamente BBC Mundo.
¿La
conclusión? Cuanto más fumaba el individuo, mayor era su pérdida en el
CI. El efecto fue más marcado en aquéllos que comenzaban a fumar
marihuana siendo adolescentes.
Y
allí aparece un dato aún más preocupante: al dejar de usar marihuana,
los afectados no lograron restaurar completamente su pérdida de CI.
A
ese estudio, debe sumarse el que publicó la revista científica la
revista Neuropsychopharmacology en septiembre de este año. Allí se
echaron por tierra tres mitos que suelen mencionarse respeto a su
utilización: que es inocua, menos tóxica que el tabaco y que no genera
adicción.
De
acuerdo con el estudio —en realidad, se trató de varios de ellos—,
realizado por el Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas de Estados
Unidos (NIDA, por sus siglas en inglés) y de la Escuela de Medicina de
la Universidad de Maryland, el consumo regular de marihuana durante la
adolescencia daña a largo plazo la cognición y aumenta el riesgo de
enfermedades psiquiátricas, como la esquizofrenia.
Parte
de la experiencia se hizo con ratones adolescentes y allí se
encontraron pruebas de que la exposición a esta droga durante esta
particular etapa, cuando las áreas prefrontales del cerebro están en
desarrollo, puede producir el deterioro cognitivo a largo plazo.
En
este caso, las oscilaciones corticales en la corteza del cerebro de los
roedores se vieron reducidas en aquellos que estuvieron expuestos a
dosis bajas de cannabis durante 20 días, a diferencia de los ratones que
no fueron expuestos a la misma dosis durante el mismo lapso.
Según
los manuales de psiquiatría, las oscilaciones corticales se reducen
también en la esquizofrenia y otras enfermedades similares. Por otra
parte, estas juegan también un papel importante en funciones cognitivas
como la atención, la integración de la información sensorial y la
memoria de trabajo.
Ya
en 2007, otra investigación similar había demostrado que el cannabis
puede provocar enfermedades psicóticas como la esquizofrenia.
La
investigación fue llevada a cabo por el equipo del Instituto de
Psiquiatría del King's College en Londres sobre un grupo de voluntarios
“sanos” a los cuales les dieron tetrahidrocannabinol.
Allí
descubrieron que la sustancia reduce la actividad en un área del
cerebro encargada de mantener bajo control a los pensamientos
inapropiados.
El
THC es el compuesto que tira abajo otro mito: el que asegura que no
existe adicción a la marihuana. Juan Carlos Mansilla, director del
Centro de Asistencia a la Drogodependencia de la Universidad Nacional de
Córdoba, lo dijo claramente: "Estamos viendo que el nivel de consultas
por consumo de cannabis ha aumentado drásticamente".
El
mismo profesional asegura que existe una tendencia creciente entre
jóvenes y adolescentes “de mayor abandono escolar y de mostrar
comportamientos y crisis psicóticas". Según Mansilla, se debe “a la
mayor concentración de THC que se ha encontrado en el cannabis".
La
investigación del facultativo fue presentada en una conferencia sobre
el impacto del uso del cannabis en Londres y es irrefutable.
Palabra de especialista
Claudio
Izaguirre es presidente de la Asociación Antidrogas de la República
Argentina, entidad que asesora y trabaja en la recuperación de adictos a
diario.
No
se trata de cualquier especialista, sino de alguien que supo consumir
drogas ilícitas durante largo tiempo y se dedicó, luego de recuperarse, a
alertar sobre el uso de los estupefacientes.
Según
Izaguirre, el THC es 4000 veces más poderoso que el alcohol, lo que fue
avalado por el Medical Center METZ-TIOMILLE de Francia.
“Después
de fumar, tenés problemas para aprender, ya que la marihuana te inhibe
la memoria reciente, también hay una merma o sensible baja en el
rendimiento”, dice el especialista.
Y
agrega: “Por el uso de la marihuana aparece la falta de motivación, la
fatiga, la apatía, la pérdida de interés por todo lo que te rodea, por
las cosas que solías disfrutar. La escuela, el trabajo, el fútbol, la
familia y los amigos ya no son importantes”.
Izaguirre alerta a través de su propio portal de Internet acerca de los peligros del uso de esta droga. A saber:
La marihuana y las neuronas
¿Sabías
que el THC es un potente disolvente de grasas y que al posarse en las
neuronas derrite la mielina, ocasionando la muerte de la neurona?
El
Dr. M. Henkerman en 1990 descubrió que el THC se posa en las neuronas
del área límbica, hipocampo, cerebelo y lóbulos frontales. De esta
manera las neuronas encargadas de frenar los instintos del ser humano
son afectadas. El consumidor reacciona entonces como un animal, en forma
extremadamente irritable a situaciones cotidianas. El estado de ira es
intermitente, acompañado de bruscos cambios de carácter sin explicación
lógica. La persona ha dejado de controlar sus instintos, lo que traerá
como consecuencia que lo aparten de la sociedad en que vive.
La marihuana y el tránsito
¿Sabías que la marihuana te quita los reflejos y pone en peligro tu vida?
En
un estudio publicado por el NIDA (Instituto de Drogas de Abuso de
Estados Unidos) sobre conductores de vehículos con test positivo de
marihuana, el 88% oscilaron entre estado moderado o de extrema
intoxicación y el 12% no mostraron tener signos de intoxicación. La
totalidad de los conductores intoxicados con marihuana fueron sometidos a
una evaluación y todos fallaron debido a la perdida del equilibrio y a
la incoordinación motriz.
La marihuana y el cáncer
¿Sabías que los componentes cancerígenos de la marihuana son: benceno, ácido cianídrico, amoníaco acroleina y benzopireno?
El
benzopireno, es un cancerígeno altamente poderosos, que se encuentra en
una proporción 50 veces mayor en la marihuana que en el tabaco.
Heber
Tuchman Dupessis miembro de la Academia de Medicina de París afirmó
que: “Recientes hallazgos han relacionado el consumo frecuente de
marihuana por mujeres embarazadas, con una forma poco común de cáncer en
sus niños. Se trata de la leucemia no linfoblástica. La leucemia es 10
veces más frecuente en bebes nacidos de madres que fuman marihuana, que
aquellos otros que no han sido expuestos a la droga.
La marihuana y el síndrome de abstinencia
¿Sabías
que el grupo de Gaetano Di Chiara de la Universidad de Cagliari,
Italia, en 1997 comprobó que el síndrome de abstinencia a la marihuana
se encuentra enmascarado, ya que tarda mucho tiempo en ser desechada por
el organismo?
Al
retirarle la droga en un instante con métodos químicos, a una rata
intoxicada con marihuana, este grupo científico comprobó, que los
roedores reaccionaban con el mismo síndrome de abstinencia que provoca
la cocaína, la heroína y el alcohol.
En
este sentido, para Di Chiara, la marihuana predispone el cerebro para
buscar luego drogas más poderosas, ya que la marihuana es capaz de
provocar este síndrome característico de las drogas duras.
La marihuana y sus efectos
¿Sabías que la marihuana torna distraída y perdida a la persona que la usa?
Confunde
la noción del tiempo, dificulta el pensamiento y la concentración,
distorsiona la percepción y el sentido de la realidad. Ocasiona
alteraciones en la vida social. Provoca irritabilidad, insomnio y
debilidad.
Concluyendo
Con
todo lo que se publicó anteriormente, la mayoría basado en
investigaciones científicas irrefutables, ¿cómo es que aún hay personas
que insisten en sostener los supuestos beneficios de la marihuana?
La
respuesta la aporta Eduardo Kalina, psiquiatra especialista en
adicciones: “El juego de intereses creados y el buen manejo del
narcocomercio han hecho un trabajo de marketing fantástico para la
marihuana absolutamente disociado de la investigación científica”.
En
tal sentido, el facultativo asegura que no es nuevo lo que se ha
descubierto sobre esa droga en los últimos años: “En 1971, en la revista
médica más prestigiosa del mundo, Lancet, los doctores Campbell, Evans y
otros describieron las atrofias cerebrales que causa. En nueva Zelanda
hicieron una experiencia muy valiosa porque siguieron por muchos años a
los consumidores. A su vez, en la revista Adictions se publicó que
nuevos estudios mediante resonancia magnética nuclear cerebral muestran
daños ultramicroscópicos que al comienzo no se ven”.
Finalmente,
Kalina embiste contra el “invento de que la marihuana sirve para curar
el cáncer, el sida, el glaucoma, la apendicitis aguda”. Otro de los
mitos largamente divulgados en portales de Internet que no tienen ningún
rigor científico.
La
única realidad es lo que ocurre en estas horas mientras estas líneas
terminan de escribirse. Cientos de jóvenes y no tan jóvenes alimentan
con su dinero y su salud un negocio millonario, impulsado por
narcotraficantes que no tienen escrúpulos y que les dirán cualquier cosa
a efectos de hacerlos caer en la tentación de los narcóticos.
Pero
el narco es vivo y solo habla de la boca para afuera: no se droga ni
permite que sus hijos se droguen. ¿Por qué se comporta de esta manera
si, supuestamente, la marihuana no hace nada? ¿Por qué no consumir si se
trata de una simple “plantita” que no genera adicción?
No
lo hace por algo sencillo: el traficante de drogas sabe que eso es una
burda mentira. Un dato que tal vez los lectores desconozcan —y que es
oficial— tal vez ayude a entender de qué va la cosa: una de cada cuatro
personas que piden asistencia a la Sedronar por problemas de adicción,
lo hacen porque son dependientes de la marihuana.
Fuente: Tribuna de Periodistas 13 de noviembre de 2013
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