El testimonio de “Pepi”, la nieta de Susana Dillon.
Hija de padres desaparecidos durante el proceso militar, Rita Ales y Gerardo Espíndola, nació en cautiverio y fue entregada cuando era una beba a su abuela, quien desde entonces la hizo suya, la crió y le contagió ese espíritu de lucha y de aventuras que tenía la escritora. “Pepi” Dillon en una sola nota.
-¿Qué recuerdos tenés de tu abuela?
- Todos, los más lindos podría decir que son con los que me quiero quedar; los recuerdos del último mes de su vida son como una pesadilla de miedos, médicos y malas atenciones. Hasta el último día que estuvo en su casa, levantada y trabajando desde las 8 de la mañana leyendo y escribiendo, rodeada de papeles. Toda su obra es el resultado de la pasión, del compromiso y del esfuerzo. Desde chica veía la luz encendida de su habitación cuando se desvelaba con una pila de libros en la mesita de luz, leyendo y subrayando. Con mi abuela tengo los recuerdos más divertidos de charlas, risas y aventuras en viajes, que los volvíamos a vivir cada vez que los recordábamos juntas. Me gustaba mucho cuando me contaba la historia de los dioses mayas como un cuento para entusiasmarme; y mientras ella recopilaba historias de mujeres y mucha información arqueológica, yo me entretenía en los museos agregándoles datos a los guías (esto a los 5 años de edad) y los guías riéndose de la niña argentina cómo sabía de los dioses ajenos, para mí todo era un cuento. me contó que una vez tuvimos que ir a un hotel por horas (hotel alojamiento) porque había un evento grande en la ciudad en la que estábamos y al otro día había que salir a buscar otro y así yo no me daba cuenta de dónde habíamos ido a parar (todo relatado a pura risa). Muchas historias… Podría seguir escribiendo aventuras que teníamos las dos solitas recorriendo el mundo.
-¿Qué te significó recibir un premio con su nombre?
- Para mí ella fue un premio en mi vida.
-¿Cómo fue que te entregaron a ella cuando eras una beba?
- Tengo el relato que me contaba ella: que le tocaron el timbre de su departamento a las 12 de la noche del 5 de marzo del 78, que me escuchó llorar; me traían los mismos milicos que habían estado en el operativo del secuestro de mis padres. Que la tabicaron, le cortaron el teléfono y me dejaron sobre el sillón del living, con una nota que decía: Me llamo María Victoria, soy sana, me revisó un pediatra y tengo que tomar tantos milímetros de leche Nan. A partir de ese día no nos separamos más, yo siempre pegada a ella.
-¿Quién te puso el nombre y el sobrenombre?
- El nombre lo eligió mi madre, Rita, me puso Victoria y creo que fue porque fui su Victoria. A Pepi me lo puse yo, porque quería cantar: “Hola don Pepito, hola don José...”, canción de Gabi, Fofó y Miliqui, y no me salía y decía sólo Pepi. Pero me preguntaban cómo me llamaba y yo solita decía Pepi.
-¿Qué te contó de tus padres?
- Muchas cosas, ella me contaba y yo preguntando más y más. Claramente sé más cosas de mi madre que de mi papá. Tengo toda la infancia en el campo de mi mamá, cómo era, qué le gustaba... De mi papá tengo historias de cuando estaban juntos, o sea más de juventud. Mi papá siempre la esperaba a mi abuela con un pescadito a la parrilla, rindiendo su examen más amoroso de yerno. Me gustaban mucho los relatos en el campo con mi mamá, muchos animales con unos nombres divertidísimos formando parte de la vida y de los juegos de chicos.
-¿Creciste con resentimiento?
- Jamás, nunca me transmitió esos sentimientos, nunca fue desde el resentimiento; al contrario, era resolver, entender todo desde el amor.
-¿Militás en algún movimiento?
- No, nunca milité de la manera tradicional, pero fue muy importante para mí cuando vine a Buenos Aires conocer y tener amigos de H.I.J.O.S., encontrarme con personas con las que nunca nos habíamos conocido pero, sin embargo, habíamos compartido historias parecidas desde la infancia.
-¿Cómo sos de carácter?
- Voy a tomar comentarios de la gente que me quiere y me conoce. El bajista de mi banda, Diego Soler, me dice siempre: es que vos sos muy pasional, Pepita! Y mi abuela me decía que era muy dramática, será por eso que hago boleros y la cumbia vendrá para contrarrestar.
-¿Qué actividades realizás en Buenos Aires?
- Mi banda, Tumbamores, que es lo que realmente me apasiona, además trabajo en un centro cultural.
-¿Seguís viniendo a Río Cuarto?¿Por qué?
- Venía porque estaba lo que más quería, mi abuela. Ahora se me pone difícil venir, calculo que de a poco va ir tomando distinta forma. Sin embargo, Río Cuarto me dio una infancia hermosa, de bicicleta, escuela y amigos.
-¿Qué significa para vos la música y tocar en el grupo?
- Animarme a cantar le dio un giro vital a mi vida, siempre me gustó mucho pero mi timidez no me permitía hacerlo, de a poco fui soltando y dejándome llevar por lo que tanto me gustaba, la música.
-¿Dónde se presentan habitualmente?
- Tocamos en centros culturales, bares, teatros, ciclos latinoamericanos y también en eventos privados.
-¿Tenen Cds editados?
- Tenemos dos discos editados, el primero en el 2008 y el segundo en el 2012, el último más bailable, más cumbia.
-¿A dónde te gustaría llegar?¿Cuáles son tus sueños?
- Me gustaría transcurrir en la vida siempre con la música, cantando, seguir estudiando mi voz. Mi sueño tal vez sea un poco cliché pero a la hora de soñar… Me gustaría llenar un Luna Park, cantando y bailando, y haciendo bailar a todo el público, eso me haría muy feliz.
-¿Cuándo venís a Río Cuarto próximamente?
- Voy a Río Cuarto el 11 de octubre a la presentación de la reedición del manual de DDHH de mi abuela, en el cierre de la Feria del Libro. Y con la linda noticia de que cierro mi visita cantando en la Marcha de la Diversidad el sábado 19 de octubre. Me guardo como un tesoro las últimas palabras que me dijo mi abuela mientras la peinaba en el hospital, yo cantándole bajito casi al oído, dejé de cantar, abrió los ojos y me dijo: “cantame”.
TUMBAMORES
Victoria ¨Pepi¨ Dillon: voz, güiro y maracas. Accesorios.
Fernando Schaeffer: cuatro venezolano, gaita colombiana, acordeón. Coros, Accesorios.
Jose Luis Piccinini: guitarra.
Diego Soler: bajo, diseño grafico. Coros.
Sebastián Acosta: timbal, cajón peruano, bongo, coros.
Diego Guagnini: congas, cajón, coros.
David y Rubén Rodríguez: coros.
Tumbamores es un grupo de cumbia y salsa que se abre camino en la escena de nueva cumbia porteña. Desde hace 8 años vienen realizando un recorrido musical que los llevó desde el folclore latinoamericano hasta el camino marcadamente bailable que hoy transitan de la cumbia y la salsa.
Desde 2012, con nuevos integrantes y ya con una impronta bailable definida, están presentando su segundo disco, Tumbamores. Un EP de 7 temas poderosos, impregnados, como avisa el nombre de la banda, con el amor que nos tumba de la cumbia romántica.
Ana Solá
Fuente: Puntal 28 de setiembre de 2013
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