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31 jul 2013

Homosexualidad: expresiones del Papa y repercusiones de la comunidad LGTB

Si una persona es gay, busca a Dios y tiene buena voluntad, ¿quién soy yo para juzgarlo?", declaró el papa Francisco ayer en el vuelo de regreso de Brasil, manifestando por primera vez la tolerancia de la jerarquía eclesiástica hacia los homosexuales.
Pero la comunidad homosexual, considera insuficiente estas manifestaciones y demanda acciones más concretas del Papa. Es sumamente interesante leer las expresiones vertidas por Es­te­ban Pau­lón, pre­si­den­te de la Fe­de­ra­ción Ar­gen­ti­na LGBT (Les­bia­nas, Gays, Bi­se­xua­les y Trans) en un reportaje que firma Luis Sch­loss­berg, porque somos demasiados los que ignoramos como viven estas minorías en diferentes partes del mundo donde sus derechos se desconocen en grado superlativo. Léalo y sepa que reclama el dirigente, vale la pena saber de qué se trata cuando habla de la vio­len­cia y dis­cri­mi­na­ción de las per­so­nas LGBT, so­bre to­do en los 76 paí­ses del mun­do en los que se cri­mi­na­li­za y pe­na­li­za la ho­mo­se­xua­li­dad.

La comunidad LGTB no aceptó dichos del Papa y solicitó acciones concretas
Por Luis Schlossberg

An­te los di­chos del pa­pa Fran­cis­co en re­la­ción con la co­mu­ni­dad gay, la Fe­de­ra­ción Ar­gen­ti­na LGBT se ma­ni­fes­tó en con­tra, pues los con­si­de­ró co­mo una res­pues­ta va­cía al pe­di­do por los de­re­chos por los que lu­chan des­de ha­ce dé­ca­das. Lo que en un pri­mer mo­men­to se to­mó co­mo una aper­tu­ra de Jor­ge Ber­go­glio a un te­ma que ha­ce tiem­po es­tá en de­ba­te, ter­mi­nó sien­do mo­ti­vo de un nue­vo pe­di­do por par­te de la co­mu­ni­dad LGBT pa­ra que in­ter­ven­ga y evi­te los ca­sos de vio­len­cia con­tra la ho­mo­se­xua­li­dad.

“Que ha­ya ha­bla­do en tér­mi­nos que no son des­pec­ti­vos no de­ja de ser po­si­ti­vo”, con­si­de­ró Es­te­ban Pau­lón, pre­si­den­te de la Fe­de­ra­ción Ar­gen­ti­na LGBT (Les­bia­nas, Gays, Bi­se­xua­les y Trans), y con­ti­nuó: “Lo que su­ce­de es que en el fon­do no va­ría de la po­si­ción his­tó­ri­ca de la Igle­sia, vin­cu­la­da a la ‘mi­se­ri­cor­dia’, del de­cir: ‘Yo no con­de­no’, pe­ro le­jos es­tá de sig­ni­fi­car al­gún ti­po de avan­ce en cuan­to a re­co­no­cer al­gún ti­po de de­re­cho, que es lo que de al­gún mo­do se vie­ne re­cla­man­do des­de ha­ce un tiem­po”.

- ¿No en­cuen­tran un acer­ca­mien­to o una in­ten­ción de in­te­gra­ción con es­tos pro­nun­cia­mien­tos?
- Se plan­tea la idea de in­clu­sión, la po­si­bi­li­dad de in­te­grar, pe­ro en nin­gún mo­men­to avan­za so­bre es­tos pun­tos. Evi­ta pro­nun­ciar­se so­bre el ma­tri­mo­nio igua­li­ta­rio y el abor­to. La res­pues­ta de que no ha­bla so­bre es­tos te­mas por­que ya hay una po­si­ción de la Igle­sia es eva­si­va. Evi­ta de­cla­ra­cio­nes que le pue­dan res­tar apo­yo en un mo­men­to en el que in­ten­ta su­mar y cons­truir un sus­ten­to po­pu­lar en re­la­ción con su pa­pa­do. So­la­men­te ha­bla de los te­mas po­si­ti­vos y en Bra­sil, un país que aca­ba de apro­bar el ma­tri­mo­nio en­tre per­so­nas de un mis­mo se­xo y que tie­ne le­yes que ha­bi­li­tan el abor­to, so­bre es­tos te­mas no ha­bla en un en­cuen­tro de la ju­ven­tud. No­so­tros no es­pe­ra­mos un cam­bio doc­tri­na­rio de la Igle­sia en es­te te­ma, so­mos cla­ros en es­to, no cree­mos que lo ha­ya.

- No obs­tan­te, la voz de la Igle­sia tie­ne mu­cho pe­so en la de­ci­sión de mu­chos go­bier­nos, por lo que su po­si­ción pue­de ser cla­ve a la ho­ra de to­mar de­ci­sio­nes so­bre te­mas co­mo es­tos.
- El te­ma es que no­so­tros bus­ca­mos un Es­ta­do lai­co en el sen­ti­do de res­pe­to a to­dos aque­llos que no tie­nen una re­li­gión, por lo que el Es­ta­do de­be to­mar sus de­ci­sio­nes mi­rán­do­nos a to­dos. La de­ci­sión his­tó­ri­ca ne­ga­ti­va en re­la­ción con el ma­tri­mo­nio igua­li­ta­rio, que en mu­chos paí­ses no se ha apro­ba­do, no pue­de ba­sar­se so­la­men­te en una pre­sión con una mi­ra­da ideo­ló­gi­ca de la Igle­sia, si­no que el Es­ta­do de­be de­ci­dir en fun­ción del de­re­cho de to­dos sus ciu­da­da­nos y aquí la orien­ta­ción se­xual no es un con­cep­to li­bre de dis­cri­mi­na­ción.

Con­tra la vio­len­cia

“Sa­bien­do que no va a ha­ber un cam­bio con re­la­ción a la po­si­ción doc­tri­na­ria de la Igle­sia, sí nos pa­re­ce im­por­tan­te y se­ría re­vo­lu­cio­na­rio por par­te del Pa­pa un cam­bio en la po­lí­ti­ca ex­te­rior del Va­ti­ca­no en re­la­ción con la vio­len­cia y dis­cri­mi­na­ción de las per­so­nas LGBT, so­bre to­do en los 76 paí­ses del mun­do en los que se cri­mi­na­li­za y pe­na­li­za la ho­mo­se­xua­li­dad”, se­ña­ló Pau­lón en diá­lo­go con PUN­TAL.

- ¿Qué ti­po de cam­bio es­tán so­li­ci­tan­do?
- En Na­cio­nes Uni­das to­dos los años se pre­sen­ta una pro­pues­ta, que ha im­pul­sa­do Fran­cia, No­rue­ga, Ar­gen­ti­na, Sue­cia, de de­cla­ra­ción de con­de­na a la vio­len­cia a per­so­nas del LGBT, pe­ro el Va­ti­ca­no se ha ali­nea­do con los paí­ses que tie­nen la pe­na­li­za­ción, in­clu­so en 7 de ellos es­tá la pe­na de muer­te, ase­si­na­tos en las pla­zas pú­bli­cas a la vis­ta de to­dos, co­mo pa­ra que sea edu­ca­ti­vo lo que es­tá bien y lo que es­tá mal. Se tra­ta de paí­ses co­mo Irán, Ni­ge­ria, Emi­ra­tos Ára­bes, Ara­bia Sau­di­ta, Qa­tar, Ca­me­rún, en­tre otros. En es­te sen­ti­do, se­ría im­por­tan­te que, si bien no ha­bla del ma­tri­mo­nio gay o el abor­to, que con­de­ne la per­se­cu­ción y vio­len­cia a cual­quier per­so­na en cual­quier par­te del mun­do por cual­quier cir­cuns­tan­cia, in­clui­da su orien­ta­ción se­xual. Di­ce que no es quién pa­ra juz­gar­nos, pe­ro apo­ya a los go­bier­nos que pe­na­li­zan, cri­mi­na­li­zan y ase­si­nan a los ho­mo­se­xua­les.

El res­pon­sa­ble de la fe­de­ra­ción LGBT re­cor­dó el ca­so de Ru­sia, don­de gru­pos neo­na­zis ac­túan a la luz del día con la ca­ra des­cu­bier­ta en ac­tos de vio­len­cia ha­cia la po­bla­ción LGBT, fun­da­men­tal­men­te jó­ve­nes. “An­te es­to, el go­bier­no de Ru­sia no ha­ce na­da e in­clu­so de­fi­ne una le­gis­la­ción que lo apo­ya y la Igle­sia mien­tras tan­to no di­ce na­da”, di­jo y com­ple­tó: “Por eso, con­si­de­ra­mos que es muy con­tra­dic­to­ria su po­si­ción y que la ver­da­de­ra de­vo­lu­ción que pue­de ha­cer el Pa­pa es sa­lir a con­de­nar es­tas si­tua­cio­nes y de­jar so­los a es­tos paí­ses.

- Co­mo Fe­de­ra­ción Na­cio­nal, ¿man­tie­nen en­cuen­tros con or­ga­ni­za­cio­nes de es­tos paí­ses?
- Sí, hay una preo­cu­pa­ción ge­ne­ral con re­la­ción a es­te te­ma, so­bre to­do por­que hay una ex­pec­ta­ti­va en cuan­to a es­te pa­pa­do pue­da ge­ne­rar un cam­bio, aun­que se ve que va to­do en un mis­mo sen­ti­do. La preo­cu­pa­ción es­tá por­que el Va­ti­ca­no eli­ge a una per­so­na que vie­ne de La­ti­noa­mé­ri­ca, de Ar­gen­ti­na, un país que ya cuen­ta con el ma­tri­mo­nio igua­li­ta­rio y pue­de ser to­ma­do co­mo una se­ñal que po­dría de­te­ner el avan­ce en ma­te­ria de de­re­chos.

“Hay que dar un de­ba­te que no es fá­cil en es­te mo­men­to, cuan­do hay mu­cha gen­te que se es­tá reen­con­tran­do con su fe a par­tir de una fi­gu­ra muy ca­ris­má­ti­ca”, con­si­de­ró Pau­lón, y con­clu­yó: “En el fon­do es cam­biar pa­ra no cam­biar na­da y las po­si­cio­nes más dog­má­ti­cas de la Igle­sia con­ti­núan”.

Luis Sch­loss­berg
lsch­loss­berg­@pun­tal­.co­m.ar

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