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25 abr 2016

No a las Drogas: luego de la muerte de cinco jóvenes, un documento para reflexionar

Tragedia y debate actual sobre el problema del consumo de drogas

La Comisión Directiva de la Federación Argentina de las ONGs especializadas en adicciones, generó este documento donde reflexiona acerca de la discusión que se precipitó esta semana, luego de la muerte de 5 jóvenes en una fiesta electrónica. 
 
La presencia de sustancias psicoactivas en los ambientes juveniles nuevamente es noticia por lo trágico de sus consecuencias, tan lamentables como previsibles y evitables.

Cada vez que estos eventos suceden, nos cuestionan nuestro rol en la sociedad; como padres, como docentes, como profesionales y como ciudadanos que sufren las consecuencias de decisiones que como conjunto tomamos.

Las muertes de los 5 jóvenes y la vida de otros tantos que hoy se encuentran en serio riesgo, no son las únicas que deben llamar nuestra atención. Estas muertes se suman lamentablemente a muchas otras, tan silenciosas, sin prensa y casi hasta desapercibidas que a diario suceden en nuestro país. No son estas, las únicas muertes que se producen por consumo de sustancias psicoactivas; hay muchas más que son invisibilizadas por el común de la gente porque no alcanzan notoriedad periodística, o porque nuestra negación como sociedad no las percibe. O peor aún, porque nos acostumbramos a ellas.

Creemos que existe un gran error en potencia, y es que la noticia solo quede en detalles accesorios de este suceso: la noche, las luces, una “nueva” droga, las fiestas raves, controles, etc. Todo eso es el contenido impactante de un hecho que tiene trasfondos mucho más preocupantes aún, que si como sociedad no decidimos enfrentar, nos veremos próximamente ante nuevas noticias como estas, o aún peores.

Cabe preguntarnos por el daño letal que estos jóvenes sufrieron, más allá del uso de una sustancia, ir más allá del solo cuestionamiento por “Controles” o Habilitaciones de lugares. Quienes nos dedicamos a la prevención y asistencia de las adicciones nos preguntamos por políticas que aborden de manera eficiente la problemática de las adicciones. Justamente para que los eventos particulares no nos desvíen la mirada de la situación de base.

Lo primero que surge es la necesidad de consensuar un Plan Nacional de Prevención de las adicciones, que cumpla con los requerimientos básicos de continuidad en el tiempo, objetivos claros y evaluables, que trasciendan a los intereses de las administraciones políticas de turno y se constituyan en verdaderas políticas de estado para las generaciones venideras.

No podemos cometer el error de focalizar en una sustancia el problema, los adolescentes que consumen drogas lo hacen en modalidad de policonsumo; donde más allá de haber alguna sustancia de preferencia es la utilización de varias de ellas lo que caracteriza dicho consumo; provocando en muchos casos severas consecuencias psicofísicas, que se ven incrementadas significativamente cuando se trata de menores de edad.

No se trata solo del “Extasis” de los muchachos de poder adquisitivo medio y alto, como tampoco del “Paco” de los niños pobres; es también considerar a las sustancias legales que se venden fácilmente como el alcohol o los psicofármacos (que muchas veces se comercializan de forma clandestina con fines no terapéuticos).

En esta linea nos debemos una profunda reflexión sobre el fenómeno del Cannabis (Marihuana), cuyo consumo se ha ido banalizando en los últimos años gracias a la promoción sistemática de informacion parcial sobre el impacto que tiene para la salud. El resultado inmediato de este proceso fue una drástica disminución de la percepción de riesgo que su consumo implica, incrementando la complacencia social de tal manera que no se advirtieran sus daños y muchos padres y jóvenes creyeran en la inocencia de su uso.

La tragedia de Time Warp nos plantea interrogantes que requieren de urgentes respuestas: ¿Se pueden seguir sosteniendo los argumentos que separan el consumo recreativo de las prácticas de riesgo, en el consumo de sustancias psicoactivas?¿ Es válido proponer como solución un control de las sustancias en las puertas para que los jóvenes consuman "sabiendo lo que consumen" y así eviten los riesgos para su salud? ¿Es lógico proponer la legalización de las drogas como solución cuasi mágica a un problema tan complejo? ¿Nadie sabía sobre el consumo de drogas de diseño, en estas fiestas patrocinadas por grandes empresas y autorizadas oficialmente?

El consumo de sustancias siempre supone un riesgo para la salud, y la mera información sobre sus efectos y consecuencias no se traduce necesariamente en prácticas de cuidado, ni en conductas saludables. Los componentes emocionales, culturales y psicológicos que entran en juego en las dinámicas sociales que se establecen en las prácticas de consumo, no se pueden controlar desde un mero discurso racionalizado.

Si hablamos de salud que una droga sea legal, controlada y de buena calidad, no la transforma en inocua. El uso de sustancias psicoactivas conlleva un riesgo tanto para sí como para terceros , lo vemos en accidentes de tránsito,  en ámbitos laborales, en violencia, en ámbitos recreativos, en sobredosis, entre otros.

Las políticas preventivas  en todos sus niveles debe tender a la construcción social de la percepción de riesgo del consumo de drogas, como uno de los factores principales del cuidado de la población.

En  el nivel  de la asistencia hay que contemplar que toda acción preventiva genera demanda de tratamiento y estar preparados para alojar la demanda según cada caso. No sólo para salir al encuentro de las emergencias que requieren  internación hospitalaria, sino organizar derivaciones para tratamiento  en instituciones especializadas en adicciones que puedan recomendar cuál es el adecuado para cada persona.

Introducir aquí la discusión prohibicionismo - legalización como eje de debate, desconoce el enorme impacto de la dimensión cultural en la definición de las prácticas de consumo.  Dimensión que justamente es la menos discutida a la hora de pensar en políticas públicas, y sin embargo es el ámbito fundamental de intervención para estrategias que no solo se propongan atenuar los daños del consumo de drogas, sino prevenir su uso y promover formas de convivencia y diversión que no naturalicen el descontrol y la muerte.

Documento de la Comisión
Directiva de FONGA.
(Federación de Organizaciones
No Gubernamentales
de la Argentina)

Fuente: Puntal 23.04.16

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