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14 jun 2013

Menem condenado y una revaloración de la tarea periodística

La noticia no es menor, el expresidente Carlos Menem fue condenado a siete años de prisión efectiva, por el tráfico ilegal de armas a Croacia y Ecuador y el Tribunal reclamó el desafuero del senador e impuso penas de cinco años y seis meses para el ex ministro de Defensa Oscar Camilión y de cinco para Diego Palleros. Para que la prisión sea efectiva, entonces falta el desafuero y que la Corte Suprema deje firme el fallo, que contempló como agravantes en la condena al ex presidente como coautor del delito de contrabando agravado el lucro que generó la maniobra, la omisión al Congreso de la Nación en el proceso y su " desaprensiva conducta" para quellos soldados argentinos que como fuerzas de paz estaban en la zona de Los Balcanes.

El análisis del tema da para muchos comentarios al respecto, reproducimos las reflexiones de un periodista que privilegia la importancia del periodismo en el caso

Menem fue condenado a 7 años de prisión, un logro del periodismo de investigación

Por Rubén Lasagno 

 La condena de Carlos Menem por el caso de contrabando de armas, es la prueba palpable del valor que tiene el periodismo de investigación para la democracia. El caso duró 18 años, desde que un periodista hizo conocer al mundo el tráfico de armas donde estaba implicado el gobierno nacional. Todo nació en las manos de un periodista y terminó en la justicia lenta, marchita, pero finalmente, con un resultado positivo y un castigo para el responsable.

El periodismo que se anima a denunciar, a criticar, a opinar, porque en general no tiene banderías políticas ni responde a ningún partido, suele poner al descubierto corrupción y manejos oscuros de funcionarios, empresarios y políticos que mancomunadamente alimentan el círculo vicioso de la corrupción sistémica de un país donde muchos jueces y fiscales (no todos, gracias a Dios) parecen tener los ojos vendados, la boca cerrada y las manos atadas.
La justicia falló en contra de Carlos Menem, el hombre más poderoso de los 90, a quien condenaron a 7 años de prisión. Esta condena, única en el país sobre un ex presidente, partió hace 18 años impulsada por la pluma de un periodista de primer nivel como Daniel Santoro de Clarín, que realizó una investigación, la cual en su momento, generó mucho revuelo y acusaciones cruzadas de los sectores del gobierno que lo atacaron con todo tipo de descalificaciones.
Podríamos mencionar más de un centenar de casos que vieron la luz gracias al periodismo y en algunos casos terminaron con un juicio al corrupto o con el denunciado caminando entre nosotros, solo alcanzado por la condena social que le impone la propia gente, ante la falta de justicia.
Es importante recordar que el periodismo, ante el poder omnímodo de los gobiernos, es la única herramienta que tiene el ciudadano para enterarse de entremeses, negociados e ilícitos de quienes utilizando fondos públicos para blindar sus corruptelas o enriquecerse temerariamente, se ocultan de la vista del hombre común.
El periodismo es la única herramienta que posee la democracia para que el habitante se sienta libre, por eso los gobiernos (sin distinción de color) le temen o lo desprecian. El poder pretende el discurso único, el relato armado, la noticia corta, el periodismo laxo. Ningún gobernante resiste la crítica y mucho menos la investigación de sus actos. Por eso, el valor de un periodista es, precisamente, el de poder pelear contra todo un Estado desde una pequeña computadora, con un anotador, un teléfono y sin miedo.
A pesar de la disparidad de fuerzas, los gobiernos le temen al periodismo en general, pero rechazan y combaten al que no pueden controlar.
En una época donde la corrupción arrecia y desde el gobierno usan ejércitos de operadores a sueldo para denigrar la labor periodística o compran medios a mansalva, creyendo que podrán cooptar la información y los informados, o colocan un partido de futbol para eclipsar un programa donde se destapa el lavado de dinero, la gente elije exactamente lo contrario para ver y entender, porque lo que el poder no se ha dado cuenta, todavía, es que no puede manipular la voluntad popular, por más esfuerzos que hagan para manejarse como aprendices de totalitarios.
Gran logro del periodista Daniel Santoro y de jueces y fiscales que saben del mismo sacrificio que es trabajar en soledad y contra la corporación política. Un soplo de aire fresco para quienes trabajan día a día en silencio, soledad y con esfuerzo, sin recibir millones de fondos públicos, ni crear medios fantasmas para licuar pauta oficial y engordar bolsillos de empresarios espontáneos. Solo unido a un disco duro, su inteligencia y las ganas de trabajar para el futuro de quienes puedan pensar en un país mejor, distinto, más inclusivo y transparente. (Agencia OPI Santa Cruz)

Fuente: Opi de Sta. Cruz, 14.06.13

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