Le damos un lugar a un mail que recibimos de Pablo Motto desde Merlo, este activo defensor de nuestro medio ambiente, profundo conocedor de la región y sus especies autóctonas, expresa en una poesía su sentir al respecto de tanta agresión que recae sobre nuestro entorno. Otra voz y otra forma de pedir sensatez.Dice Pablo:
Amigos:
Ante el anuncio de la instalación de nuevos
campos experimentales de semillas transgénicas de Montsanto en el cono
sur americano y, en Argentina en particular (Córdoba, Río Cuarto, San
Luis y Tucumán) y, dolido de que este sacrificio de la naturaleza y de
los pueblos campesinos, no encuentre expresiones en el plano de la
cultura. Creyendo además que, Realidad y Poesía se consustancian
plenamente para expresar la palabra dormida entre muchos silencios, es
que deseo compartir con ustedes estos sentidos versos.
Abrazo
con solidaridad a todos aquellos que padecen, se organizan y resisten
ante un modelo de ciencia que es ajeno a la naturaleza y desierto para
el alma humana.
Les agradezco profundamente, Pablo Fernando María Motto
MACONDIANA
Dicen
que sucedió una noche en que todos dormían
cuando
la empresa taló el bosque próximo y antiguo de nuestra aldea
que
la comunidad perdió de pronto su cordura
y se
oscureció su humanidad de tal manera
que
ya nadie supo comprender a su próximo o hermano.
Nada
ni nadie sale indemne de un daño
y
aunque parezca insignificancia o locura
el
bosque, el río, la sangre y el aire
son
parte de un mismo camino.
Si el
vivir no fuese poéticamente
y si desterrásemos por peligrosa e inútil
la imaginación y el encanto,
la
desocultación dramática de los opuestos
y la
antigua sabiduría de la naturaleza.
Si la
comunidad perdiese tanto de sí
que
se volviese necia y obscena
al
punto de ignorar todo inmaterial y trascendente,
y
sólo inquiriese de los elementales
el interés por la cosa
¿qué
humanidad sería esa?.
Quisiera
traer aquí a la memoria
aquél
alto saber
oculto
y despreciado por el mundo de la sustancia,
quisiera
así sostener el derecho
a
nostalgiar aquello qué,
por
crepuscular y mínimo nunca se desvanece o pierde.
Para
decir bien alto
que
si un dolor se desprendiese de mi pensamiento
si una caricia se elevase de mis ojos
si el
sufrir de otro llegase a mis lágrimas
y mis
sueños fuesen el desvelo de muchos.
Si
somos originariamente un Todo
como
lo comprendió Melquíades el divino
y lo
enseñó Timeo iluminado
y
ninguna parte es indiferente a otra,
ingrávida o sombra
en el
alma del Organismo o Cosmos.
Si el
canto de las aves hace al florecimiento
y
crecimiento de los bosques,
y el
hambre del pobre
vuelve
injusta la acumulación del rico.
Si la
montaña fuese derribada de sus altos
en
búsqueda de uranio y oro
¿no
cantarían los mares acaso
sus
más tristes endechas?.
Y el
bosque que talaron en la endiablada noche
¿no
habrá sido éste el veneno que sentenció
los
ríos de llanura de ignorancia y codicia?
Y el
alimento degradado
con
pesticidas y transgénicos
¿no
habrán de silenciar ellos
el
vuelo de las mariposas y abejas,
avispas
y meliponas,
ninfas
y progenitoras de la vida vegetal y áurea
de
nuestro mundo?.
Y si
nuestra tierra se excusase a sí
de
Cosmos y Hermosura,
y, si
su tiniebla y máquina nos dejase en la ignorancia,
la
indiferencia y la crueldad más antigua.
¿No
deberíamos volver acaso a encontrar
la
compasión y la reverencia
tan
alta, humilde y clara,
como
se dice de esta comprensión
dulce,
grave y sin pena?
Pablo
Motto,
Villa
de Merlo, San Luis, Junio 2013
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