Buscar en este blog

19 jun 2013

Macondiana, una poesía sobre la herida de la Naturaleza

Le damos un lugar a un mail que recibimos de Pablo Motto desde Merlo, este activo defensor de nuestro medio ambiente, profundo conocedor de la región y sus especies autóctonas, expresa en una poesía su sentir al respecto de tanta agresión que recae sobre nuestro entorno. Otra voz y otra forma de pedir sensatez.Dice Pablo:

Amigos:
            Ante el anuncio de la instalación de nuevos campos experimentales de semillas transgénicas de Montsanto en el cono sur americano y, en Argentina en particular (Córdoba, Río Cuarto, San Luis y Tucumán) y, dolido de que este sacrificio de la naturaleza y de los pueblos campesinos, no encuentre expresiones en el plano de la cultura. Creyendo además que, Realidad y Poesía se consustancian plenamente para expresar la palabra dormida entre muchos silencios, es que deseo compartir con ustedes estos sentidos versos.
         Abrazo con solidaridad a todos aquellos que padecen, se organizan y resisten ante un modelo de ciencia que es ajeno a la naturaleza y desierto para el alma humana.
        Les agradezco profundamente, Pablo Fernando María Motto


                      MACONDIANA

Dicen que sucedió una noche en que todos dormían
cuando la empresa taló el bosque próximo y antiguo de nuestra aldea
que la comunidad perdió de pronto su cordura
y se oscureció su humanidad de tal manera
que ya nadie supo comprender a su próximo o hermano.

Nada ni nadie sale indemne de un daño
y aunque parezca insignificancia o locura
el bosque, el río, la sangre y el aire
son parte de un mismo camino.

Si el vivir no fuese poéticamente
 y si desterrásemos por peligrosa e inútil
 la imaginación y el encanto,
la desocultación dramática de los opuestos
y la antigua sabiduría de la naturaleza.

Si la comunidad perdiese tanto de sí
que se volviese necia y obscena
al punto de ignorar todo inmaterial y trascendente,
y sólo inquiriese de los elementales
 el interés por la cosa
¿qué humanidad sería esa?.

Quisiera traer aquí a la memoria
aquél alto saber
oculto y despreciado por el mundo de la sustancia,
quisiera así sostener el derecho
a nostalgiar aquello qué,
por crepuscular y mínimo nunca se desvanece o pierde.

Para decir bien alto
que si un dolor se desprendiese de mi pensamiento
 si una caricia se elevase de mis ojos
si el sufrir de otro llegase a mis lágrimas
y mis sueños fuesen el desvelo de muchos.

Si somos originariamente un Todo
como lo comprendió Melquíades el divino
y lo enseñó Timeo iluminado
y ninguna parte es indiferente a otra,
 ingrávida o sombra
en el alma del Organismo o Cosmos.

Si el canto de las aves hace al florecimiento
y crecimiento de los bosques,
y el hambre del pobre
vuelve injusta la acumulación del rico.
Si la montaña fuese derribada de sus altos
en búsqueda de uranio y oro
¿no cantarían los mares acaso
sus más tristes endechas?.
Y el bosque que talaron en la endiablada noche
¿no habrá sido éste el veneno que sentenció
los ríos de llanura de ignorancia y codicia?

Y el alimento degradado
con pesticidas y transgénicos
¿no habrán de silenciar ellos
el vuelo de las mariposas y abejas,
avispas y meliponas,
ninfas y progenitoras de la vida vegetal y áurea
de nuestro mundo?.

Y si nuestra tierra se excusase a sí
de Cosmos y Hermosura,
y, si su tiniebla y máquina nos dejase en la ignorancia,
la indiferencia y la crueldad más antigua.
¿No deberíamos volver acaso a encontrar
la compasión y la reverencia
tan alta, humilde y clara,
como se dice de esta comprensión
dulce, grave y sin pena?

                                        Pablo Motto,
                                        Villa de Merlo, San Luis, Junio 2013

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Los comentarios publicados son de responsabilidad exclusiva de quien los envíe. No siempre refleja nuestra opinión.