Los
hechos de violencia que comprometen a
menores han dejado un doloroso registro en nuestra ciudad en este recién comenzado año. Hace tan sólo dos
días, el miércoles 13 del corriente, falleció Matías Agüero un menor de 14 años, que fue apuñalado en la madrugada del pasado martes de Carnaval. Matías había sido atacado y herido por otros tres jóvenes provocándole lesiones
por arma blanca que lo llevaron al trágico final.
El
pasado 21 de enero, había sucedido ya, otro hecho con saldo trágico entre adolescentes. En
esa oportunidad perdió la vida Matías Bustos también de 14 años quien en
confusas circunstancias fue baleado. Matías Bustos recibió un disparo
de arma de fuego mientras se encontraban varios jóvenes reunidos en barrio
Alberdi. Hay un joven de 19 años detenido por esta muerte, que los familiares
de la víctima reiteran no fue accidental.
A
estos hechos se suman la golpiza sufrida por Mateo un menor de tres años también el
martes pasado cerca del cementerio, que fue agredido con piedras y un palo.
“Sufrió como una tortura”, relató la madre. Los sospechosos serían chicos de
entre 11 y 13 años.“Mi hijo sufrió como una tortura”, señaló María
Gutiérrez, la madre de Mateo,
La
violencia tiene mil formas de manifestarse, una de ellas y muy cruel es
esta violencia infanto juvenil, ese problema creciente de la sociedad actual,
de la que ya vemos no estamos exentos los riocuartenses como lo evidencian estos desgraciados casos.
Las
hipótesis sobre las causas que determinan tal grado de agresión analizan múltiples
factores de riesgo desde las condiciones sociales y económicas, incluyendo como
motivador importante a los flagelos crecientes que son las adicciones, con el
alcohol encabezando la lista.
Los
expertos señalan la gravedad de la
violencia infanto juvenil ya que está advirtiendo futuras conductas delictivas
y de creciente violencia, en una espiral que se agranda con el tiempo. Reconocer esta
situación es una responsabilidad que nos cabe a todos los miembros de una
sociedad. ¿No es hora de replantearnos, cómo nos tratamos? ¿De moderar el lenguaje brutal y las expresiones agresivas que oímos a cada rato? ¿No es el tiempo de comenzar a poner límites y ejercer con responsabiliad la función de padres? Ahora que comienza un nuevo ciclo lectivo ¿Aprovechamos las oportunidades para recordar el respeto que merecen los que nos educan y el valor de la educación para cada uno y para la sociedad? Simplemente ¿Podemos y queremos hablar con nuestros hijos? Esto desde el ámbito doméstico exige no lo dude mucho replanteos, pero más exige a los que dirigen dado que encontrar lugares de
contención para tanto joven huérfano de proyectos debería ser la
prioridad para una comunidad que piense con seriedad de cara al futuro.
CIUDADANOS AUTOCONVOCADOS DE RIO CUARTO
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