Se fue la incomparable voz de América, esa que nos hizo estremecer de emoción desde todos los escenarios del país y del mundo.La que nos acompañó durante los años '70 de rebeldía juvenil, no rebeldía porque sí, sino en pos de la quimera de una nación mejor, más justa y solidaria . Fue un estandarte, un emblema que nos identificó por el mundo durante el oscuro tramo de la dictadura militar hasta que pudo regresar a su amada tierra. Su deambular por todos los escenarios trascendentes hicieron de ella una figura del orbe, pero primó sobre todo su calidez y compromiso social que le dieron un carácter único al privilegio de su canto. Amiga de los jóvenes talentos, nos acercó a muchos de ellos con una proyectiva visión que la hizo llevar a la práctica su afán de lograr la hermandad de los pueblos especialmente los americanos.
Por eso la llora el mundo, pero más la siente América y su tierra. Un pedazo de nuestra vida se va con ella, pero revivirá en su inmortal canto de amor, que escucharemos alejándonos de la nostalgia de su partida.
¡Gracias Negra, por tu entrega y por tu canto con los que lograste ser uno de los personajes más queridos de nuestra amada Argentina!
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