Nuestra policía está demostrando que cuando le ataca la paranoia de enfrentarse con algún latinoamericano morocho y de facciones nativas es capaz de creerse raza superior al resto del continente, cometiendo errores que podrían afectar hasta las relaciones diplomáticas. Primero castiga y luego pide documentos.
Aún está fresco el ataque a un ciudadano peruano que de paso por nuestra ciudad, quiso disfrutar de las sombreadas veredas de nuestra plaza mayor, arrimarse a una mesa de las existentes en sus entornos, tomarse una cerveza como cualquier sediento y hacer turismo devolviéndonos a los que hemos conocido las históricas plazas limeñas la visita que todos los latinoamericanos recordaremos porque nos han tratado en forma espléndida.
En lo personal, hasta me he metido en una escuela primaria del barrio de los estudiantes. Allí estaban festejando un recordatorio que tenía mucho que ver con San Martín, su héroe máximo.
Me recibió una sonriente maestra, haciéndome participar del acto, presentándome al alumnado y a las docentes. Fue un verdadero e improvisado encuentro entre colegas, a las que me sentí, de verdad hermanada, no sólo por nuestra profesión sino por el común nacimiento de la libertad de nuestros pueblos.
El hecho que a nuestro visitante, sin decirle " agua va", lo hayan maltratado y menospreciado en la forma en que lo narra nuestro periódico, nos pinta no sólo como soberbios ignorantes del valor de la amistad peruana, sino en esa faceta de la discriminación más abominable de juzgar a las personas por su color de piel, como si fuéramos simpatizantes de la Svástica rubia y ojiazul.
Sin duda, los que tomaron tan obtusa medida de detenerlo y maltratarlo, se habrán sentido jueces y verdugos, al más puro estilo dictatorial.
¿No saben los representantes del orden que fueron peruanos quienes nos mandaron sus aviones con los pilotos que los condujeran para colaborar en nuestra defensa en los duros momentos de la guerra de las Malvinas, cuando hubo otro hermano, muy cercano que simpatizó y colaboró con los ingleses?
Bueno sería que no sólo se dé a la tropa nociones de represión, sino muy especialmente nociones de esa historia Argentina reciente que nunca debemos olvidar: los que siguen fieles a la hermandad sudamericana, a pesar de esta clase de desplantes, de esta negación a la raza que nos une o nuestros guardianes del orden se creen nórdicos, superiores y parados en la loma?
A ver si se les da por leer historia, muchachos, recuerden que los libros no muerden. Se los recomienda esta vieja maestra.
Foto:http://www.riocuartoinfo.com.ar/
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