No será un día del agricultor más, es un día especial en nuestro país, porque este enfrentamiento de los sectores agrícolas con el gobierno de los K brinda un marco propicio para que la protesta rural se destaque entre los temas del día.La agricultura es una actividad ligada a las raíces de la Humanidad, y los pueblos de uno y otro lado del mundo se desarrollaron a partir de esta tarea que permitió básicamente alimentarlos. La agricultura entonces como fuente de alimentos es la actividad por excelencia de nuestra región. Sin embargo producimos alimentos en un país con índice creciente de desnutrición y pobreza, y ésta es quizás la paradoja fundamental de nuestro país, porque las sucesivas medidas políticas han convertido a la producción agrícola nada más que en fuente de recursos, del que toman todos, especialmente el Estado y los monopolios. Al pueblo del país le llegan las migajas, a pesar de las buenas intenciones y así nuestros niños siguen comiendo gracias a la ayuda oficial que ni es tanta ni es suficiente para lograr seres bien desarrollados.
El trabajo rural, se modificó y tecnificó en gran medida, así se produce más de acuerdo a estas mejores condiciones, pero las variables que no se controlan como el clima que nos dio una sequía intensa y los incendios, han determinado que la producción no sea la que se esperaba. Menos producción, menos rentabilidad, menos recursos, menos trabajo, condiciones sociales dificultosas para la gente.
Progresivamente asistimos a la despoblación del campo, demasiado tardaron en llegar los beneficios de la vida urbana, y hoy se suma la inseguridad. Se dio así una destrucción del entramado que conformaron los pequeños pueblos, de vida apacible, muchos de los cuales sin el apoyo del ferrocarril quedaron definitivamente aíslados. Es decir recorrimos el camino inverso al que determinó la población del interior del país. Las economías regionales expulsaron ciudadanos que pasaron a engrosar las periferias de las grandes ciudades y con los pobres de países hermanos conforman los guetos, que ni siquiera nos avergüenzan, sino que son aquellos a que se recurren para ganar elecciones.
Volver a dinamizar la economía del interior del país, generando propuestas políticas para los pequeños productores e invirtiendo en las obras que el mismo requiere, no se discute en el Congreso, ni en la Secretaría de Agricultura, ni en ninguno de los despachos del sector.
Y si no observemos…: En nuestra región, una población cercana, Charras aún hoy está sufriendo las consecuencias del incendio que destruyó su principal fuente de sustentación que es la Planta Olega. De ella depende el 40% del pueblo directamente y otro tanto indirectamente. Las consecuencias son de todo tipo, no vemos que ninguna propuesta haya llegado desde los más altos estamentos para paliar tamaña situación.
En el Chaco, los pueblos originarios están reclamando semillas de algodón, no sólo las retenciones existen como tema de conflicto. Acampando en la plaza principal de Resistencia les reclaman al gobernador y al gobierno de la Nación por tierras e insumos básicos. Las soluciones no aparecen como no aparecen para los pequeños y medianos productores que perdieron bienes y hacienda en las sierras cordobesas, que son muchos y son pobres y que no llegan con su reclamo a la TV.
A estos problemas no los vemos en pantalla, lo que sí vemos permanentemente es la tensa relación entre gobernantes y dirigentes rurales, con un horizonte que se vislumbra confuso y que viene oscureciéndose desde hace más de un año.
En esta situación especular para ver quién obtiene rédito político cuando la gente pierde no sólo su trabajo, sino también bienes y vivienda y pone en riesgo la salud, es de una necedad rayana con la estupidez.
No hay tino ni sensatez, ante lo expresado en las urnas en las últimas elecciones legislativas, no hay capacidad para aunar voluntades en pos del bien común, no hay planteos razonables que den credibilidad a las medidas políticas para el sector.
Sólo una cosa funciona y bien y es la máquina de hacer pobres, que sigue expulsando gente de los pueblos de campaña hacia las ciudades donde encandilados con las luces del centro al que poco llegan, pasan a engrosar las estadísticas que nos abochornan ante los pueblos del mundo y ante nosotros mismos porque somos incapaces de alimentar a nuestra población en medio de tanta riqueza.
En homenaje a nuestros abuelos que laboraron la tierra sin conocer de malicia o especulación, saludamos a los agricultores en su día, no a los pools de siembra ni a los que arrebatan tierras sino al trabaja cada día para que el campo se mantenga en producción.
CIUDADANOS AUTOCONVOCADOS DE RIO CUARTO
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