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16 nov 2012

Violencia en el fútbol: lo sucedido en Avellaneda


La violencia está presente en todos los ámbitos  de la vida del país, empezando por el ámbito doméstico. Los estadios deportivos no pueden ser la excepción y de hecho desde hace demasiado tiempo vienen sucediéndose en las tribunas y fuera de ellas hechos de una gravedad mayúscula con un saldo importante de víctimas fatales. Las barras bravas han generado un espacio donde poder y fuente de ingresos van aunados con el cuestionado accionar de las fuerzas de seguridad. Las innovaciones en los sistemas de control demuestran que son permeables y lo sucedido anoche durante el transcurso del encuentro que en Avellaneda disputaban Independiente y Belgrano, evidencian que enfrentados las barras con los directivos que pretenden sanear la situación, los muchachos de la tribuna no escatiman esfuerzos, artimañas ni recursos para lograr objetivos que en definitiva significan pérdida de réditos anclados en negocios varios.

 Las bombas de estruendo arrojadas hacia el campo de juego, demuestran que no hay códigos de respeto hacia los deportistas y que a la hora de hacer el “trabajo sucio”, tampoco nada se respeta como lo demuestra  que se hayan  valido de los pibes adolescentes que ya estamos acostumbrados a ver en toda la escenografía delictiva del país.

Detrás del mundo futbolístico está otro negocio, el que con el patrocinio de los recursos del Estado destina dinero público en sumas  millonarias para solventar esta verdadera pasión popular,  y así los espacios televisivos que se multiplican en campeonatos y copas  se constituyen en una vidriera superlativa de la propaganda oficial.

El lado oscuro del funcionamiento y vinculaciones de las barras es seguido por un especialista, que es el periodista Gustavo Grabia. Sepa que aporta a lo sucedido anoche en Avellaneda.



Soldados de la isla del terror
Gustavo Grabia - ggrabia@ole.com.ar
La barra armó todo y usó a pibes de la Isla Maciel aportados por Richard, capo de la barra de San Telmo.
La falta de fondos para el periplo Chile-San Juan les hizo crear el macabro plan. Sin espacio, la barra decidió perjudicar a su propio equipo, creyendo que bajo esa presión la CD se sentará a negociar. Así, el jueves pasado se reunieron con Richard, jefe de la barra de San Telmo, para que les aportara soldados de la Isla Maciel. Telmo tuvo años clausurado su estadio por arrojar bombas molotov. “Una barra te puede arruinar, puede suspender un partido. Eso te da poder”, decía Richard dos meses atrás en un documental de la TV española... Y a ellos se sumó un grupo de Lomas del Mirador, de la tercera línea de la barra Roja. Con contactos con la Policía, metieron la pirotecnia antes y cuando vino la orden desde afuera, ejecutaron el plan. Ningún pope quedó pegado porque con derecho de admisión, ni se acercaron. Pero el Aprevide ya pidió el cruce de teléfonos de Pachi y el Chaqueño, los capos, para ver con quién modulaban el handy. Y creen que con eso, podrán cantar bingo.
Fuente: Olé 15.11.12

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