Gamsur, la empresa mixta de recolección
de residuos de la ciudad de Río Cuarto, es fuente inagotable de noticias. Así
nos acostumbrados a oír sobre los desajustes financieros de la misma, y a considerarla como un eslabón más de los
negocios frustrantes presentados desde la órbita oficial como un modelo a
imitar. Fue así no sólo por obra de la actual gestión municipal, sino desde su
misma creación con otras “exitosas”
empresas mixta que conocimos en la ciudad.
Lo sorprendente de estos últimos días es
lo que trasciende de la situación interna que se vive en la empresa, la cual
está administrada por un director público titular (presidente), otro director
público y dos directores privados. El pasado 7 del corriente mes de Julio la
prensa informa que Rubén Infante, uno
de los dos directores privados de Gamsur
denunció penalmente ante la Justicia por agresiones verbales y físicas a
tres dirigentes del SURBAC, o sea del Sindicato Único de Recolección de
Residuos y Barrido de Córdoba. El hecho habría sucedido el martes 5 en la
oficina del presidente de la empresa, José Lagos y también habría sido testigo del mismo el director público, Hugo Díaz quién ya declaró ante la Justicia.
De acuerdo al relato pareciera ser que
este es un “modus operandi” que según refiere el mencionado Infante, últimamente se está agravando, y
tiene como protagonistas a integrantes del SURBAC de Córdoba, no a la
dirigencia local.
Pero a su vez, el matutino local Puntal
destaca en su portada del domingo 10 que “Gamsur
le alquila la casa a un directivo para uso del SURBAC. Es la propiedad ubicada
en María
Olguín al 700, que pertenece al
empresario Rubén Infante. Allí funciona la mutual del gremio de los
recolectores de basura…”
Como el
enredo sigue, a la par que se conoce el relanzamiento de la empresa con
ampliación de sus unidades y el servicio que brinda a la comunidad, se relata el acto realizado en
las puertas del nuevo predio con un protagonismo importante del SURBAC,
realmente desusado para una circunstancia cómo la referida en el entorno de una
empresa en la que el estado tiene el 92% de las acciones.
El
intendente prefirió relativizar el culebrón que se agita entre bambalinas y
mencionó que el episodio que llevó a Infante a la Justicia, es “una novela mejicana”.
Los
desajustes en el funcionamiento de Gamsur han sido un calvario para el intendente desde que asumió. Los muchachos
del SURBAC le enrostraron en pleno Palacio Municipal de una forma inusual los
reclamos laborales cuando recién iniciaba su mandato. Las idas y vueltas con
las finanzas, con los servicios que se prestaron en otras ciudades, así como
con los socios privados, el intento de acercar a Inviron, y los permanentes
aumentos de recursos que se les destinan a Gamsur, hace a no dudarlo a este
tema el talón de Aquiles de la actual gestión.
Como el
poder en el que se apoya el SURBAC, tiene la magnitud que le otorga el
todopoderoso jefe de la CGT, para que nuestros dirigentes resultaran creíbles
en sus actos no sólo de mejorar los servicios se trata sino también es
imprescindible, que los oscuros episodios se diluciden como corresponde, y este es un reclamo que los ciudadanos venimos
demandando desde hace demasiado tiempo.
CIUDADANOS AUTOCONVOCADOS DE RIO CUARTO
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