La venta de Gamsur

Desde el comienzo de la gestión del intendente Juan Jure, Gamsur ha sido un motivo permanente de problemas. Comenzó con las demandas laborales de los empleados nucleados en el poderoso gremio de camioneros, que con maniobras desconocidas en la ciudad, expusieron sus reclamos salariales al recién llegado intendente. Siguieron luego  las cuentas desequilibradas de la empresa por insuficiente pago de acuerdo al reclamo de los socios privados de la mixta por entonces, y cuando llegaba el momento de incertidumbre con respecto al destino de la empresa con la amenaza de dejar a la ciudad sin el servicio, apareció la fórmula salvadora: que pasara a la órbita estatal. Entonces conocimos “el mejor negocio” del municipio, con números que por lo que trascendía en los medios no eran tan claros ni tan felices, hasta que apareció Innviron y comenzó a hablarse de las ventajas de la venta de la empresa a los norteamericanos  interesados más que en la compra de Gamsur en  la generación de energía a partir de la basura.

De allí en más, la secuencia no se aclara precisamente, porque si bien se informó de la propuesta a las distintas instituciones de referencia de la comunidad y se llamó a Audiencia Pública con una amplia participación, las resoluciones al respecto siempre dejan el interrogante para el simple ciudadano acerca de qué intereses políticos juegan a favor o en contra de las propuestas que ahora se debatirán en el Concejo, o sea la venta del 82 por ciento de las acciones y la elección de un nuevo sistema de tratamiento final de los residuos, con la incorporación del socio privado.

Desde el oficialismo tratan de transmitir la impresión de que todo se hará según las normas ambientales que convengan en la implementación del nuevo sistema que es el punto más irritante en la discusión, pero sin un estudio ambiental previo, no ayudan a convencer a la población. Es más, las expresiones de  Luis Juez acerca de la posibilidad de que la licitación a votar  en el Concejo este predirigida a favorecer a la empresa americana, siembra dudas desde dentro del oficialismo, cuando tan luego uno de los socios de la alianza gobernante plantea semejante cuestión como una certeza. ¿Habrá tenido razón Marisa Arias cuando dijo que las licitaciones se suelen digitar  para que tenga el resultado que los gobiernos  pretenden? Pero ya pasamos a la vereda de la oposición, y ésta logró a último momento agruparse para defender su posición con la posibilidad de aprobación de la venta de acciones y la  convocatoria a la Universidad Nacional de Río Cuarto para que genere un proyecto para el tratamiento de los residuos.

No faltaron a la hora de pedir ser tenidos en cuenta los Recuperadores Urbanos, o sea los ciudadanos que viven del cirugeo, que esperan figurar en el reparto de roles   al  tratar el tema , dado que esta tarea representa desde hace mucho tiempo el medio de vida de una cantidad de familias.

Surgió un Foro Ambientalista, que establece como prioritario el cuidado del medio ambiente y de nuevo su integración está sospechada desde el oficialismo de no ser precisamente apolítica, dado que la rama delasotista estuvo en su lanzamiento y en la primera convocatoria pública con la presencia de Víctor Núñez y Adriana Nazario respectivamente.

La venta de Gamsur, en definitiva revela la falta de definiciones de políticas oficiales con respeto a los problemas centrales en la vida de la ciudad, y este es el debate pendiente que reclama la ciudadanía desde las campañas electorales. Durante el gobierno justicialista  de Alberto Cantero se crearon las empresas mixtas, no exitosas precisamente,  se vuelve  con el radical Juan Jure a la órbita estatal con Gamsur y pretenden ahora retomar el camino anterior, cuando aparece una empresa cuestionada desde el seno del mismo oficialismo, como es el caso de Innviron que logró acuerdos favorables con los municipios más allegados al gobierno nacional como son Villa María y Córdoba capital, con el guiño del gobierno provincial de Schiaretti que sabe no se puede distanciar mucho de los recursos de la Nación que llegan según la ubicación del gobernador demandante en el espectro de allegados al kirchnerismo.

Hay que comenzar por el principio, y estudiar primero cuál es el método de tratamiento de residuos que conviene, debatiendo con seriedad desde lo científico para no atar el caballo detrás del carro y pretender arreglar los problemas cuando los negocios ya  están acordados. El ejemplo de Gualeguaychú y la planta Botnia UPM con su largo reclamo de años, tendría que habernos enseñado algo al resto del pueblo argentino.

CIUDADANOS AUTOCONVOCADOS DE RIO CUARTO